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Resetear la vida cotidiana
España en cuarentena por el coronavirus
España arranca la semana laboral en plena vigencia de las medidas del Ejecutivo para afrontar la crisis de la pandemia del coronavirus, // Foto: EFE

Aprendemos a vivir recluidos, a no tocarnos, a saludar de lejos, a calcular el metro de distancia que manda el decreto... así cambia la vida cotidiana en España ante la cuarentena por el coronavirus

     

Las restricciones anunciadas la noche del sábado 14 de marzo en España han mutilado el alma de los españoles: prohibieron el uso del espacio público y el aperitivo. Cualquiera que haya estado 24 horas en este país sabe qué significa esto: no hay españoles sin plazas, ni finde sin aperitivo, esa cosa híbrida entre tomarse unas cañas y almorzar, que las mayorías de las veces termina siendo más lo primero que lo segundo y también viceversa. Sin poder bajar a las terrazas ni tomarse unas cervezas (o un vermú de grifo), se ha apagado la vida de este lado del charco. Simplemente, a no ser que los doble la madrugada, son raros los españoles que se quedan a pasar los días intramuros.

Nada es igual que hace 24 horas. Los nicas sesentones tal vez estemos acostumbrados a estas fases de cambios de repentinos vida. Pero esta gente de por aquí no. Desde este domingo, las calles desiertas y el sordo vacío del ambiente recuerdan la Semana Santa de antes, cuando las ciudades de Nicaragua quedaban desiertas y sólo sonaba a lo lejos Luis Aguilé con su Ciudad Solitaria. Esto promete ser un viernes santo que podría durar, por lo menos, 15 días.

Una imagen de este día uno. Una muchacha de treinta y pocos visita a sus padres con su niña de dos años, pero no se atreve a acercarse a ellos; abuelos y niñas son ahora dos polos de riesgo. Platican de acera a acera, calle de por medio. No hablan a gritos porque no hay tráfico que interfiera; en la cara de ella asoma la emoción contenida, como fingiendo normalidad. Ambos abuelos han salido a la entrada de la casa, la sonrisa como una máscara no puede ocultar la congoja de no poder tocar a sus descendencias. Se adivina el palpitar de los mutilados, el vacío que deja no poder abrazarlas. Están aprendiendo a sobrellevar esta nueva vida.

Mientras tanto todos aprendemos a vivir recluidos, a no tocarnos, a saludar de lejos, a calcular el metro de distancia que manda el decreto, a inventar dentro de casa nuevas rutinas que ayuden a pasar el trago de lo que venga, pero confiados en que lo superaremos, más temprano que tarde, como tantas veces la humanidad lo ha hecho.

CroNicas del coronavirus

*Este texto es parte de la serie CróNicas, publicada en la Revista Niú, a partir de este 16 de marzo, sobre las experiencias y reflexiones de cómo los nicaragüenses en España viven las medidas de confinamiento tomadas por el Gobierno español. Te invitamos leer más testimonios en este enlace.