Cuando a uno lo intrigan los estilos, lúpulos y maltas detrás de cada cerveza que descubrimos, es un síntoma inequívoco de que el germen cervecero te ha contagiado. Todo amante de esta bebida milenaria, tarde o temprano, termina deseando fabricar una propia. Pero hay una disyuntiva: Sabemos que es un proceso artístico y científico. Delicado: Depende de microorganismos vivos, de cierto conocimiento químico y herramientas de laboratorio… Sin embargo, la máxima del cervecero es tener su propia fórmula para presumirla y compartirla entre amigos: La inequívoca cerveza artesanal.
Pese a lo difícil que pueda sonar los microorganismos y herramientas de laboratorio, #OtraPorFavor fabricó su propia cerveza en unos talleres impartidos por los amigos de Sustentable Nicaragua, una iniciativa que promueve el consumo de productos locales y el empoderamiento de los productores. Enganchados en el boom de la cerveza artesanal en el país, Sustentable ideó estos espacios para promover la cultura cervecera. El taller fue impartido por la maestra Nidia Menicucci Icaza, que nos acercó a los principios de la bebida y luego a la posterior elaboración de una Pilsener.
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Con unos kits básicos y un mosto cervecero prefabricado, cocinamos la cerveza. Arrancamos de lo más fácil a lo más complejo. En los talleres siguientes cocinaremos nuestro propio mosto (cereales) y adicionaremos lúpulos cuando el grupo domine con mayor propiedad el arte de fabricar una cervecera.
Como hemos mencionado en varias ocasiones, el boom cervecero artesanal conquista paladares en Nicaragua. Toda una novedad si tomamos en cuenta que somos consumidores monolíticos: Nos han acostumbrado a las lagers desde siempre. En esta vorágine cervecera algunas marcas han crecido y a la luz de la teoría han dejado de ser artesanales al cien por ciento.
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La literatura cervecera divide a las microcervecerías de la siguiente forma: “La pequeña”, cuya producción anual no supera los seis millones de barriles. “La independiente”, cuyas acciones no pueden estar controladas en mas de 25% por un productor de bebidas alcohólicas. “Las Tradicionales”, cuyas fórmulas se ciñen estrictamente a la ley de Pureza Alemana, y, solo en pocos casos, usan otros ingredientes para mejorar la cerveza.
Luego, están los “Brewpup”: Una microcervecería dentro un bar (visiten la Cervecería San Juan del Sur en la playa que lleva el mismo nombre). Le siguen los “Homebrew shop», es decir tiendas especializadas que ofrecen ingredientes y utensilios para elaborar cervezas.
Por último tenemos a los “Cerveceros Caseros”, es decir nosotros en el taller de Sustentable: Los advenedizos que nos apasiona la cerveza y ambicionamos una para consumo propio, para solazarnos, y no para fines comerciales.
Como verán, esta nomenclatura define el término artesanal como tal. Sin embargo, esto no quiere decir que las marcas nacionales que se denominan artesanales no cumplan algunos parámetros, como la utilización de ingredientes de calidad, flores femeninas amargas (el lúpulo) de varios sabores y texturas, que nos dan cervezas tan distintas y gourmet.
En el taller usamos el mosto prefabricado para entender a rasgos generales la elaboración de una cerveza: Maltas que se maceran, para que el almidón dé lugar a los azúcares fermentables; la importancia de la temperatura durante toda la cocina, la maduración en las botellas. Todo de forma rudimentaria, artesanal. Hecho en casa y en barriles.
Los talleres cerveceros son una experiencia única para quienes amamos las cervezas, para ampliar el conocimiento y ponerlo en práctica al debutar como inexpertos maestros. El siguiente taller es en la primera quincena de enero, y puede ser un buen propósito de Año Nuevo: “Hacer mi cerveza”.
Sustentable es una iniciativa loable, ya que tras auspiciar el consumo de lo local, potencia a los productores para transformar su materia prima y sacarle más provecho en el mercado. Detrás del equipo, está una chef multifacética, la Micaela, que ha endulzado paladares con sus chocolates y ahora se ha dado la tarea de amargarlos un poquito pujando por la cultura cervecera en Nicaragua.
La maestra Nidia Menicucci tiene una experiencia amplia con las maltas y los lúpulos. Ella es socia de Micaela y el resto del equipo de Sustentable. Microbióloga de profesión y cervecera estudiada con pasión, regocija formar parte de esta comunidad en formación y darle eco a estas pequeñas expresiones que, no sabemos cuándo, podrían darnos un perfil de una Ale o una Lager que estreche amistades en torno a nuestros barriles artesanales.
Por lo pronto (como podrán ver en el video), nosotros seguimos esperando que nuestra cerveza #OtraPorFavor termine de madurar y carbonatar, para pedir —probablemente en Año Nuevo y valga la redundancia— ¡Otra por Favor!
¡Salud!