¿Qué tan difícil es ser vegano en un país donde el olor al asado te asalta en cada fritanga? Hoy el veganismo, más que una dieta alimenticia es un estilo de vida para cientos de nicaragüenses. Niú platicó con tres veganos y te traemos sus historias
Pero antes de entrar al mundo “verde”, ¿Sabés qué es ser vegano? No, no es ser vegetariano. Veganismo, según la Real Academia Española es “la actitud consistente en rechazar alimentos o artículos de consumo de origen animal”, como la dieta vegetariana, no se consume de ningún tipo de carne -res, pollo, pez, cerdo- sin embargo, a diferencia del vegetariano, el vegano rechaza cualquier tipo de producto proveniente de los animales entre ellos los huevos, los lácteos, la miel, el cuero, las pieles, y el maquillaje probado en animales.
¿No es lo mismo?
Según activistas veganos la “gran diferencia” entre ser vegano y ser vegetariano, es que el último es una dieta, y el veganismo es un estilo de vida.
La nutricionista nicaragüense Kenia Páramo, explica que muchas personas para llegar al veganismo se embarcan en una transición, partiendo de distintas etapas. Comienzan siendo lacto-ovo vegetarianos, es decir que consumen solo vegetales, frutas, lácteos y huevos, luego lacto-vegetarianos, que consumen lácteos, frutas y vegetales, después pasan por el vegetarianismo estricto, donde todavía se puede ingerir miel y comprar productos animales y finalmente, el veganismo.
Pero, hay muchos veganos que no pasaron por un proceso y tomaron de un día a otro la decisión de llevar este estilo de vida, como Elena Rivers, una activista vegana desde hace casi siete años. Ella te cuenta su historia:
Por uno de los Beatles
Desde pequeña sentí amor hacia los animales, me crié en un lugar campestre donde aprendí que todos los animales sienten y te podés encariñar de ellos por igual. No podía comprender cómo podían matarlos sin remordimiento, por razones tan egoístas, pero como lo normal era comer carne, comencé a actuar hasta que llegué a la adultez.
Empecé a ser vegana en abril del 2010. Cuando entró el “boom” de Facebook, lo primero que hice fue darle like a muchas páginas contra el maltrato animal. Un día frente a la computadora, miré que uno de los sitios compartió un vídeo, cuando lo vi cambió totalmente mi mente.
En el vídeo salía el ex integrante de The Beatles, Paul McCartney, hablando sobre todo lo que sufren los animales en los mataderos antes de llegar a nuestro plato. Automáticamente cambié de pensamiento y ese mismo día dejé de consumir todo tipo de producto de origen animal, estaba decidida a no contribuir al asesinato de tantos animales sin razón alguna.
Paul McCartney no es el único famoso vegano. La reina de los selfies, Ellen DeGeneres, promueve este estilo de vida en su programa de entrevistas, y el expresidente de Estados Unidos, Bill Clinton, comenzó la dieta por salud pero siguió con ella por el medio ambiente.
También jóvenes lo hacen. Ellen Page, protagonista de Juno, fue nombrada en 2014 por PETA (Personas por el Trato Ético de los Animales) como la vegana más “sexy” del año. La actriz que interpreta a Amy, en The Big Bang Theory, es una activista y escribió un libro de cocina con platillos libres de producto animal.
Artistas como estos me inspiraron. Cuando empecé no había nadie en familia ni remotamente vegetariano y yo no estaba para nada informada sobre alguna dieta sin carne. Ellos pensaban que me estaba condenando a vivir una vida con comidas insípidas, sin ningún gusto, pero mi bienestar era lo menos que me importaba, estaba feliz por tener la conciencia limpia.
Sin embargo, eso no reponía el estigma social que tenía entre mis familiares y amigos. Yo sabía que estaba haciendo algo bueno, pero de alguna forma eso les era ofensivo. Si no le agarraba la sopa de mondongo a mi abuela, me miraba mal, prefería decirle que estaba enferma antes de admitir que era vegana.
Culturalmente, comer carne significa poder, entre más carne comás, mayor es tu posición social, aunque al principio les costó aceptarme, poco a poco, comenzaron a entender mis principios, ya que por más que me insistieran, yo no iba a volver atrás.
A algunos les preocupaba mi salud. Siempre he sido muy delgada, y pensaban que me iba a dar anorexia o algo así, en cambio ser vegana mejoró mi organismo, me curé de fatiga crónica, mejoró mi acné, mi energía se incrementó, mi concentración se aumentó, entre muchas otras cosas.
Cuando entré a este estilo de vida, creía que solo podía comer cosas complicadas y selectivas, casi siete años después me di cuenta que no es para nada difícil si lo hacés por las razones indicadas, la clave es aprender a cocinar. Siendo vegana como muy sabroso, saludablemente y sin tener que pensar que estoy matando algo para yo vivir.
Hay muchas recetas caseras a base de solo frutas y verduras, la clave es ser creativo e investigar, además ahora hay más restaurantes con menús veganos y vegetarianos, a diferencia de otros países, en Nicaragua podemos comprar una gran variedad de vegetales a muy bajo precio.
El cambio de vida que hice fue una de las mejores decisiones en mi vida, no volvería atrás ni que me obligaran y espero que más personas se unan a esta causa.
La nutricionista Kenia Páramo, dice que “ser saludable es una opción”. Aunque explica que la fibra de los vegetales es más saludable para el cuerpo que la carne.
Eduardo Sánchez, lo sabe.
“Hay que ser coherentes”
Hace meses por razones médicas mi doctor me recomendó ser vegetariano, no conocía del tema, así que decidí investigar por mi cuenta y descubrí personas en Estados Unidos que eran veganas, fue entonces que me di cuenta que fui engañado toda mi vida.
Si te ponés a comparar las características de los animales herbívoros y la de los animales carnívoros con los humanos, te das cuenta que nos parecemos mucho más a los herbívoros. Cuando yo empecé a averiguar me di cuenta que no necesitás las proteínas de los animalitos, que es un simple negocio sanguinario que se nutre de otros seres vivos.
Los animales de consumo ya no son los mismos. Las empresas ganaderas usan antibióticos excesivos en ellos para que crezcan más rápido y los peces conviven con miles de metales y deshechos que tiran al mar, todo esto se presenta en nuestras mesas y después lo vemos reflejado en nuestra salud. Ahora los niños menores de diez años tienen muchísimas enfermedades crónicas, y es por la comida que se les da.
En Francia, una asociación en contra del maltrato animal llamada L214, reveló vídeos que desenmascaraban la cruda realidad de los mataderos en ese país. El objetivo de los mataderos era proteger al torturador antes que evitar el dolor animal, confesó un exinspector de un matadero francés. Eso llevó a las autoridades a ordenar que se instalen cámaras.
Enterarme de todo esto hizo más fácil mi transición.
En mi casa se dejó de comprar todo tipo de carnes y mi familia también está iniciando el proceso. Para buscar comida pienso que solo se necesita un poquito de empeño y creatividad, ¿Desde cuándo las lentejas son más caras que la carne? Yo de una bolsa de lentejas y hongos que me cuestan 120 córdobas el total, saco alimento para alrededor de quince personas, de una libra de carne que vale aproximadamente lo mismo, con costo y me alimento yo.
Para los que dicen que se les complica cocinar, ya hay distintos restaurantes en Managua que ofrecen menús vegetarianos y veganos. Está Ananda, y el Café Mará Mará, que si bien no venden solo comida vegana, son muy flexibles en sus platos, y sus precios no pasan de 150 córdobas.
Me siento bien siendo vegano, me duermo tranquilo, me siento más animado. Desde que dejé de comer carne no me he enfermado, exceptuando las primeras dos semanas, en las que me sentí bastante decaído por el cambio de dieta, por eso es más recomendable hacerlo por etapas.
El veganismo te mejora completamente tu estilo de vida, y contribuís al medio ambiente, salvás al planeta. Muchas personas se animan a ir a las carreras del cáncer, pero ¿Qué mejor manera de prevenirlo dejando la carne, producto comprobado como causante del mismo? Pienso que se debe ser coherente.
Ximena Guitérrez, por su parte, dice que la solución es informarse.
No quiero ser parte de un crimen
Mi familia viene de San Rafael del Sur, y mi papá cazaba animales para el consumo de la finca donde vivíamos. Cuando tenía seis años miré que traían una venada embarazada que comenzaron a despellejar sin importarles su cría. Esa imagen me impactó tanto que ese día le dije a mis padres que ya no quería comer carne de animalitos, ellos me entendieron y respetaron.
Recuerdo que siempre le quitaban el chicharrón al vigorón y la carne al baho, sin embargo, tuve muchos problemas con mi salud, cuando era adolescente tuve anemia porque no sabía cómo balancear, salí de Nicaragua y así aprendí más sobre el tema.
El veganismo es más que una dieta, es un principio de vida, es algo que te hace estar en paz porque te liberás de ser parte de un crimen. Cuando yo vi lo de la venada supe que ahí había algo que no estaba bien, porque era un animal que tenía adentro una cría y que ambos querían vivir. Sabía que tenía que hacer algo al respecto.
Es un crimen porque contribuimos a grandes corporaciones con intenciones totalmente egoístas, que no les importa lo que pase en nuestro medio ambiente con tal de ellos ganar millones.
Nicaragua, por ejemplo, exporta 326 millones de dólares al año en carne. Es uno de los principales productos de exportación del país. Eso pone en peligro nuestros recursos forestales, y contribuye a la contaminación de los bosques, para mí eso es un crimen, porque no solo dañamos a los animales, y árboles, sino a nosotros mismos.
Por ejemplo, según la FAO, en los últimos 25 años la superficie forestal mundial se redujo unos 94 mil kilómetros al año, que equivale al territorio de Portugal, estas tierras fueron eliminadas para el pastoreo de animales comercializables tales como la vaca y el cerdo.
Vemos como una actitud suicida estar fumando o tomando licor todo el día, pero no entendemos que lo que estamos haciendo con nuestros ecosistemas mediante el consumo de la carne, también son actos suicidas, porque este planeta ya no va a poder dar más, y una de las especies más frágiles somos los humanos.
Miles de especies mueren todos los días para beneficio del humano, y tenemos que darnos cuenta que es incorrecto pensar que para yo vivir, alguien tiene que morir.
En muchas religiones uno de los mandamientos es “No matar” y si alguien piensa que soy fundamentalista, pues que lo piense, yo enlazo el veganismo con el yoga y en el código de ética de este dice: “No matar, no hacer daño a otros, no provocar sufrimiento” y solo porque otros piensen que mis prácticas son exageradas o radicales, no lo voy a dejar de hacer.
Yo duermo bien, casi no me enfermo, tengo 46 años y no consumo ningún tipo de pastillas, vivo más barato, porque el producto animal es el más caro, y vivo más tranquila, me duermo con la conciencia limpia.
El veganismo es un cambio radical, pero es completamente efectivo. Si uno quiere ser coherente, proteger el medio ambiente, y luchar contra el maltrato animal, tiene que ir hasta la raíz y abandonar el alimento de carnes, si alguien se desea animar pero tiene temor, no está solo, como él hay miles y estamos dispuestos a ayudar.
En Twitter creamos el hashtag #YoVegano. Muchos lectores respondieron y estas son sus historias.
@Revista_Niu Hace 1.5 año dejé de comer carne y huevo, tengo 7 meses de ser #YoVegano lo mas dificil fue dejar el queso
— Liz Green (@Liz_BGreen) 25 de octubre de 2016
@Revista_Niu soy una feliz vegetariana y mi meta es ser #YoVegano. Es otro mundo de sensibilidad de sabores y respeto al mundo animal.
— Andrea Margarita (@AndreaMarga) 25 de octubre de 2016
@Revista_Niu #YoVegano #YoVegetariano dejar de comer pollo, ese es mi punto débil! y lo mas feliz es que he dejado la carne de res
— Mumii (@MuammarVadGonz) 25 de octubre de 2016
¿Cuál ha sido tu experiencia con este estilo de vida? ¿Te interesó el veganismo? Contanos en nuestras redes sociales.