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Un vaso vacío

Ya no tenía nada más que ofrecer en temas de apoyo emocional a nadie más, mis reservas se habían extinguido. Mi vaso estaba vacío.

     

Cuando comencé a escribir en Rompiendo La Etiqueta estaba segura que iba a publicar periódicamente, con lluvia, truenos o relámpagos.  Sé que tengo mucho que compartir respecto a mi sufrimiento emocional -especialmente todas las lecciones aprendidas-  y el tema de Salud Mental en general, y además, quiero abrir el espacio a otras personas con experiencia vivida que quieran compartir sus historias con experiencias emocionales extremas, entonces material sé que sobra. Sin embargo, los últimos tres meses he estado nutriendo mi alma y mi corazón con comunidad, familia, naturaleza y más comunidad.  Porque lo necesitaba, porque mi vaso estaba vacío.

A finales del año pasado comencé junto con mi esposo y mi hijo, una vida nomádica entre EEUU y Nicaragua, el primer gran cambio en más de una década -después de convertirme en madre, claro está-, y había calculado los ajustes por los que mi familia iba a pasar, el establecimiento de una nueva rutina, en una nueva comunidad, un nuevo país.  Pero cuando una hace planes, la Diosa se ríe.  A los quince días de haber llegado a nuestro primer destino en EEUU, decidí junto con mi esposo cancelar todos nuestros planes y comprometerme a brindar apoyo emocional y práctico a su familia, a mi suegra en particular, ya que en ése momento la familia estaba atravesando una crisis ocasionada por una compleja situación de adicción que enfrenta mi cuñado.

Por mi propia experiencia, estaba convencida que iba a practicar la aceptación radical, las habilidades de escucha empática, iba a invocar toda la resilencia cultivada en los últimos tres años e iba a abstenerme de juzgar a mi cuñado, porque después de todo, él, de todos los involucrados, es el que más necesita de nuestra empatía y compasión.  Y así lo hice por casi tres meses, hasta que un día la luz de alarma y la sirena de emergencia se encendieron en mi centro interno de autocuidado y me replegué sobre mi misma y mi hijo, porque ya no tenía nada más que ofrecer en temas de apoyo emocional a nadie más, mis reservas se habían extinguido.  Afortunadamente nos tocaba volver a Nicaragua, donde pude enfocarme en nutrir mi vida interior y regresar a ese lugar de balance, desde donde puedo ofrecer algo auténtico a los demás.

Así es la vida, a veces las circunstancias te llevan a un punto de agotamiento total, no importa que tan consciente estés de lo que tenés que hacer para mantener el balance interno, a veces simplemente no es posible, y después hay que tomarse el tiempo necesario para recuperarse.  Es por eso que no he publicado nada en los últimos meses, porque aunque las reglas de mercadeo digital me digan que tengo que ser consistente con mis tiempos de publicación, no puedo ser hipócrita, siento que es vital practicar lo que ‘predico’, especialmente aquí en Rompiendo La Etiqueta.

Después de vivir con alguien que tiene problemas de adicción severos, puedo decirles que no tengo ninguna respuesta, ni solución que ofrecer al respecto.  Confirmé que la única respuesta ante situaciones de sufrimiento extremo es la presencia empática y libre de juicios, aceptación radical de la persona en angustia mental sin dejar a un lado las necesidades propias, y muy importante, rodearse de una comunidad fuerte, porque el peso de una adicción es demasiado para una sola familia.

Envío mi simpatía a todas las familias en Nicaragua y personas que están en estos momentos lidiando con el sufrimiento relacionado a situaciones de adicción.  Creo que cada quien debe tratar de buscar solaz en haber hecho su mejor esfuerzo para ayudar a remediar la situación, independientemente del resultado de éste esfuerzo.  Y practicar la aceptación radical, no podemos pretender entender el sufrimiento emocional de la otra persona, pero sí podemos elegir aceptarles tal como son, adicción incluida.

Finalmente les comparto unas reflexiones escritas dos días después de haber tocado fondo con esta situación, tal vez ustedes encuentran algún valor en ellas:

*Nadie sabe lo que hay más allá*
*Todo lo que es importante está inmediatamente frente a vos*
*Es mejor esperar lo mejor*
*Este momento es una página en blanco*
*Los golpes de la vida pueden traer consigo un gran entendimiento*
*El futuro siempre es incierto, así que enfocate en el momento presente*
*Siempre hay una opción*
*El miedo a lo desconocido es innecesario*
*El pesimismo evita que experimentés todo lo bueno que está pasando a tu alrededor*
*La angustia emocional es altamente contagiosa*
*Puedo conservar la esperanza*

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