Blogs

Vivir confinado siendo migrante
Vista de la Gran Vía de Madrid, vacía este viernes como consecuencia de las medidas decretadas en el estado de alarma a causa de la pandemia del coronavirus. EFE | Niú

"En el fondo creo que el planeta tierra ha querido darse un descanso de nosotros mismos".

Cuando llegue a España, en octubre de 2018, jamás hubiese pasado por mi mente que estaría en esta situación. Nadie me lo advirtió y en el horizonte lejano no se vislumbraba una señal premonitoria que me pudiera dar una pequeña pista de lo que estaría por venir, o quizás no la quise ver. Pero aquí estoy 13 días después de haberse decretado el estado de alarma y por ende de confinamiento de la población.

He de confesar que durante la primera semana muchas ideas vinieron a mi mente; situación que me llevó a agobiarme un poco; y es que si no es fácil para la población local, pues ya te imaginarás cómo ha de ser para alguien que ser errante en la tierra de Cervantes. En mi caso sin familia, a más de 8000 kilómetros de mi hogar. ¿Qué pasara? ¿Qué voy hacer? ¿Perderé mi trabajo? ¿Qué comeré? ¿Dónde iré a dormir? En fin, una serie de preguntas que lo más probable es que todos nos la hicimos, ya que esto nos tomó desprevenidos.

Pero hoy veo por mi ventana y a pesar de ver las calles vacías o algún que otro sapiens caminando por ahí, ya sea a hacer la compra o paseando a su perro, y me doy cuenta de que el mundo sigue ahí fuera, esperando que volvamos a disfrutar de él. A veces pienso que todo esto es obra de la naturaleza para poder darse un descanso de nosotros mismos. Es como cuando estás tan agobiado por las deudas, las presiones sociales, el trabajo, los hijos, la familia etc. Esa presión te hace querer salir corriendo, pero sabes que no puedes y que en el fondo tampoco lo quieres. Entonces paras un momento y te tomas un respiro, sin pensar en nada ni en nadie, un momento solo para ti, para sentirte bien con vos mismo.

En el fondo creo que esto es lo que ha pasado, el planeta tierra ha querido darse un descanso de nosotros mismos, agobiado por el bullicio, la contaminación, el desperdicio, las guerras, el hambre de muchos y la pobreza y la miseria emocional de otros.

También es momento de reflexionar. Esta situación que nos está llevando al límite de nuestras capacidades físicas y mentales debe hacernos pensar porqué estamos aquí y qué quiero hacer con mi vida de hoy en adelante.

CroNicas del coronavirus

*Este texto es parte de la serie CróNicas, publicada en la Revista Niú, a partir de este 16 de marzo, sobre las experiencias y reflexiones de cómo los nicaragüenses en España y Estados Unidos viven las medidas de confinamiento. Te invitamos leer más testimonios en este enlace.