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Vencer la censura desde el exilio
Uriel Velásquez
Uriel Velásquez, periodista y cofundador de Despacho 505. Cortesía | Niú

Un grupo de jóvenes periodistas se exiliaron en España, tras el asedio al periodismo en Nicaragua, y decidieron crear su propia plataforma para seguir informando

Vivir a ocho horas de diferencia y más de ocho mil kilómetros de distancia no los detiene. Las limitaciones, la falta de recursos, la diferencia horaria y la distancia tampoco. Seis periodistas exiliados en España decidieron crear el sitio digital Despacho 505, para seguir informando sobre la realidad de Nicaragua bajo la dictadura de Daniel Ortega.

“Cuando empezamos teníamos solo una computadora y era prestada. Uriel (Velásquez) y Edith (Pineda) se turnaban para usarla y en mi caso escribía desde una biblioteca”, cuenta José Denis Cruz, uno de los fundadores de este espacio, que desde el 13 de enero de este año se dedica a denunciar los atropellos contra la población nicaragüense por parte del régimen.

Todo surgió en los días en que la dictadura confiscó ilegalmente las instalaciones de Confidencial y 100% Noticias, recuerda Cruz. “Había una orden de censura y Despacho 505 nació por nuestra necesidad de seguir haciendo periodismo. Más cuando la propaganda oficial nos inunda todos los días con verdades a medias, mentiras, o manipulaciones. Nosotros queremos ser ese contrapeso”, insiste.

Los periodistas Edith Pineda, Uriel Velásquez, José Denis Cruz y Helio Sevilla se empezaron a contactar por WhatsApp para compartir información sobre lo que ocurría en Nicaragua.

«Empezamos a ver cómo los espacios independientes eran censurados. Por eso decidimos continuar con la causa de la libertad de prensa”, relata Cruz, que hasta agosto era periodista de El Nuevo Diario.

José Denis Cruz y Edith Pineda hacen turnos nocturnos para poder monitorear lo que ocurre en Nicaragua. Cortesía | Niú

Noticias a larga distancia

A cuatro meses de haber iniciado su proyecto periodístico, Despacho 505 es «una forma de acompañar el proceso histórico que afronta Nicaragua», asegura la periodista Edith Pineda.

“No queríamos ser espectadores. Nosotros, desde diferentes roles en el ejercicio de la profesión, vivimos los meses más crudos de la represión y al encontrarnos a miles de kilómetros, nos propusimos sumarnos a los esfuerzos que ya otros colegas hacían por derrotar la censura que ha pretendido imponer el régimen”, comenta una de las fundadoras de este medio digital.

Para mantener vivo el sitio web y sus dos redes sociales activas – Facebook y Twitter – se requiere tiempo, esfuerzo, dedicación y sobre todo desvelo. Las ocho horas de diferencia horaria les obligan a estar despiertos casi 24 horas al día para poder estar al tanto e informar lo que acontece en Nicaragua

“A veces estamos despiertos hasta las cinco de la mañana -hora de España – esperando noticias, escribiendo o monitoreando todo desde acá”, detalla Cruz.

Seguir contando la verdad

Uriel Velásquez, dio cobertura a las protestas desde que iniciaron hasta el mes de octubre y tanto él como su familia fueron asediados por simpatizantes del Gobierno, al igual que varios de sus colegas. Aunque tuvo que dejar el país, siempre quería seguir informando.

“A veces en Nicaragua están pasando demasiadas cosas a la vez y tenemos que ir poco a poco. No le apostamos tanto a la inmediatez, sino al análisis de la información, a contar historias. Hemos apostado también a entrevistas con voces autorizadas para hablar o analizar la situación de Nicaragua», explica este joven periodista.

Han tenido que aprender

“Despacho 505 lo desarrollamos nosotros. Ningún desarrollador o programador nos ha ayudado. Hemos sido autodidactas, todo lo que aplicamos al sitio es porque hemos aprendido viendo tutoriales en YouTube o pidiendo consejos”, dice Cruz.

Por el momento no reciben ningún tipo de financiamiento y las pocas campañas de recaudación que han lanzado hasta el momento “han sido un fracaso”, asegura.

Actualmente los periodistas, solicitantes de asilo político en España, tienen una situación legal “estable”, detalla Velásquez. Pero ninguno tiene permiso de trabajo en ese país, por lo que deben sobrevivir con sus propios ahorros y ayuda de sus familiares.

“Lo que estamos buscando es apoyo de los lectores u organismos, porque no queremos que este proyecto muera. Queremos que sea un medio autosostenible y quizás poder regresar a Nicaragua con un proyecto consolidado. En medio de todo lo oscuro que vive la prensa en nuestro país, este surgimiento de medios digitales son necesarios para una democracia”, insiste Velásquez.

Una dura lucha

Recientemente, lograron reunir el dinero para comprar una computadora y continuar ejerciendo su oficio, explica Edith Pineda, una periodista con 16 años de experiencia en medios impresos y que dirigía, hasta que decidió exiliarse, un equipo que daba cobertura a la brutal represión de la dictadura en Nicaragua.

“Encontramos en el medio digital una gran oportunidad de cumplir con ese interés personal de no quedarnos al margen de este proceso histórico doloroso y también estamos impulsando un proyecto que ha resultado en un gran aprendizaje profesional, porque sin mayores conocimientos en desarrollo, gestión y producción en este tipo de plataformas y contando como único recurso nuestras capacidades y experiencias, hemos logrado construir Despacho 505 desde cero», asegura Pineda.

Sin embargo, valora que el esfuerzo ha valido la pena. «Despacho 505 es un portal que en pocos meses está posicionándose de una manera que no esperábamos”, comenta.