Icono del sitio Revista Niú

Violencia en el deporte es “estupidez”

La violencia en el fútbol no es propia de nuestros tiempos, los hechos más sangrientos ocurrieron hace décadas. Ilustración: Olga Sánchez | Niú

Varias patadas a la cabeza de un fanático del Real Madrid en Managua, desviaron la atención de lo que debía ser un día de celebración por el clásico de fútbol español.

En un video subido a Facebook, se ve cuando varios fanáticos del Barcelona golpean a César Augusto Altamirano de 24 años, hasta dejarlo inconsciente sobre el pavimento.

La violencia en el deporte no es tema nuevo, aunque para sorpresa de muchos, las patadas y golpes que se dieron los fanáticos nicaragüenses ni siquiera eran por un partido nacional (donde también se han reportado varios incidentes).

La psicóloga María Auxiliadora Alfaro dice que el fútbol, contrario a otros deportes como el béisbol, es violento por naturaleza y eso puede provocar situaciones de frustración entre algunos hinchas, que luego se convierten en actos violentos.

“Hay antecedentes de situaciones y casos de violencia desde la psicología deportiva, eso viene desde siglos anteriores”, expresa la psicóloga.

Alfaro considera que entre las causas de esta agresividad están los bajos niveles de tolerancia a la frustración, la poca tolerancia a la diversidad y la exacerbación de las ideas de discriminación entre fanáticos de los diferentes equipos que participan en los partidos.


Los «hooligans»


Seguro el término te resulte familiar, salido de la boca de alguna madre molesta con hijo fastidioso o simplemente de alguna expresión cualquiera en la calle. O quizás no te resulte familiar del todo. A quienes cometen actos de violencia en un partido de fútbol se les conoce como Hooligans.

El término empezó a utilizarse para describir a los miembros de la fanaticada inglesa. El estado de frenesí de los hinchas llegó a llamarse en los 70 como «la enfermedad inglesa».

Más tarde cuando el pitazo inicial de la copa europea del 29 de mayo de 1985 estaba por escucharse en Bruselas, la violencia ocupó las graderías y provocó un enfrentamiento iniciado por los hooligans del Liverpool inglés, que atacaron a los del Juventus italiano, según relató la BBC Mundo en el 2015.

39 personas murieron en ese incidente, y el término se hizo cada vez más popular en el mundo.

En 2017 en Argentina, Emanuel Balbo de 22 años fue brutalmente agredido en un partido de fútbol. Balbo fue arrojado desde una tribuna del estadio de Córdoba por fanáticos que creyeron que él era de un equipo rival. El joven murió el 17 de abril, un par de días antes de la golpiza en Nicaragua.


Fanatismo
La psicóloga Alfaro también considera que entre los fanáticos que se agredieron en las afueras del bar Why Not, en Managua, puede haber antecedentes de violencia, pero advierte que es necesario saber qué fue lo que ocurrió previamente para poder entender lo que originó el enfrentamiento.

En algunos videos subidos a redes sociales se mira que el pleito comenzó a lo interno del bar. Un joven con camisa del Barcelona y otro con camisa del Real Madrid bajan las escaleras golpeándose y salen a la calle donde otros se unen a la golpiza.

“Cuando uno tiene preferencia por un equipo uno va y lo apoya, pero el fanático es alguien que tiene un objetivo fijo sin ver nada a su alrededor. El fanatismo a veces hace que perdás la perspectiva. El fanatismo en extremo es una conducta de riesgo», advierte.

“Estupidez”
Entre los cronistas deportivos del país la noticia no cayó en gracia. El periodista Edgar Rodríguez considera que la acción demuestra la “estupidez humana”. “Es lo más ridículo que pueda haber y ojalá que las personas que cometieron este crimen sean castigados”, asevera Rodríguez.

Además recordó que el deporte es para que las personas puedan divertirse y no para que se den hechos violentos como el del pasado fin de semana.

Rodríguez recuerda que situaciones de este tipo se han dado tanto en béisbol y en fútbol a nivel nacional. Aunque no son hechos tan comunes como en otros países.

Henry Duarte, director técnico de la Selección Nacional de Fútbol de Nicaragua, considera que también se pueden tomar medidas preventivas para evitar que ocurran este tipo de incidentes.

“No son equipos que sean de acá, entonces el dolor por la pérdida no es tan grande como que fuera de tu propia nación. Yo pienso que es una especie de canalización de la frustración y se aprovechan de ese tipo de situaciones para sacar toda la frustración que llevan”, asegura Duarte.

La vigilancia de la Policía Nacional en los bares y restaurantes donde se transmiten los partidos podría ser una forma de prevenir los hechos violentos, consideran los entrevistados. Pero también, Alfaro dice que se deberían tomar en cuenta el tipo de mensajes publicitarios que se transmiten a la juventud para que sean más preventivos.

La ingesta de alcohol entre los fanáticos es solo uno de los agravantes de estos casos que también debería ser regulado, según los consultados.

En partidos locales también se han dado enfrentamientos aseguran los entrevistados | Carlos Herrera | Niú

“Lógicamente cuando tu equipo pierde hay una cierta frustración y si lo ligás con bebidas estimulantes va a estar generando algún tipo de reacción”, explica Duarte.

Sobre Altamirano se sabe que fue dado de alta del Hospital Militar el pasado martes. Su condición inicialmente era grave y ahora la Policía busca a los agresores y usa como prueba los videos subidos a las redes sociales.

Entre quienes presenciaron la golpiza, quedó el mal sabor de boca de ese fin de semana que debía ser deportivo. Algunos entrevistados que prefirieron no dar su nombre, expresaron que los agresores gritaban constantemente mientras golpeaban a Altamirano: “maldito madridista de mierda”.