El calendario ha marcado el día más amoroso del año. Ni la pandemia parece detener a Cupido este 14 de febrero: el Día de San Valentín, también conocido como “Día del amor y la amistad”. Una fecha ideal para que los enamorados expresen su amor, pero ¿y los solteros en San Valentín, qué hacen?
Mientras para muchos el color rojo y los corazones lo cubren todo, hay quienes ven en el día solo una técnica más de consumo. Otros, reinvindican la fecha con nuevas perspectivas de independencia emocional.
Un ingeniero civil, una maestra jubilada, una ayudante de tienda y un joven de la comunidad LGBTI+, todos solteros en San Valentín, nos cuentan en primera persona cómo se vive soltero en el “Día del amor y la amistad”.
“Conocer qué quiero me ha dado armonía y plenitud”
Joe Taylor, joven de la Comunidad LGBTI+. Tres años soltero
Defino mi soltería como serenidad. He llegado al punto de compararla con un vaso de agua que está simplemente ahí, estático, sin movimiento, en calma. He aprendido muchas cosas de mí que ignoraba completamente, como mi espacio individual, el tener metas e ideas independientes. A tener más citas conmigo mismo. Conocer qué quiero, deseo y espero de mí mismo me ha llevado a tener esa armonía, a vivir a plenitud. E intuitivamente, me ha ayudado a ver la vida más allá de una vida con pareja.
Dentro de estos tres años que llevo soltero he tenido como tres a cuatro citas. Pero me he preguntado en reiteradas ocasiones si estoy realmente dispuesto a pausar esa relación que he llevado conmigo durante este tiempo. No estoy cerrado a que pueda haber un cambio, pero por el momento disfruto a plenitud esta etapa donde el mayor protagonista soy yo.
San Valentín es una celebración muy roja, llena de detalles, y cosas muy cute. A mí me gustan casi todas las celebraciones, porque —desde mi punto de vista— aleja a las personas, aunque sea por un instante, de sus problemas cotidianos.
“Uno no se puede ir con la primera persona que se le presente”
Yariosca González, ayudante de tienda en Juigalpa. Cuatro años de soltera
Soy del pensar que mejor sola, que mal acompañada. Tener una pareja no es algo que haga tanta falta que digamos, uno se adapta a eso. Todo es a su tiempo, no es mi prioridad: si viene bueno y si no, pues también.
Tampoco porque uno se siente solo, se puede ir con la primera persona que se le presente, uno se tiene que tomar su tiempo para conocer a otra persona.
Hay amigos que ya tienen su familia, están casados, están juntados o tienen pareja o llevan años en una relación. De mi grupo de amigas, creo que soy la única que está soltera. Hay personas que me recomiendan continuar así. Otras, me dicen que es hora de buscar algo de compañía. Mi papá, por ejemplo, me pregunta: “¿Cuándo me va a dar un nieto?”. En cambio, mi mamá es más relajada y me dice que estoy bien así.
El Día de San Valentín, lo siento más como un marketing. A fin de cuentas, todos los días son para tener detalles. También hay gente que no tiene una pareja por compartir, sino por apariencia, siento que ahora se basa en las redes sociales: “¡Qué mi amor, que aquí, que allá!” Fotos, videos, texto, historias, de todo, y ves aquello perfecto, pero no siempre es así.
“Se burlan porque nunca me casé, pero off the record me felicitan”
Israel Lewites, empresario, ingeniero civil y ambiental. Año y medio soltero
Sobre mi soltería no niego que tiene aspectos muy cómodos. Puedo enfocarme más en mis hobbies, tengo más tiempo para estar de perezoso y no importa qué tanto me equivoque o haga mal las cosas, la paz siempre reina en casa.
Cuando estamos en grupo, mis amistades se burlan de que nunca me casé, pero “off the record” me felicitan: “Así quedate hermanito, has sido sabio”.
En cuanto a mis padres, es todo un tema. Yo he tenido muchas novias, mis padres les toman un gran cariño y cuando la relación termina, quedan tristes. “Sería ideal que te estabilizaras con una buena mujer” dicen, para luego enfatizar que ellos no opinan sobre la vida ajena.
La celebración del “Día del Amor y la Amistad” podría mejorarse. Si hemos aceptado que el comercio nos imponga hasta la fecha en que debemos aparearnos, al menos intentemos no congestionar la ciudad, ni sobrecargar los restaurantes, ni causar un déficit de infraestructura motelera. ¡Hagamos la semana de San Valentín! Supongo que esos que quisieran “dividirse” los 14 de febrero, para estar en dos o tres sitios al mismo tiempo, estarán muy anuentes a apoyar esta iniciativa.
Nadie quiere quedarse fuera de una fiesta, todos queremos ser parte de las celebraciones. No tener pareja el 14 de febrero es como no tener familia en Navidad o quedarte metido en una oficina toda la Semana Santa.
“Quererse no tiene horario ni fecha en el calendario”.
“Para mí el amor es de todos los días”
Lesbia Bermúdez, maestra jubilada. Veinte años soltera
La soltería para mí ha sido con responsabilidad, porque tengo dos hijos varones. Es difícil, por los cuestionamientos, tanto de mis hijos como de mis hermanos. Cuando me separé de mi esposo, hace más de 20 años, me tuve que llenar de una coraza muy fuerte. ¡Qué injusta es la vida! Qué te cuestionen tus hermanos, que te quieren mucho, y luego también tus hijos.
“El amor es como un jardín”, pareciera trillado el asunto, pero no. Resulta que vos la relación de un amor y la consolidación de un amor eso no es de un día o de un mes como el día o el mes de san Valentín, eso es muy comercial. Para mí el amor es de todos los días, lo construís con pequeños detalles, lo construís con la franqueza, con el respeto mutuo, los construís con el hecho de respetar y valorar a la pareja. El amor también lo construís teniendo equidad de la responsabilidad de los hijos, cosa que es muy difícil en nuestro país.
La celebración de San Valentín me parece un bonito detalle, para entrar un poquito en la onda comercial, porque eso no le hace mal a ninguna. El detalle está en algo tan pequeño que te guste, que esté presente en tu mente. Para mí los detalles son importantes, no como dice el comercio, sino cualquier día. Siempre alienta y siempre tiene un significado muy importante.