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"Menores y jóvenes adultos LGBTIQ+ pueden ser especialmente vulnerables a la trata de personas con fines de trabajo forzoso y explotación sexual", afirma estudio
La discriminación en contra de personas del colectivo LGBTIQ+ hace que éstas sean especialmente vulnerables a caer en las redes de trata para explotarlas sexual o laboralmente, advierten las Naciones Unidas en un informe. «Estudios recientes muestran que menores y jóvenes adultos LGBTIQ+ pueden ser especialmente vulnerables a la trata de personas con fines de trabajo forzoso y explotación sexual», explica el Informe Global sobre Trata de Personas.
«Su identidad LGBTIQ+ aumenta su vulnerabilidad, ya que a menudo son marginados en la sociedad y condenados al ostracismo por amigos y familiares que pueden obligarlos incluso a abandonar su casa», agrega el documento.
La trata es un delito que consiste en captar, trasladar y retener a una persona mediante la fuerza o la amenaza para explotarla durante largos periodos. La mezcla de aislamiento, discriminación social y, frecuentemente, escasos recursos y corta edad, los convierte en especialmente vulnerables ante los explotadores, prosigue el texto.
«Debido al estigma existente en las familias y la sociedad, los LGBTIQ+ están sobrerrepresentados entre los menores que viven en las calles y a menudo están expuestos a la discriminación», señala el reporte.
En Norteamérica, donde se han realizado más estudios, precisa la ONU, entre el 20 y el 40 % de los menores sin hogar se identifican como LGBTIQ+, mientras que solo representan el 5 % ciento de la población general.
La falta de acceso a tratamientos psicológicos, la escasez de recursos y posibles traumas previos convierten al colectivo en el blanco de las mafias, que buscan individuos «menos protegidos y en los márgenes de la sociedad».
Víctimas invisibles
La ONU subraya que en más de 70 países donde la homosexualidad es considerada un delito, a las víctimas de trata no sólo se las fuerza a prostituirse, sino que sufren consecuencias penales por ello y les resulta muy difícil denunciar su situación de explotación.
En estas naciones es muy complicado cuantificar el problema ya que apenas existen datos con los que trabajar.
La mayoría de las investigaciones sobre la vulnerabilidad social del colectivo LGBTIQ+ se han realizado en América del Norte, Europa y América Latina, mientras que de otras regiones apenas hay datos.
Por ello, la ONU anima a aumentar los estudios a escala mundial sobre la discriminación que sufre este colectivo, especialmente en aquellos países donde existe un gran estigma social contra ellos y en los que se criminaliza las relaciones entre personas del mismo sexo.
«Caza y pesca» digital
Por otra parte, el informe advierte también del uso de las plataformas digitales por parte de las redes de trata para buscar víctimas y también potenciales clientes.
El dossier señala dos ‘modus operandi’ que usan los criminales para captar a víctimas en la red.
En primer lugar, la «caza» digital, en la que los tratantes escogen objetivos concretos, especialmente menores, en base a criterios económicos o emocionales, que les hacen más «susceptibles a la explotación o el abuso».
Las redes sociales facilitan este tipo de estrategias, debido a la facilidad para recabar información personal de las posibles víctimas, así como acercarse con relativa facilidad a ellas mediante una identidad falsa.
En segundo lugar está la estrategia de «pesca» digital, que consiste en la publicación de anuncios -normalmente de ofertas de trabajo bien remuneradas- para atraer a potenciales víctimas.
Los delincuentes también utilizan esa estrategia para atraer a clientes con páginas web en las que se ofrecen servicios sexuales y que en muchas ocasiones crean las propias mafias.
«A través de Internet, los criminales pueden acceder a muchas víctimas potenciales o clientes con un riesgo mínimo, lo que les permite aumentar la escala de sus operaciones con un esfuerzo mínimo», concluye el reporte.