Eran las 04:00 de la madrugada y ahí estaba yo, despierta, tratando de dibujar a Hulk. Ese hombre verde que en los últimos tres meses, se había convertido en la obsesión de Dante. Y que yo, bien alcahueta, le organizaba su cumple con ese motivo. Ya saben, solo una vez en la vida se cumplen tres años.
En ese silencio de la madrugada, con un lápiz, una tijera y un cuerpo cansado, me recosté sobre el piso y pensé en lo rápido que pasa el tiempo. Dante iba a cumplir tres años. Yo aún recordaba la última vomitada ese 21 de septiembre del 2013 cuando salí con la gran ‘tilila’ manejando con dolores de parto, que en realidad era preclamsia, desde Ciudad Sandino hasta Bello Horizonte, donde mi ginecóloga.
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Supongo que nunca se olvida el día que trajiste un nuevo ser al mundo. Recuerdo todo en el quirófano, tal cual, lo estuviera viviendo. Los olores, los colores, los gestos, las voces, los dolores y claro mis lágrimas de alegría al ver a mi hijo sano. Ese recuerdo también está impregnado en mi cuerpo.
Ser madre no es fácil
Es cierto que mi hijo está pequeño, pero estos tres años, han sido de aprendizaje. No sé si es que yo seré inútil (capaz), pero he de confesar que ser madre no es tan fácil como se cree. Muchas veces he dudado sobre las decisiones que voy a tomar, porque a final de cuentas, no quiero que mi hijo sufra por esas decisiones, quiero que mi hijo sea feliz.
Siempre pensé, y sigo pensando, lo peligroso y provechoso que puede ser una madre. No sé si es cultural o si es natural, pero la figura de la madre, marca la vida de todas las personas. Y con esto no quiero decir que no existan padres que no marquen la vida de sus hijos, claro que los hay, pero la diferencia entre una buena y una mala persona la marca una madre.
Esto no significa que solo las mujeres podamos criar, NUNCA. El padre y la madre, pueden hacerlo. Los dos son importante en la vida de los hij@s. Pero capaz algún lazo único se crea en esos nueve meses de gestación. He de ahí que ser madres no es algo que se deba tomar a la ligera, debe ser una decisión consciente. Aunque uno nunca esta del todo preparada.
Lo divertido de ser madre
Pero ser madre también es divertido. En estos tres años siendo #DanteYLaMamá hemos vivido cantidades de aventuras. Con un niño no hay día de descanso, pero tampoco, hay días aburridos. Amo escucharle sus pláticas con sus juguetes, sus ocurrencias, sus peleas conmigo (porque pone bastante resistencia), su alegría al descubrir algo nuevo o al hacerlo y sobretodo decirme: te quiero mucho mamá y fundirse con mi pierna en un abrazo.
Y bueno, además tiene un repertorio único que es imposible no morirse de la risa. Como cuando me dijo que le daban miedo los dinosaurios por cosas de la vida; o como cuando me alerta de los multeros (policías) en la carretera; o cuando me establece la prioridad de él: jugar; cuando me corrige; y hasta cuando me da vuelta y trato de no reírme, porque no debo hacer ‘chafa’ sus malacrianzas, aunque en general, es un niño bien portado.
Estoy enamorada de mi hijo, pienso es lo más hermoso e inteligente que he podido crear. Lo amo, nunca creí poder amar tanto, y aunque quiero expresarlo en palabras, no puedo, creo que aún no conozco esas palabras precisas para evidenciar este amor. Estoy feliz con su existencia, y aún cuando a cada rato me demanden, no me arrepiento de nada, nadita.
Es un niño chiquitito y juguetón, y se lava la carita con aguita y con jabón; y como él mismo dice: y le arden los ojos. Es lindo, hermoso, inteligente y espero colaborar para que sea una buena persona. Lo miro y creo es feliz. Espero que sea feliz, que disfrute la vida tanto como yo, que se caiga y se levante, que sea buena persona, que sea lo que él quiera ser.