En pantalla
Director de la Princesa Paca:
Joaquín Llamas, director de la Princesa Paca nos cuenta en exclusiva cómo fue llevar al cine la historia de amor entre Rubén Darío y Francisca Sánchez
Por primera vez, el cine tiene como protagonista a Rubén Darío, pero no para contar sus genialidades literarias, sino el amor y su faceta más humana.
La película que lleva por nombre “La Princesa Paca” estuvo a cargo de Joaquín Llamas, director de cine y televisión en España quien admite haberse apasionado por este lado desconocido del poeta nicaragüense. En la cinta se cuenta el amor que Darío tuvo por Francisca Sánchez, una joven campesina que trabajaba en los jardines de la casa del rey español.
Se trata de una adaptación cinematográfica del libro con el mismo nombre, escrito por Rosa Villacastín, -nieta de Francisca Sánchez-, y Manuel Reina.
Esta vez el reto para Joaquín Llamas, tras apreciar el “peso del personaje” de Darío, fue “desproveerlo de su faceta literaria” y centrarse en su historia de amor con la joven española.
¿Vos querías hacer una película sobre Rubén Darío y su gran amor Francisca Sánchez, o te llamaron y te propusieron el proyecto?
Estar yo en la película fue un encargo, yo realmente no conocía esta historia de amor entre Rubén Darío y Francisca Sánchez, y fue a raíz del encargo (de Radio Televisión Española RTVE), de conocer la historia la novela, lo que me llevó a apasionarme por este amor y por este literato en su faceta más humana
¿Qué parámetros tomaron en cuenta para escoger a los intérpretes?
Desde el comienzo del proyecto no quería a gente que imitara a los personajes reales, primero porque no hay muchas referencias audiovisuales. De Rubén Darío hay poco y de Francisca hay mucho menos. Entonces lo que yo quería era sacar el espíritu de los personajes que yo veía novela y adaptarlo al cine.
Darle vida un personaje histórico en una película demanda muchas exigencias, para vos como director ¿qué tan difícil fue retratar para el cine la figura del poeta?
Rubén Darío sobre todo para vosotros es un personaje con un peso brutal, yo cuando me enfrenté a él y me di cuenta del tipo de personaje que era o del peso que tenía, tuve desproveerlo de su faceta literaria, porque no era la película para contar la faceta literaria de Rubén Darío porque a lo mejor no hacía falta una película sino hacían falta varias, y centrarnos más en su faceta personal, en esos 16 años de amor entre Rubén Darío y Francisca. Un personaje con ese bagaje cultural se enamorara de una mujer analfabeta eso era lo que me parecía la historia y eso es lo que dice mucho y decía mucho de Rubén Darío.
Se aprecia a un Rubén Darío del que su creatividad depende justamente del consumo del licor. ¿Esa es la visión que tenían ustedes del poeta?
El reflejo que yo he hecho de Rubén Darío es a través de los ojos de Francisca, nosotros hemos adaptado una novela que estaba retratado Rubén Darío por lo que Francisca contó a su nieta. Eso no quiere decir ni muchísimo menos que Rubén Darío fuera una persona que necesitara de un estímulo externo para poder escribir, evidentemente no era así, pero sí es posible que circunstancialmente, así lo refleja la novela y así lo hemos querido reflejar nosotros, en algún caso el alcohol sí le ayudaba en algún momento puntual de su vida a crear. Pero no creo que sea la visión de una persona de un borracho sino de una persona que tiene una vivencia con el alcohol de larga duración, no me parece un bebedor ni esporádico ni impulsivo.
Rosario Murillo es el personaje malvado de la película. Hay escenas que argumentan sus prácticas de santería para impedir la felicidad de Darío y Francisca. ¿Cómo manejás este tipo de recreaciones que podrían estar más cerca de la imaginación que de la realidad?
Nosotros optamos por la mirada de Francisca, es decir, todo lo que se cuenta de Rosario Murillo está en la novela, pero eso no quiere decir que un personaje, que es antagonista de la protagonista no tenga sus razones por ser así y yo creo que Rosario tenía razones más que suficientes por ser así… Es cierto que con el devenir del tiempo las cosas cambiaron pero hasta donde nosotros llegamos en la película, las cosas son tal cual el libro nos lo ha contado. Pero también entenderás y los espectadores, que cuando haces este tipo de adaptaciones también te tomas ciertas libertades creativas para que la historia dramáticamente funcione mejor.
El día de su estreno lograron una audiencia mayor a 1,5 millones de espectadores. ¿Pensaron antes que tendrían este alcance? ¿Cuáles eran tus expectativas?
Sinceramente no lo esperaba porque la competencia con las otras cadenas de televisión era grande y se estrenó un día que era fiesta en España, era Semana Santa. Me parecía difícil pero la audiencia fue buena y además las críticas y opiniones también.
Para dirigir la película te sumergiste en la obra de Darío, ¿qué encontraste que te haya gustado mucho?
Yo lo tenía muy olvidado a Rubén Darío, no te puedo engañar, y no solo yo, los actores, con el actor que hace de Darío volvimos a retomar lecturas de Rubén, claro era un grandísimo escritor, un grandísimo vividor y lo digo vividor en el amplio sentido de la palabra, era un señor que viajó muchísimo, conocía muchos países, que era un gran gastrómo, es decir que no solamente era la obra literaria de él, sino que él era un personaje muy completo y muy complejo.
Si tuvieras nuevamente la oportunidad de dirigir una película sobre Rubén Darío, ¿qué otros pasajes de su vida desearías llevar a la pantalla?
Como en nuestra película Rubén Darío acaba, sí sería bueno contar la precuela de la Princesa Paca porque me parece que lo que le pasaba a Rubén Darío antes de conocer a Francisca, a nivel humano creo que también tiene una gran historia porque aquí lo hemos contado un poco por encima… No se puede olvidar, cuando hablábamos de su relación con el alcohol, él no llega al alcohol porque sí, llega al alcohol porque en el fondo es un personaje bastante atormentado porque tuvo una infancia muy desdichada, me parece que él tiene una historia detrás muy muy interesante.