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La vida del futuro
Se estima que las TIC impactan ya al menos un 44 por ciento del consumo de energía

Habrán más emprendedores y auto-empleados que adquieren competitividad ante grandes empresas gracias a las TIC y herramientas digitales.

     

En este artículo quisiera comentar las implicaciones que está teniendo la transformación digital y cómo nos va a afectar en el ámbito de la economía, la educación, el talento y el mercado de trabajo, en el medio ambiente y en la ciberseguridad.

Partiendo por lo económico, se estima que para el 2020 la aportación acumulada al PIB mundial debida solo a la automatización industrial estará entre 10,6 y 14,2 billones de dólares. (Accenture, 2015: Country Spotlights). No incluye el valor que se genera de los nuevos negocios digitales, ni los ahorros en costes, los cuales son cifras aún mayores.

Es sin duda, la mayor y más acelerada revolución que ha vivido la humanidad, y para las industrias no solo impacta su cadena de valor, sino todo su modelo de negocio. En este sentido, las actividades relacionadas al Internet de las Cosas (IoT) como la robótica, los sensores, la analítica de los datos o la inteligencia artificial, van a ser semilleros de empresas en nuevos ecosistemas económicos.

Algunas industrias con la mayor reducción de costes globales serán las del petróleo, gas, generación de energía eléctrica y las de sanidad, las cuales según la empresa General Electric verán una reducción de unos 90, 66 y 63 mil millones de dólares, respectivamente, en los próximos 15 años.

En el ámbito de la educación y el talento, las competencias y conocimientos que se requieren difieren sustancialmente de las actuales. Se necesitarán habilidades de flexibilidad, pensamiento adaptativo e innovador, inteligencia social y pensamiento crítico, en vez de asignación por tareas. Serán fundamentales los conocimientos de tecnología aplicada, con enfoques multidisciplinarios, y serán altamente demandadas las operaciones de robótica, analítica de datos y cibernética, por mencionar algunos.

Para lograr estos perfiles profesionales, la educación deberá crear nuevas carreras y currículos, enriqueciendo las materias básicas con otras relacionadas a tecnologías, creatividad, orientación a innovación y trabajos multidisciplinarios. Lo cual llevará a su vez a cambios en los esquemas actuales de evaluación. Veremos asimismo más frecuentemente, la formación del propio personal por parte de las empresas, en virtud de las especializaciones que requiera y la incapacidad y lentitud del sistema educativo de adaptarse a estas demandas.

En el mercado de trabajo, las implicaciones comienzan a aclararse. Se estima que un 47 por ciento de los empleos actuales en Estados Unidos son susceptibles a ser automatizados en el futuro cercano, según estudio de la Universidad de Oxford (2013). No obstante, es también aceptado por un 87 por ciento de los directivos encuestados por Accenture en 2015, que en el largo plazo la adopción de las TIC creará más puestos de trabajo. ¡Solo que serán distintas funciones! Esta crucial adaptación requerirá esfuerzo de todos los actores: en primer lugar, de los propios trabajadores, así como de las empresas.

Una implicación no menos importante en el mercado laboral, será la mayor rotación de las personas con menos lealtad a las empresas, y la aparición de una mayor cantidad de emprendedores y auto-empleados que adquieren competitividad ante grandes empresas gracias a las TIC y herramientas digitales.

El impacto en el sector energético y medio ambiente debe generar un efecto positivo ya que se estima que las TIC impactan ya al menos un 44 por ciento del consumo de energía que se concentra en transporte e industria, el cual se puede reducir con adopción de nuevas tecnologías en la generación y uso más eficientes de energía.

Finalmente, toda esta nueva economía inteligente, de cambios radicales en modelos económicos, de nueva educación y profesionales, viene de la mano de amenazas de ciberataques y una nueva forma de crimen digital. Una de las transformaciones que tendrá esta disciplina será pasar de ser una responsabilidad exclusiva de un departamento, a ser responsabilidad de todos en la empresa: de sus trabajadores, proveedores, administradores y demás stakeholders. Las nuevas plataformas “inteligentes” traerán embebidas en su diseño la seguridad como medida fundamental para considerar su uso, y en los planes de prevención será tan importante el firmware y las medidas de seguridad informática, como la formación de todo el personal en este tópico.

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