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¿Se puede vivir sin comer proteína animal? Vivir una dieta vegana en Nicaragua es posible. Estos jóvenes nos cuentan cómo lo logran a pesar de las dificultades y falta de comprensión
La vida de Darwin Siu cambió el día que decidió visitar un matadero. Lo hizo en compañía de un grupo de amigos, en la ciudad caribeña de Bluefields. Hasta entonces, era un habitual consumidor de carne, pero hoy, dos años después de esa experiencia, es vegano.
Tras presenciar la desesperación de las vacas a punto de ser sacrificadas, algunas incluso llorando, este blufileño sufrió una especie de shock emocional que refrescó en su mente otra escena parecida: el destace de tortugas; muy común en las zonas del Caribe nicaragüense. Esas experiencias sangrientas llevaron al joven universitario a un proceso de reflexión, por varios días, sobre sus hábitos de consumo cárnico.
Cambiar sus hábitos alimenticios no fue fácil, pues no recibió el apoyo de parte de sus amigos y familiares. Pero se propuso dejar todo. “La alimentación era deliciosa, pero era difícil, entonces la pensé como en una semana. Tomé la decisión, miré los nutrientes que el cuerpo necesita y me di cuenta que podía vivir sano sin productos animales, eso me motivó”, comenta Siu.
Tras haber eliminado los productos cárnicos de su vida, el joven explica lo complejo que es asumir una dieta sin proteína animal, en parte por la dificultad de encontrar productos como leches vegetales, en los mercados populares de Nicaragua. Únicamente pueden conseguirse en los grandes supermercados. Otro obstáculo, han sido las relaciones sociales. Aquí te contamos cómo es ser vegano en Nicaragua.
Veganos en Nicaragua
El interés por el veganismo cada vez es mayor, en parte por la influencia de los medios de comunicación, las redes sociales y las figuras públicas de fama internacional. Pamela Anderson, Joaquín Phoenix y Paul McCartney, son solo algunos de los artistas que promocionan esta práctica.
Nicaragua no es la excepción, sin embargo, ser vegano aún está reducido a un pequeño grupo poblacional. En la red social Facebook el grupo Veganos Nicaragua cuenta con cerca de 2000 miembros. Aquí se comparten noticias, consejos, recetas, productos, cursos, emprendimiento y establecimientos que tengan que ver con el veganismo e incluso participan vegetarianos que desean dar el siguiente paso.
Anne Zemmour tiene 33 años y es originaria de Francia. Es comunicadora y trabaja como freelance en el mercado del marketing digital, desde hace seis años reside en Nicaragua y representa el lado más comprometido del veganismo. O quizá para algunos el lado más “extremo”.
El amor por los animales tiene un lugar especial en la vida de esta joven, quien decidió volverse vegana en Nicaragua; sentimiento que también comparte con los otros miembros de su familia que viven en Francia, quienes también son veganos. La joven aclara que ella no fue criada como tal, sino que su familiares tuvieron motivos y procesos distintos para adoptar esta filosofía que ahora ella y su familia comparten.
Ser vegano es un poco más difícil en Nicaragua, comenta, porque en otros países en los supermercados hay “stands” con comida hecha para los veganos. Sin embargo, destaca que la diversidad de la comida nicaragüense permite que sea “veganizada” con tan solo eliminar la carne, el huevo y la leche, además agrega que el menú nica es “súper diverso” y que además hay una variedad de sabores.
¿Qué es ser vegano?
Para Zemmour, al principio, su decisión de ser vegana no fue por una visión ética, sino por “simple gusto”, primero como vegetariana, consumiendo productos como huevos, leche y miel, pero tras una visita a los arrecifes entre Colombia y Panamá llegó a la conclusión de que era “raro de su parte” de que consumiera marisco, así que tras informarse y ver un documental decidió empezar un cambio. Durante un año fue eliminado todo producto animal de su dieta, según cuenta, lo más difícil fue dejar de consumir huevo.
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“El veganismo no es un estilo de vida, realmente es una postura ética y política en contra de la explotación de los animales, no hablamos solo de comida, sino de absolutamente todo, no vamos a los zoológicos, no vamos a comprar ropa de piel, no vamos a probar productos de belleza probados en animales, no vamos a los parques a hacer diversión con los delfines, caballo o cualquier animal que sea explotado para el placer de los humanos”, explica. Zemmour es vegana desde hace cinco años, además de otros cinco como vegetariana.
La nutricionista Mercedes Wong-Valle Aranda explica que a diferencia de lo que se afirma a favor y en contra, una dieta vegana “no es más ni menos saludable, esto va a depender de cada persona y a la genética que cargue. Lo que no se puede negar es que el veganismo tiene muchos beneficios a nivel cardiovascular cuando la dieta está balanceada”.
A diferencia de las demás personas, los veganos deben implantar estrategias para consumir las proteínas necesarias. Según comenta la nutricionista, a esto se le conoce como compensación proteica, por tanto, quienes se someten a un régimen vegano deben consumir vitamina B12, nutriente que no se encuentra en las plantas, únicamente en productos animales. Esta vitamina ayuda a mantener sanas las neuronas y los glóbulos sanguíneos. También previene un tipo de anemia, que provoca cansancio y debilidad en las personas.
Luchar con la incomprensión familiar
Una de las dificultades para los veganos es la aceptación de su entorno. Es el caso de Darwin Siu, quien lamenta el tener que lidiar con personas que no entienden su filosofía de vida. “Es un poco difícil, cuando uno está en reuniones, o lo invitan a una fiesta y a veces uno se siente excluido: y éste ¿qué come?, ¿qué será el veganismo?”, se preguntan. “Se siente raro, porque tú comes diferente, soy consciente que el veganismo es algo nuevo en el país y creo que en el futuro va haber mejores opciones para las personas veganas”, explica el blufileño.
Según cuenta Darwin al principio algunos amigos se reían y cuestionaban cómo era posible que dejara de comer algo “tan delicioso como la carne”, pero a la fecha ha logrado que lo entiendan. Y una de las personas que no estaba de acuerdo con la decisión de Darwin era su mamá, quien temía por su salud y el riesgo de desnutrición, pero, según cuenta, gracias a la colaboración de una amiga nutricionista, pudo convencerla de que se puede vivir sin productos de animales, e incluso que disminuya su consumo de carne.
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Anne por su parte, también ha tenido que lidiar con cuestionamientos de familiares, amigos e inclusos extraños. “A veces hay personas que se burlan mucho, que son muy pesadas con eso, pero con el tiempo se van calmando con eso, porque yo les explico para qué soy vegana y al final terminan entendiendo y algunos se volvieron veganos con el tiempo y creo que siempre es importante explicar aunque sean las mismas preguntas y “bromas”.
“Tengo amigos que no son veganos ni vegetarianos, pero a veces es un poco pesado comer con ellos porque en la mesa veo que hay cuerpos de animales y eso me afecta, porque yo trato siempre de salvar a los animales y verlos muertos solo para el placer de alguien me pone triste, pero siempre trato de ver lo bueno de la persona, aunque no siempre es fácil, por eso prefiero un círculo vegano”… “En mi plato no pongo muerte sino vida”, concluye.
¿Todos pueden ser veganos?
La dieta vegana no es para todos, simplemente por que las necesidades de cada quien son demasiado variadas. Un ejemplo de esto fue el caso de la Youtuber mexicana Rawvana, quien en su canal promovía recetas crudiveganas (alimentos crudos), pero tras la difusión de un video en que se podía ver comiendo pescado tuvo que salir a pedir disculpas y explicar que el régimen alimenticio al que se había sometido había causado severos problemas a su salud como anemia y pérdida del periodo menstrual. La noticia fue tan mediática que hasta un blog de la Fundación Gabo, encargada sobre temas de periodismo, le dedicó un análisis.
Wong-Valle aconseja a las personas que desean iniciarse en el veganismo visitar a un profesional capacitado en el tema, además de realizar exámenes de vitaminas, desempeño cotidiano, viabilidad en costo y beneficio de este cambio de régimen alimenticio.
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Sobre si las mujeres embarazadas deberían mantener una dieta vegana, Wong-Valle aclara que “si la madre era vegana antes de estar embarazada, no es necesario que cambie la dieta si mantiene los suplementos usualmente recomendados y mantiene la asesoría de un profesional. De lo contrario, no hay necesidad de cambiar el patrón de alimentación regular durante el embarazo”.
Y en el caso de los niños la especialista afirma que es un tópico interesante, extenso y que aún no tiene estudios suficientes que demuestren recomendaciones confiables para niños. Lo cierto es, enfatiza, que “nuestra responsabilidad como adultos, debería ser brindarle la mayor variedad de alimentos a nuestros niños, con el fin de promover un desarrollo óptimo. Con el tiempo, ellos tendrían la autonomía para seleccionar sus alimentos de preferencia”.
Pero lo más importante según la especialista, “es que quienes deseen iniciar en el veganismo se informen con especialistas y expertos en la materia para evitar caer en desinformación”, dice.
