El perro que no deja de ladrar
La directora argentina Ana Katz ofrece una gentil comedia que al igual que su protagonista, flota a la deriva. Sebastián (Daniel Katz) tiene una perra que no deja de ladrar cuando esta sola. Para acomodarla, se embarca en una serie de cambios que lo llevarán a la madurez. Estamos ante una gentil meditación sobre la vida, el trabajo, y el amor. El humor es mordaz, pero cálido, con un guiño humanista a la vida en pandemia. Más allá de los adjetivos, amo esta película.
Cryptozoo
“Las utopías nunca funcionan”, son las proféticas palabras que dice Amber, mientras sigue a su novio Matt, escalando el gigantesco cerco que protege al “Cryptozoo”. Un parque que aloja criaturas mitológicas se encuentra en el centro de este alucinante ejercicio de animación para adultos – hay sexo y violencia a granel -. La trama delinea una sorda competencia entre el ejército, que usa a los “críptidos” como armas, y Lauren, una veterinaria mercenaria que quiere “rescatarlos” para que vivan en el zoológico temático. El argumento se termina desviando por rutas convencionales, pero la estética, y la animación, son extraordinarias.
Jockey
El tipo de revelación de Sundance que invade el radar de la Academia. Después de décadas bregando como actor de reparto, Clifton Collins Jr. Le hinca el diente al sustancioso papel de un jockey en el ocaso de su carrera. La aparición de un joven competidor que asegura ser sus hijo (Moises Arias) lo empuja a contemplar sus frustraciones y arrepentimientos. El director Clint Bentley retrata con convincente realismo el submundo del circuito de carreras de caballos.
President
La directora Camila Nielsson (Democrats) regresa a Zimbabwe para retratar un nuevo capítulo de convulsión política. El dictador Robert Mugabe ha sido expulsado por sus secuaces. Su eterno vicepresidente, Emmerson Mnangagwa, corre para presidente por el partido oficialista. En la acera de la oposición está Nelson Chamisa, un abogado de 40 años que tomó la candidatura presidencial de la oposición después de que Morgan Tsvangirai muriera apenas cuatro meses antes de la elección del 2018. Los ecos con la crisis de Nicaragua son innegables, y contribuyen al poder de la película.