Estilo

El secreto de la goma «oscura»

¿Qué bebidas alcohólicas dan más resaca? La ciencia lo explica

     

Tequila, vino o ron. Blancos, rosas o caobas. ¿Incide el color o el tipo de licor en la goma que te da al día siguiente? Steve Allsop, director del Instituto Nacional de Investigación de Medicamentos de la Universidad Tecnológica de Curtin en Australia, asegura que sí y que la culpa es de los congéneres.

La resaca, dice, dependerá de la cantidad de congéneres que la persona haya consumido y estos son “un subproducto tóxico del proceso de fermentación en algunos alcoholes”. Cómo el cuerpo los procese incidirá en la goma. Los colorantes, conservantes, influirán también en qué tan mal la pasés.

“Los congéneres contribuyen al color y el sabor de las bebidas alcohólicas, aquellos más altos en congéneres son de color más oscuro. Por ejemplo, el brandy tiene más congéneres que el vodka, el vino tiende a tener más congéneres que las bebidas espirituosas claras y el vino tinto tiene más congéneres que el vino blanco”, señala el portal ABC Healt & Wellbeing.

De acuerdo al Instituto Nacional sobre el Abuso de Alcohol y Alcoholismo (NIAAA) de Estados Unidos, una bebida estándar contiene cerca de 14 gramos de alcohol puro. Estudios sugieren que un hombre no debe consumir más de cuatro bebidas al día y no más de 14 por semana. Una mujer, en cambio, no debe ingerir más de tres diario y siete semanales.

Pero los cuerpos no metabolizan igual el alcohol y “las resacas son el mensaje de tu cuerpo diciéndote que has tenido demasiado”, asegura Allsop.

Él recomienda no tomar alcohol con el estómago vacío y beber suficiente agua durante toda la noche y al día siguiente. “Pero la mejor manera de evitar una resaca y el potencial daño a largo plazo del alcohol se lleva a beber sólo pequeñas cantidades en el primer lugar”, asevera.

El consumo de alcohol, incluso en niveles moderados, se asocia con un incremento del riesgo de daños cerebrales y de deterioro cognitivo, reveló un grupo de investigadores británicos de las universidades de Oxford y College London.

En el estudio participaron 550 hombres y mujeres sanos y se analizaron sus datos sobre su toma semanal de alcohol y su rendimiento cognitivo medio durante 30 años (1985-2015). Los investigadores descubrieron que un mayor consumo de alcohol durante el período de estudio se asoció con un mayor riesgo de atrofia del hipocampo -una forma de daño cerebral que afecta a la memoria y a la navegación espacial-.

Mientras que aquellos que consumían más de 30 unidades (una unidad equivale a 10 mililitros) a la semana se encontraban en el riesgo más alto en comparación con los abstemios, incluso aquellos que bebían moderadamente (14-21 unidades por semana) tenían tres veces más probabilidades de tener atrofia del hipocampo en comparación con los que no consumían nada.


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