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Con recetas antiguas de Corea del Sur, la heladería SnowKo reabre sus puertas en Managua. Fuimos a ver (y probar) y te contamos cómo nos fue
SnowKo es una heladería, pero no como cualquiera. Su atractivo principal, es traer al mercado nicaragüense recetas tradicionales de Corea del Sur. Su temática, es una adaptación de la cultura, música y gastronomía popular coreana, que pretende llegar a personas de todas las edades y clases sociales en el país.
SnowKo nació oficialmente el 22 de septiembre de 2018 con el objetivo de ofrecer un helado distinto, y ser un pequeño trozo de Corea en Nicaragua. La idea de una heladería surgió cuando la pareja nica-coreana conformada por Jamie Fuenzalida, una joven diseñadora gráfica nicaestadounidense, e Inwoo Koo, un chef coreano que viajaba por el mundo, decidieron construir un sitio donde se pudiera compartir su cultura y gastronomía.
El clima tropical y las altas temperaturas de Nicaragua consolidaron la idea de hacer una heladería en lugar de un restaurante tradicional. Aunque en SnowKo también sirven Ramen, un plato típico famoso en todo el mundo, mayormente difundido por la influencia de la cultura oriental a través de animes, doramas, y el K-Pop.
La idea original para el nombre de la heladería era Snowball, en referencia a las bolas de nieve y al helado, “pero fue cambiada por una idea más novedosa y original”, detalla la pareja. Así que SnowKo es una mezcla entre dos palabras: Snow = nieve y Ko = Corea. “Queríamos que el nombre fuera algo adorable, corto y fácil de recordar”.
Sabores extravagantes, pero aceptados
Jamie Fuenzalida, copropietaria de la heladería explica que “inicialmente temíamos que los productos tradicionales de Corea no fueran acogidos por los clientes, por los sabores extravagantes como el helado de frijol rojo”. Sin embargo, ocurrió todo lo contrario; ese es uno de los sabores más solicitados.
La joven detalla que la idea de anexar ese sabor en particular al menú, surgió luego de que su esposo notara que en Nicaragua se consume bastante Gallopinto y por ende frijoles. “Una vez que alguien lo prueba lo vuelven a pedir, la gente confía en nosotros y en nuestro trabajo”.
SnowKo ha evolucionado varias veces desde su fundación en 2018. Inwoo Koo, el otro propietario de la heladería, relata que el negocio se ha remodelado seis veces con la idea de tener un espacio más grande y acogedor para los clientes. La interacción a través de redes sociales ha sido clave para el crecimiento, pues según cuentan, ellos forman parte de la familia SnowKo “y nos han hecho crecer hasta donde estamos hoy”.
SnowKo nació también del amor
La historia de la heladería está directamente relacionada con la historia de amor entre Fuenzalida y Koo. Él explica ─en inglés, con un marcado acento asiático─ que era un viajero que visitó más de veintiún países para conocer su cultura.
Una vez tuvo una mala experiencia en Alemania y no sabía comunicarse, pues habla coreano, japonés y chino, pero no sabía inglés ni alemán. De vuelta en su país se planteó aprender inglés, utilizó varias aplicaciones y un día se encontró con una joven que fue su tutora; era Jamie Fuenzalida. Una nicaragüense de treinta años con ascendencia extranjera.
Tiempo después, Koo vino a Nicaragua con solo dos maletas pequeñas y ganas de cocinar. La pareja se casó y meses más tarde nació la heladería.
Altibajos, cierre y pandemia
Pero no ha sido sencillo para la pareja y su negocio. Ambos explican que poco antes de decretarse la pandemia de Covid-19, “habíamos invertido bastante dinero en la remodelación del negocio en nuestro antiguo local y tuvimos que cerrar varios meses por el virus”.
Ahí surgió la idea de hacer mascarillas de tela y venderlas. Según comentan, Koo se basó en métodos coreanos para la fabricación de las mascarillas. “A veces trabajábamos hasta 36 horas sin parar; cosiendo, cortando, pegando…”, dice el chef.
Fabricaron mascarillas por dos razones: como un “aporte social por el contexto de la pandemia” y también para poder subsistir mientras la heladería estaba cerrada. En total, fabricaron unas 1500 mascarillas a lo largo de tres meses.
Fuenzalida y Koo agradecen a varias personas que durante esos meses les ayudaron. Sin ellos, no habrían reabierto sus puertas, lo que ahora en 2021, finalmente lograron hacer.
¿Qué podés pedir en SnowKo?
El menú de SnowKo está compuesto básicamente por helados coreanos y Ramen.
El sabor más emblemático de la heladería es el Korea Snowball; un raspado tradicional de Corea compuesto por una base de helado de leche deslactosada, una gruesa capa de granola, sirope de frijol dulce y una bola de helado encima también de frijol dulce. Todo ello hecho a mano por el chef.
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Durante la preparación, todos los ingredientes son pesados en una pequeña báscula. Koo explicó que esto lo realiza para seguir la receta tradicional coreana y para que todos los helados tengan el mismo sabor y calidad.
En el caso del Ramen, la preparación es un poco más compleja. Inwoo Koo, vestido como un chef tradicional de Corea, mueve todos los ingredientes en la cocina con sus típicos palillos de madera. Hierve el agua, introduce los fideos y otros ingredientes. Un olor agradable y un poco picante invade el ambiente.
Unos minutos más tarde dos recetas clásicas de Ramen están listas para ser consumidas.
SnowKo en el futuro
La pareja nica-coreana explica que antes tenían planeado abrir varias heladerías y así hacer crecer el negocio. En el camino, relatan, se han enfrentado a varias vicisitudes, aunque se levantaron siempre. No obstante, desistieron de la idea por la cercanía con que atienden a los clientes y la atención que ello requiere.
“Si abrimos varias sucursales la atención no sería igual, no podríamos estar en todos lados y la calidad de nuestros productos bajaría”, detalla Fuenzalida.
El chef coreano explicó que no crearon SnowKo por dinero, sino para compartir su cultura y un poco de su gastronomía: “SnowKo es para todos; quiero construir un lugar perfecto para que disfrute la gente de todas las edades”.
Las nuevas instalaciones de SnowKo se ubican en Lomas de Montserrat, de donde fue el Olofito 1cuadra abajo y 5 cuadras al norte. Casa esquinera #33.