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Vida de gatos

Samantha Portocarrero es peluquera de perros y amante de los gatos. A la izquierda está Beni Mauricio y a su derecha Pancho Mauricio | Carlos Herrera | Niú

Una caja rectangular,  un triángulo pequeño, dos barras paralelas y una bocina pequeña son el preámbulo de un conteo en ascenso. El reloj empieza en cero y avanzará hasta los tres minutos mientras en el centro se encuentra la estrella del espectáculo: el gato Maru.

De ojos grandes y una cola que se mueve de izquierda a derecha, Maru hará su número columpiándose sobre una tabla que está amarrada a dos cuerdas que se pierden en el borde superior de la pantalla.

De los tres minutos y 21 segundos que dura el video, dos minutos con 20 segundos el gato los usa para intentar, torpemente, subirse al columpio. Al final lo logra y sigue moviendo la cola. El video tiene 1,229,085 visualizaciones en el Canal de Maru.

A sus otros videos no les va tan mal. Tiene una veintena de escenarios distintos y en cada uno trata de hacer una maniobra distinta, desde dar vueltas en una caja, hasta caminar hacia la cámara mientras mete la cabeza por un hoyo que le coloca una peluca. El gato parece que sabe lo que hace. Su público lo adora.

Maru no es el único gato que tiene un canal en YouTube. El amor por ellos parece aumentar considerablemente conforme pasan los días. Y en los últimos 15 años, Nicaragua se ha sumado a la fiebre gatuna sin restricciones.

La veterinaria Xochilt Morales cuenta que hace más de una década nadie se imaginaba que los gatos serían mascotas que las personas llevarían a clínicas y les darían cuidados como si de un niño se tratara.

Los mitos sobre la toxoplasmosis o las bolas de pelo en la garganta, se han ido destruyendo y la gente entiende más que los gatos, bien cuidados, no podrían transmitir ningún tipo de enfermedad.

Las campañas de las organizaciones defensoras de los animales tuvieron su efecto, cada día se suman más y más personas que buscan proteger, adoptar o criar a un gato o a dos, quizá tres, bueno, hay quienes prefieren 12.

Según una publicación del New York Times, los gatos también tienen cualidades físicas que los hacen más atractivos a los humanos. Por ejemplo, los ojos grandes, caras redondas, pequeñas narices y mejillas regordetas, hacen de los felinos lo más parecido a los bebés, lo que puede explicar la ternura que provocan.

Los gatos que Ana Quintanilla da en adopción en Diriamba son recogidos por ella y alimentados hasta que están listos para ir a su nuevo hogar. | Carlos Herrera | Niú

La misma publicación sugiere que es más fácil compartir una imagen de gatos que es digna de un meme, que la de un perro, pues los primeros y sus expresiones serias se prestan para cualquier tipo de situación.

“La loca de los gatos”

Ana Quintanilla, se sienta en una mecedora de metal en el porche de su casa. Hay tres gatos en una canasta casi entrelazados. Toma uno y le pone una pacha en la boca. El gato bebe su leche como cualquier bebé lo haría, pero ese es uno, ocho más la esperan para ser alimentados, de esos, dos gatas están embarazadas y los otros ya están en edad para ser dados en adopción.

Quintanilla explica, en su casa en Diriamba, que a ama los gatos con locura. No cualquiera soportaría tener tantos al mismo tiempo. Pero no todos son de ella, solo cuatro gatas le pertenecen, el resto son animalitos que adoptó temporalmente para alimentarlos mientras estén listos para ser trasladados a otra casa.

Dice que desde pequeña creció con animales y mira a sus peludos compañeros como si fueran bebés.

“Me dicen la loca de los gatos”, cuenta. Pero de inmediato se responde: “Igual qué me importa lo que diga la gente”.

Ana Quintanilla es veterinaria y en ocasiones se lleva a su casa a los gatos que abandonan en la clínica donde trabaja. | Carlos Herrera | Niú

Su madre la apoya en su cruzada felina. La vida les cambió desde que llegaron los gatos a sus vidas. Ahora cuenta que a veces no pueden salir porque tienen que quedarse a alimentar a los más pequeños o tienen que llevarlos con ellas a la calle con todo y jaula.

“Yo estoy aquí en la casa y a veces tengo que salir a Managua y me llevo los gatitos a la universidad y ella (Ana) los tiene”, asegura Ana Eugenia Villanueva.

La pasión por los gatos

Es difícil precisar una década en la que los gatos empezaron a ser el centro de atención del mundo. O al menos de gran parte de él. Una rápida búsqueda de gatos en Google genera 189 millones de resultados.

Y si voltean la mirada hacia las redes sociales, hay gatos en GIFs, JPG, sonidos de gatos, videos de gatos, grupos de gatos y todo un mundo que parece controlado por ellos.

La ciencia dice que la ailurofilia es el amor desmedido por los gatos. De hecho, los científicos también han demostrado que mirar videos de animales, como el de Maru, provoca una sensación de mayor “energía y positivismo” en quienes los ven.

Así lo demostró una encuesta a siete mil personas que hizo la profesora Jessiac gal Myric de la Universidad de Indiana, según citó El País en un artículo del 2014.

El veterinario nicaragüense Alfredo Ruiz, además añade que los gatos son capaces de generar oxitocina en los seres humanos. Su comportamiento aparentemente inocente y tierno, sumado a su ronroneo activan la secreción de la hormona provocando placer en el humano.

Aliens

Pero aunque el fenómeno de amor hacia los gatos parece nuevo, la domesticación del animal data de hace 7,500 años antes de Cristo, en Chipre. Registros anteriores lo ubicaban en Egipto, pero investigaciones posteriores demostraron que desde mucho antes ya existían gatos domésticos en el mundo.

En realidad, la teoría más popular de Internet dice que los gatos vienen del espacio y que su único fin es el de controlar a los humanos. 595 mil resultados apoyan esta teoría, bueno, es la más popular, eso no significa que sea cierta.

Aunque si quisiéramos ponernos conspirativos, eso explicaría por qué cuando Samantha Portocarrero adoptó a su gato Pancho Mauricio, que en ese entonces tenía dos meses, el gato “reinó en la casa”.

El alimento de los gatos lo compra Ana junto con su madre. | Carlos Herrera | Niú

Pancho y Beni Mauricio son sus dos mascotas. Portocarrero describe a los gatos como seres “manipuladores”, y aunque dice que no quiere generalizar, cada uno de estos animales tiene una personalidad o “gatonalidad”, distinta.

Portocarrero es gerente del Centro Médico Veterinario y también es peluquera de perros. Cuenta que ahora reciben hasta 10 gatos por semana para baños, limpieza de uñas y en algunas ocasiones para recorte de pelo.

“¿Quién mandaría a un gato a una peluquería a bañarse hace 15 años?”, se cuestiona cuando reconoce cómo la vida de los gatos ha cambiado en la última década y media en el país. Ahora se les da tratamiento veterinario como a cualquier perro, se les compran juguetes, camas, se les da atención y se juega con ellos.

Alexandra Herrera, amante de los gatos y también directora de la Clínica Veterinaria de la Universidad de Ciencias Comerciales, UCC, dice que el cuidado es distinto al de un perro. Por un lado en el tipo de alimentación, porque un gato come hasta 14 veces en un día, pero en pocas porciones.

También porque tienen personalidades complejas. Ella los describe como individualistas y egoístas.

El veterinario Alfredo Ruiz atiende a gatos y perros en su clínica, pero confiesa que los felinos son más difíciles de manejar. | Carlos Herrera | Niú

“Shut up and take my money”

Mantener un gato no parece ser tampoco muy económico. Herrera cuenta que a veces su gasto mensual puede llegar a los 1,500 córdobas si le busca una comida de buena calidad a su mascota.

Cada libra de alimento concentrado de marca puede costar unos 180 córdobas para alimentarlo por un par de días, pero en el mercado hay opciones más económicas para personas menos pudientes.

Como un costo adicional están los juguetes, medicamentos, citas al veterinario que pueden costar unos 300 córdobas y si son gatos más exigentes, hasta sombreros y pelucas para ocultar, quizás, las canas.

En Diriamba, los gatitos que adoptó Ana solo beben leche y con una lata de atún los más grandes comen por varios días. Pero en las próximas semanas ya estarán buscando casa nueva, y entre los requisitos que pide la familia, simplemente está que puedan hacerse cargo de los animalitos y que los quieran.

Para quienes gusten adoptar alguno de los gatos que Ana tiene en su casa, pueden contactarla al 7788-6256. Y si no están seguros de adoptar algún gato, les dejamos con este video de Maru que quizás los convenza.