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¿Un nuevo diálogo nacional? Todo lo que se sabe hasta el momento
El 16 de mayo se instaló el Diálogo Nacional, que se encuentra suspendido ante la intransigencia del Gobierno de Ortega.

La sociedad civil plantea al menos tres condiciones mínimas para sentarse y buscar una solución a la crisis que vive el país.

La puerta a un nuevo diálogo nacional se ha abierto. O al menos eso es lo que ha informado el régimen de Daniel Ortega y un grupo de empresarios nicaragüenses que se reunieron el 16 de febrero, acompañados del cardenal Leopoldo Brenes y el nuncio apostólico Waldemair Stanislaw Sommertag.

No obstante, organismos de derechos humanos internacionales y la sociedad civil nicaragüense han coincidido que un futuro diálogo nacional debe iniciar por la liberación de los presos políticos del régimen, quienes al menos seis, de los más de 700, pertenecían a la mesa del primer diálogo nacional, convocado en mayo del 2018.

Los empresarios Roberto Zamora, Carlos Pellas, Ramiro Ortiz, Juan B. Sacasa y José Antonio Baltodano solicitaron un encuentro con el gobierno con el fin de discutir “la urgencia de una negociación incluyente, seria y franca con la sociedad civil, para abordar la grave situación social, política y económica que atraviesa el país”, mencionaron a través de un comunicado.

También reiteran que sus únicos objetivos fueron “abrir las puertas para reanudar la negociación entre el Gobierno y la Alianza Cívica, así como trasladar al Gobierno la urgencia de abordar los planteamientos de la sociedad civil y la comunidad internacional”.

Minutos después de hacerse público el encuentro entre empresarios y Ortega, el 16 de febrero, el embajador de Estados Unidos, Kevin Sullivan, manifestó a través de Twitter que su gobierno acogía este encuentro, pero que “las negociaciones requerirán acciones de buena voluntad”.

A pesar que una de las presiones de los movimientos civiles y los organismos de derechos humanos es la liberación de los presos políticos, en una reciente visita de una delegación de la Secretaría General de la Organización de Estados Americanos (OEA), con Daniel Ortega, se planteó la anulación de los juicios y el avance de un proceso electoral, pero el Gobierno afirmó que las personas detenidas en el marco de las protestas “han sido objetos del debido proceso”, cerrando al menos públicamente esta opción.

¿Tiene voluntad política Daniel Ortega?

A pesar que no hay indicios sobre cuándo, con quiénes o bajo qué condiciones iniciaría un nuevo diálogo nacional, el tema ha vuelto a la opinión pública, desde que en junio quedara estancado. Este mecanismo también sigue siendo visto por un amplio sector de la sociedad como la única salida cívica a la crisis sociopolítica que desde abril atraviesa el país y que se agudiza cada día.

El cardenal Leopoldo Brenes señaló que la reunión entre los empresarios y el gobierno no se trata de un “diálogo”, sino de un “encuentro que los empresarios querían tener con el señor presidente para expresarle sus inquietudes”.

De igual forma, José Adán Aguerri, presidente del Consejo Superior de la Empresa Privada (Cosep), afirmó que la reunión “es un esfuerzo importante para abrir una puerta que ha estado cerrada por mucho tiempo”.

No obstante, muchos se preguntan a través de las redes sociales si el gobierno de Nicaragua tiene voluntad de dialogar. Para algunas voces, como la del exmagistrado Rafael Solís, un nuevo diálogo debería incluir tres condiciones mínimas que pondrían a prueba qué tan interesado está el régimen de buscar una salida a la crisis. Estas empiezan por la liberación de los presos políticos, el cese a la represión y la reapertura de los medios de comunicación y su funcionamiento normal sin ningún tipo de censura.

El exmilitante sandinista también planteó a través de una carta que los obispos de la Conferencia Episcopal debería seguir como mediadores, pero que sería “una buena idea” el acompañamiento del nuncio apostólico, un par de gobiernos de la OEA escogidos entre el Grupo de Lima y además, uno de Europa o el secretario general del SICA, Vinicio Cerezo.

Libertad de los presos políticos es primordial

Otros movimientos de la sociedad civil, como la Alianza Cívica, plantean los mismos puntos tres puntos. También afirmaron que están listos para el llamado a la reanudación de las conversaciones bilaterales y que apoyan y respaldan el “esfuerzo” de reabrir las mesas.

El Comité de Familiares de Presos Políticos afirmó que el único diálogo que ellos apoyarían debería iniciar con “la liberación inmediata de todos los reos sin condición alguna y bajo garantías imprescindibles de respeto a sus libertades de movilización”.

Asimismo, plantean que otras organizaciones como la Asociación Madres de Abril (AMA) y el Comité funjan como interlocutores directos “en las decisiones concernientes a la verdad, justicia penal, reparación integral y todas las garantías de no repetición” para sus familiares víctimas de la represión del régimen.

Además, exigen que el gobierno “de garantías reales del cese de los secuestros, acoso y persecución al pueblo que hace el uso de su legítimo derecho a la organización y protesta pacífica”.