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Los dictadores Ortega-Murillo conocen que el derecho internacional no promueve la ley de amnistía y que el peso de la ley está sobre ellos por todos los asesinatos que ejecutaron.
Escuchaste esa palabra y por defecto empezaste a usarla sin saber lo que significa y sólo te dejaste llevar por lo que dicen los medios de comunicación.
Es una palabra interesante y no por nada los dictadores asesinos de la historia o los hombres más corruptos han querido recurrir a que sus sociedades los aministeyen, es decir que los perdonen y que también olviden.
Amnistía es un gesto mutuo de gracia para alguien que comete crímenes, es una movida ético-política y suele ser convocada también para ayudar a exiliados, presos políticos, o sancionados por penalidad política.
En el caso de los Ortega-Murillo, han pasado esa ley para cumplir un capricho, en respuesta a un gusto que nunca se les dio, en este caso, el capricho del pueblo, que nunca cedió a la guerra civil.
Lo que quieren los OrMu es empezar un nuevo futuro con esta ley donde les permita a ellos reposar de todo el daño que han hecho a Nicaragua como ningún otro Gobierno en la historia, y socarle mas la tuerca a los que se convirtieron en desfavorecidos: los presos, las madres de abril, los casi cien mil exiliados, los miles de desempleados, y nuestros hijos, la futura generación.
La historia de la gallina desplumada de Stalin
Esta ley promulga que van a salir los presos pero que si vuelven a armar un revuelo como el de antes los van a volver a meter presos.
Los OrMu están apostando por hacer con el pueblo aquel experimento de la gallina de Stalin. En algún momento, este mustachudo y demente dictador agarró una gallina, la desplumó y la tiró al piso, luego agarró un puñado de trigo y comenzó a tirar por toda la sala.
La gallina, sangrando y en dolor empezó a perseguir a Stalin por toda la sala. Este demente quería ejemplificar que así se gobiernan a los estúpidos. Esto es lo que quieren hacerlos OrMu, ya nos desplumaron y ahora, ¡quieren alimentarnos con nuestras propias heces! No va a suceder.
Historia de la amnistía y consecuencias actuales
Esta famosa indulgencia, no lo vas a creer, pero se remonta desde los tiempos romanos y de hecho nace ahí la famosa indulgencia que usan en el gremio católico, donde pagas por que se perdonen tus pecados. ¿Y cuanto están pagando los OrMu por esta ley de amnistía? Millones. La Asamblea de Nicaragua es una de las mas caras en el mundo, los beneficios y las prebendas que reciben los diputados son excesivas.
No es por nada que esta ley de amnistía es iniciativa de ellos, por que te comento que no es una opción internacional aceptada para un régimen que quiere pasar de ser atroz a democrático. Desde el genocidio en Rwanda y el conflicto en Yugoslavia, la perspectiva de amnistía ha cambiado mucho. Así que los rufianes OrMu van hacer todo por hacerte creer que es la norma.
Durante la Convención de Genocidio en 1948, se declaró por el clero, un grupo de escolares, y distintas ONGs que se debían procesar legalmente los crímenes de lesa humanidad por dictadores que abusaban de sus pueblos. La amnistía ya no sería opción y a la fecha no lo es.
Al final, los OrMu no están tan fuertes como te han hecho creer a vos o a sus bases de sapolandia. Ellos conocen que el derecho internacional no promueve la ley de amnistía y que el peso de la ley nacional está sobre ellos por todos los asesinatos que ejecutaron.
Lo más escalofriante para los OrMu también es que la opinión internacional no promueve el uso de cortes internacionales para procesar crímenes de lesa humanidad. El argumento principal de la comunidad internacional es que las llagas se sanan más rápido ejerciendo la justicia propia bajo los estatutos del pueblo, por cortes nacionales, y bajo comisiones de la verdad. Por tanto, cuando se descoyunten las cortes y Miguel Mora, Amaya Coppens, y compañía salgan para crear una fuerza política y vengan a ejercer justicia, a los OrMu si se les va regresar su «vamos con todo».
Hay un principio básico que Nicolás Maquiavelo dejó claro: ningún gobernador debe abusar, robar, o matar a su pueblo, por que sólo se ganará el repudio y la impiedad total de este.