A Paola Zúñiga pocas cosas le roban la sonrisa. Pero le gusta cuidar cada detalle cuando una persona se aloja en “La Bicicleta Hostal” –el negocio que fundó junto a tres amigas–. Al recibir una crítica negativa en una de las plataformas de reserva de hoteles se siente abrumada. “El negocio es tan demandante, es todos los días del año, que de repente te valoran con un seis por algo tan simple como que había una pequeña actividad con gente en el local”, ejemplifica.
Sin embargo, La Bicicleta tiene un promedio de 9,3 en las valoraciones dejadas por 149 de sus visitantes en Hostelworld.com, la página web que enlaza a hostales en más de 165 países y mediante la cual se ofertan en internet. De hecho, en 2017, ganaron en esa misma plataforma el reconocimiento como el mejor hostal de Nicaragua en los llamados premios “Hoscar”, gracias a los votos de los viajeros.
“Llevamos cuatro años con este sueño”, recuerda. Después de graduarse de la universidad, Sara García, Raquel Barrios, Alejandra Torres y Paola decidieron crear su propia empresa.
Cuando algunas de ellas regresaron de estudiar sus maestrías en el extranjero empezaron a recibir visitas de amigos. “Como nosotras no teníamos espacio en nuestras casas fue así que buscamos lugar para ellos y vimos que no había tanta calidad en el concepto de hostales”, asegura.
“Si bien la experiencia profesional te enriquece mucho, estar en un trabajo que no te apasiona no vale la pena”, dice.
El sueño nació en España
Tras ganar una beca en 2011, Paola dejó su trabajo y empacó sus maletas para aventurarse a prepararse en Francia con una beca. También pudo hacer un intercambio en la turística ciudad de Málaga, España.
Pudo estudiar Turismo desde el área de servicio y calidad. “Todo ese conocimiento me prendió la chispa para este proyecto”, explica. Aunque siempre supo y luego comprobó, que emprender no era fácil.
“La idea surge con el interés de ofrecer al turista una conexión humilde y sencilla entre el extranjero y el local. Queremos ser más que un hostal, apostamos a brindarles las mejores recomendaciones, ser un espacio cultural, en donde el cliente al momento de irse se lleve no solo buenos consejos, si no también amigos”, dice.
Un mundo difícil
De las cuatro, Paola es la que pasa más tiempo en el hostal porque funge como gerente.
Para iniciar el negocio decidieron vender todo lo que pudieron para reunir un buen capital inicial.
“Al ser jóvenes, a veces los incentivos estaban lejos para nosotras, empezamos con las uñas. Nuestra visión era estar de la mano de la sostenibilidad y la inversión en tema de equipos verdes es alta, pero o lo hacíamos así o no había proyecto”, explica.
Confiesa que el acceso a crédito fue casi imposible y “fue hasta finales del año pasado” cuando obtuvieron su primer préstamo pese a que mostraron números de crecimiento y dos años de facturación.
Esta joven de 31 años cuenta que actualmente tienen ocho trabajadores e iniciaron solamente con tres. “Fuimos muy cautelosas, tuvimos que esperar tiempo para delegar y además reclutar personal tenía un alto costo, que no podíamos permitirnos al inicio”, manifiesta.
Un concurso regional
Hace unos días a Paola le notificaron que fue seleccionada como una de las diez finalistas regionales del programa “LEADS Mujer” que desarrolla Incae Business School y Master Card.
Después de cursar el programa junto a 40 participantes, elegidas entre más de 2.600 aspirantes, espera ser una de las cinco empresarias que presentarán su negocio a un jurado que elegirá tres proyectos ganadores de un premio económico.
“Conocer a tantas mujeres empresarias y seguir preparándome ya ha sido una recompensa”, admite.