En pantalla
Una escena de cómica inocencia puede dar paso a un asesinato aterrador. Nada es seguro en “Twin Peaks”.
¿Si Twin Peaks nunca vino a Nicaragua, puede regresar? El director David Lynch apreciaría la pregunta. La nueva temporada de su legendaria serie de TV está disponible en Netflix, lista para desconcertar a veteranos y neófitos por igual.
A finales de los ochentas, el joven Lynch era uno de los nuevos directores más interesantes de Estados Unidos. “Blue Velvet” (1986), su prematura obra maestra, lo había delatado como una mezcla de Norman Rockwell y Luis Buñuel. Se unió al productor de TV Mark Frost, para explorar el género de la “telenovela nocturna”. La primera temporada, de tan solo ocho capítulos, se convirtió en un fenómeno. La audiencia masiva se obsesionó con la idea de descubrir la identidad del asesino de Laura Palmer (Sheryl Lee), reina de la escuela secundaria del pueblo titular. La cadena ABC ordenó una segunda temporada.
El plan original del director era no revelar nunca la identidad del asesino, y usar el misterio como excusa para explorar las relaciones entre el pequeño ejército de personajes. Los creadores cedieron a la presión, y resolvieron el misterio en el séptimo episodio de la segunda temporada. Pero ningunas de las subtramas capturaron la imaginación del público con el mismo fervor. La serie fue cancelada.
Eventualmente, Lynch logró volver al pueblo que tanto amaba, pero en el cine. Los fans que acudieron buscando resolución se sintieron agredidos por “Twin Peaks: Fire Walk with Me” (1992). La película dedica su primera media hora a un caso previo al crimen de Laura. El tono era radicalmente diferente, grotesco y frío. Los detectives desaparecen sin explicación, y la cinta se transforma en un recuento de los últimos días de Palmer. Abucheada durante su estreno en el Festival de Cannes, ahora es considerado uno de los mejores trabajos del director.
La última vez que los televidentes vieron al agente Dale Cooper (Kye McLachlan), el investigador del FBI estaba encerrado con el espíritu de Laura en el “cuarto rojo”, una especie de limbo entre la vida y la muerte. “Te veré otra vez en 25 años”, dice ella. La predicción falló solo por un año. En un giro de trama digno de Lynch, la cadena Showtime le dio luz verde a una nueva temporada. El director habla de “…El Regreso” como una película de 18 horas, partida en segmentos de una hora. La pregunta del millón es si una persona que nunca ha visto “Twin Peaks” puede mirar su nueva encarnación. El director asegura que no importa. Después de ver los primeros 7 capítulos, le doy la razón. Lynch está revolucionando el formato narrativo, creando algo tan original que podemos inventar una nueva manera de verlo.
No sé si califica como spoiler algo que es del dominio público desde 1990. Probablemente, conviene saber que Laura fue asesinada por su padre, Leland Palmer (Ray Wise), poseído por un demonio llamado Bob (Frank Silva). Cooper quedó atrapado en el cuarto rojo, mientras un doble, poseído por Bob, ocupa su lugar. El tiempo ha pasado, pero el Cooper bueno sigue encerrado, mientras el malo recorre el país sembrando violencia. En Nueva York, Sam (Ben Rosenfeld) observa detenidamente una gigantesca caja de cristal y administra las múltiples cámaras de video que la graban esperando….algo. En Dakota del Sur, un director de escuela (Matthew Lillard) se ve involucrado en un crimen. En Twin Peaks, la “señora del tronco” (Catherine Coulson) transmite un mensaje a la policía. Tiene que ver con Laura Palmer.
Lynch sigue a su musa por donde sea, dinamitando las convenciones narrativas para abrirle camino a su creatividad. El tiempo lineal y el espacio son materiales maleables que esculpe según sus deseos. La tiranía del valor de entretenimiento queda anegada en escenas que intencionalmente se extienden más allá de lo esperado. Hay un botín de guiños al cine negro, el “grindhouse” y el musical. Una escena de cómica inocencia puede dar paso a un asesinato aterrador. Nada es seguro en “Twin Peaks”. Esa inestabilidad es la principal preocupación de Lynch. Como lo hermoso, lo terrible y lo banal coexisten en la vida.
La influencia del “Twin Peaks” original todavía se siente. “…El Regreso” es como un mensaje del futuro. No podemos sospechar cómo cambiará el cine, la televisión y nuestra forma de experimentarlos. Por el momento, no se preocupe por entender. Solo sienta.