En pantalla
La película está esclavizada a la mitología de George Lucas, pero al mismo tiempo trata de contar una historia propia
El universo de “La Guerra de las Galaxias” sigue expandiéndose bajo las órdenes de los estudios Disney. O más bien, la franquicia sigue ensamblando productos derivados. “Solo”, concebida como la “historia de origen” de uno de los personajes más populares en la trilogía original de George Lucas, contrasta con sus antecesoras por la ligereza de su tono, pero no logra justificar su existencia más allá de las demandas contables de una corporación en busca de éxitos taquilleros.
El joven Han Solo (Alden Ehrenreich) es un bribonzuelo del planeta Corellia, uno de tantos haciendo trabajos sucios para Lady Proxima (voz de Linda Hunt), una reina mafiosa que parece pariente del monstruo de “Alien”. Pero este Oliver Twist del espacio tiene una misión romántica. Quiere escapar de sus circunstancias y forjar una vida con Qi’Ra (Emilia Clarke). Para hacerlo, tiene pensado robarle a su jefa una dotación del valioso combustible que domina el mercado negro del imperio. Pero las cosas no salen como él quiere. Los amantes deben separarse. Han se enlista en el ejército imperial, se une a una pandilla de ladrones jefeada por Beckett (Woody Harrelson), conoce a Chewbacca (Joonas Suotamo), y se juega el Halcón Milenario con el seductor contrabandista Lindo Calrissian (Donald Glover). El principal arco narrativo lo conecta con Dryden Vos (Paul Bettany), un mafioso de alto calibre que le hace una oferta que no puede rechazar.
La película está esclavizada a la mitología de George Lucas, pero al mismo tiempo trata de contar una historia propia. El problema está en que la aventura picaresca no puede sorprendernos, pues debe cumplir con dramatizar las anécdotas que han nutrido la leyenda de Han Solo. Los mejores momentos tienen que ver con las metas a corto plazo que la trama impone: el espectacular asalto a un tren cargado de combustible, una revuelta de esclavos en una mina. Aún así, recuerdan a otros productos fílmicos: no se encariñe mucho con la banda que planea el primer gran golpe. Al mejor estilo de “Misión Imposible”, no todos viven para contar sus hazañas.
https://youtu.be/sm1IRvY0Mrw
El problema de la expansión de La Guerra de las Galaxias reside en sus expectativas económicas. Eso se traduce en un férreo control del tono y la forma, que coarta la creatividad de los cineastas. El drama que se vivió detrás de cámaras es más interesante que la película misma. Phil Lord y Christopher Miller, creadores de “La Película de Lego” (2014), fueron contratados para desarrollar el proyecto y dirigir el guion de Lawrence Kasdan – uno de los colaboradores originales de Lucas -. Es un pequeño escándalo, la productora Kathleen Kennedy intervino el rodaje y los suplantó por Ron Howard – ganador del Óscar por “A Beautiful Mind” (2001), pero más conocido por la trilogía de “El Código Da Vinci”-. Reportes de prensa señalan que Howard tuvo que filmar el 70 por ciento de la película. Algún día, alguien va a escribir un libro fascinante sobre esta debacle.
Es mérito de Howard que el producto final no delate este drama. Es una pieza mecánica, pero funcional, de distracción corporativa. Ehrenreich logra un precario equilibrio entre la imitación y la expresión personal. Sobrevive, pero no sorprende. Si quiere verlo brillar, busque en Netflix “Hail Caesar!”, la comedia de los hermanos Coen escenificada en el ocaso de la era de los grandes estudios de Hollywood.
Los personajes más memorables son Lindo Carlissian (Donald Glover) y la androide L3-37 (voz de Phoebe Waller-Bridge). La ambigua relación romántica entre ellos da una pista de lo que estas películas de “universo expandido” deberían ser: historias autónomas en un escenario común, donde los cineastas puedan experimentar con estilo y forma. Por temperamento y antecedentes, podemos deducir que Lord y Miller estaban apuntando hacia una comedia sin tapujos. ¿Por qué no tener una sátira en este mundo? ¿O un musical? ¿Por qué no sorprender, tomar riesgos? Pues, porque este juego no se trata de creatividad e inspiración. Se trata de garantizar una inversión y sacarle el jugo a un concepto probado. La verdadera medida del éxito de “Solo” son los ingresos de taquilla.
“SOLO: UNA HISTORIA DE ‘LA GUERRA DE LAS GALAXIAS’”
(SOLO: A STAR WARS STORY)
Dirección: Ron Howard
Duración: 2 horas, 15 minutos
Clasificación: * * * (Recomendada con ciertas reservas)