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Julio Martínez: El pionero de la industria de automóviles que comenzó su imperio con un coche
Foto: Cortesía

Ligia Martínez Houben escribe un libro sobre el legado de valores de su padre, uno de los más importantes empresarios del Siglo XX

     

Uno de los pioneros de la industria de automóviles en el país, Julio Martínez, empezó su imperio con un coche. Martínez nació en Potosí, Rivas, en 1908 y falleció en 1971, dejando un pujante conjunto de empresas para la venta de automóviles (Ford, Willys, Mazda y Taunus, entre otras), motocicletas Honda, además de tractores, autobuses y repuestos, todas integradas en el Grupo JM.

Martínez fue el fundador de Andiva en 1968, y su establecimiento en la calle 15 de Septiembre, en la Managua preterremoto, fue sinónimo de garantía y calidad de servicio. De origen humilde, su mayor capital fue el trabajo, la autosuperación, el espíritu emprendedor y la reinversión de sus ahorros.

Estos son algunos de los rasgos destacados de su trayectoria que sobresalen en el libro “Julio Martínez: el hombre, el padre, el empresario”, escrito por su hija Ligia Martínez Houben, que será presentado el 8 de noviembre en el INCAE.

En la obra, la autora expone la filosofía de vida de uno de los más destacados empresarios del siglo XX en Nicaragua, y también habla sobre los valores que legó a su familia y a la sociedad.

Foto: Cortesía

Martínez se casó con Alicia Gallegos, quien tras la muerte de su esposo, creó lo que hoy se conoce como la Plaza Julio Martínez y hasta 1999 fue la presidenta de este grupo de empresas, posteriormente adquirido por el grupo Calsa.

Este es un fragmento de la entrevista que Ligia Martínez Houben brindó al periodista Carlos Fernando Chamorro, en el programa de televisión ‘Esta Noche’, que se transmite por Canal 12.

¿Cómo nace el espíritu empresarial de un hombre que no tenía capital, a finales de los años 20 del siglo pasado?

Mi papá empezó con un coche. Él decía con gran orgullo, que ese era el coche más elegante, el mejor de Managua.
Él decía eso porque en ese tiempo ese era el único coche que tenía luz eléctrica. En esa época, generalmente lo que tenían eran unas velitas, pero él le puso batería debajo del asiento del cochero, y tenía luz eléctrica. Dice que el señor que conducía ese coche era el más orgulloso y mejor pagado de Managua.

Después de eso él salta al negocio de los taxis, porque le encantaba el progreso. Él era un visionario. Eso lo noté desde muy pequeña. Yo tenía doce años cuando él murió, pero eso es lo que él nos transmitía, porque él pensaba en grande, como se dice ahora. Para él no había imposibles. Él siempre iba detrás de lograr lo que se proponía.

Julio Martínez. Foto: Cortesía

Entonces vio que el futuro eran los taxis. Adquirió su primer taxi, y llegó a tener doce taxis. Luego él vio que el automóvil ya estaba corriendo. La gente ya estaba conociendo lo que era el automóvil, así que él tuvo la visión de que esos automóviles iban a necesitar repuestos, y es ahí donde él empieza con el servicio de vulcanización.

Recuerdo que hay un cuadro de un señor, donde él está vulcanizando una llanta con su ayudante. Esa plancha de vulcanización la hizo un señor alemán, llamado Rodolfo Sengelmann.

Después vienen los repuestos. Empieza con la importación de repuestos, y trae al país el jeep Willys, las motocicletas Honda, y el negocio va creciendo.

Su trayectoria empresarial seguramente ahora es materia de estudio en las escuelas de negocios, pero él estudió en una escuela de Comercio, y aprendió inglés y se formó por su propia cuenta, para poder obtener la representación de esas firmas de automóviles en el país.

Sí. Él era autodidacta. Estudió Comercio. Estudió en el Colegio Salesiano de Granada, y cuando viene la oportunidad de tomar la distribución de la Ford, él aprendió inglés porque quería poder comunicarse con ellos en su idioma.

Más adelante, cuando adquiere la distribución de Mazda, se fue un mes a Japón y también aprendió un poco de japonés, porque aparte de ser este visionario, este empresario, él tenía mucha alma. Él creía mucho en las relaciones humanas con las personas con las que se relacionaba, y sobre todo con sus empleados.

¿Era un hombre austero, invertía sus ahorros en su propia empresa, o los destinaba a otro tipo de actividades?

El ahorro fue fundamental en la vida de mi papá. Es más, él escribe mucho sobre el ahorro, porque los primeros diez a quince años, cuando él empieza con su empresa, él ahorraba e invertía, porque entonces consideraba que esa era la única forma en que podía hacer crecer la empresa, que es lo que él deseaba.

Al reinvertir en el negocio, él podía adquirir más mercadería, más inventario, y la empresa crecía. Por eso es que él creía mucho en el ahorro.

Foto: Cortesía

Hay una frase de tu padre, que está en el encabezado de este libro que dice: “El éxito es trabajo duro disfrazado de buena suerte”. Presumo que tiene que haber sido un hombre muy disciplinado, muy estricto. ¿Cómo lo recuerda su hija?

Lo recuerdo con tanto amor, porque él era muy estructurado y disciplinaba con amor. Nunca recibí de mi padre un grito, ni tenía esa forma altanera de dirigirse a uno. No. Era con mucho cariño, e impartiendo valores. Porque sobre todo, él creía en el ejemplo.

Él decía que el mejor argumento es el ejemplo, y de esa forma lo llevó en nuestra familia: con mis hermanas, conmigo y con mi madre, y también con sus colaboradores, que es como él llamaba a sus empleados, porque él decía, por ejemplo cuando recibía un premio: “No solamente soy yo quien recibe este premio. Lo está recibiendo cada uno de los que colabora en Julio Martínez”, porque él tuvo mucha conciencia social, muchísima.

Por eso es que la gente, cuando él murió y cuando yo escribí el otro libro titulado ‘Transforma tu pérdida’, a mí me tocó tanto el alma, que la gente llamaba y me hablaba de mi papá, pero con ese amor, con ese cariño, porque me contaban las anécdotas de cómo él los ayudó, lo que él hizo.

Entonces yo, descubriendo todo este mundo de mi padre, digo ¡qué belleza!, cómo fue como hombre, ¿no? y cómo creyó en la superación personal y también para inspirar a otros a que también se superasen.

Ligia Martínez Houben. Carlos Herrera. Niú

En este libro has recopilado conferencias que tu padre brindó, tanto en el entorno empresarial, como de su propia empresa. Artículos que escribió, y hay muchos consejos prácticos, pero lo que resalta cuando uno lo lee, es que él es alguien que entiende muy bien la comunicación humana, cómo vender, pero sobre todo, es un gran motivador.

Sí. Era lo que llamamos ahora un orador motivacional. Definitivamente que lo era, porque le encantaba dar consejos, y a mí me encanta una conferencia de él, que se llama ‘Saber vivir’, porque él comparte que muchas personas llegan donde él –amistades, familia, gente de negocios- y le preguntaban, “Julio: ¿cómo has hecho todo esto? ¿Qué virtudes tuyas o cualidades has utilizado y aplicado para llegar donde estás?”.

Él dijo: “En realidad, yo soy un ser común y corriente. Nada especial. Lo que sí he tenido son estos principios por los cuales yo me he regido, y así he vivido mi vida”, y le gustaba compartirlos, hablando del ahorro, hablando de la puntualidad, de tener criterio, hablando de la honradez, esos fueron pilares en su vida.

Yo lo viví de chiquita, porque cada noche alrededor de la mesa, cuando estábamos cenando, nos daba lo que en el libro yo llamé ‘lecciones de vida’, y era divino, porque nos quedábamos en el postre, y nos quedábamos platicando.

Este 11 de noviembre se cumplen 46 años de su muerte, sin embargo, te puedo decir que él vive entre nosotros. Mi madre, Alicia Gallegos, ha mantenido esa imagen suya tan vívida, y nosotras también.

Julio Martínez y su familia. Foto: Cortesía

Tu mamá, al fallecer don Julio, se convirtió en la presidenta de este grupo de empresas, y lo manejó por lo menos hasta 1999.

Exacto. Como le llamaba mi papá, ‘la Garantía JM’. Esa era como un sello.

Él se esmeraba tanto en lo que sea que hiciese: si no podía llegar a la perfección, por lo menos que se acercara lo más posible. Él siempre decía que había que hacer lo mejor que uno pudiera hacer, y mi madre siguió su legado después de su muerte: “Yo continúo con el legado de tu papito”.

Eso fue lo que a ella le llevó en ese camino que fue tan duro, como lo recuerdo. Tan doloroso. Sin embargo, ella lo hizo con tanto amor, tanto orgullo, tanto ahínco, que después que viene el terremoto un año después de la muerte de mi papá, se cae Julio Martínez, se cae el centro de Managua, y luego al reconstruirse Managua, se construye lo que ahora se llama Plaza JM, con mi mamá en la presidencia.

De esa forma se siguió con su legado.

Para mucha gente, el nombre Julio Martínez es sinónimo de automóviles, de calidad de servicio, en este libro, ¿cómo resumirías ese legado de lo que significa JM?

Julio Martínez significa la Garantía JM. Significa excelencia. Significa calor humano. Significa conciencia social. Significa una visión hacia un futuro. Significa superación. Significa éxito. Significa triunfo.

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