Cuatro personas que representan a dos generaciones distintas se unieron para debatir sobre un objetivo en común: ¿cómo es la Nicaragua que queremos? y ¿qué podemos hacer para lograr esa nueva Nicaragua?.
El profesor Ricardo Baltodano, el exdiputado liberal, Eliseo Núñez; junto a Tamara Dávila y Alex Hernández, ambos miembros de distintas organizaciones de lucha cívica, participaron en el ForoDebate: “La Nicaragua que queremos”. La conversación fue moderada por Miguel Mora, director de 100% Noticias.
Este evento, organizado por Pen Nicaragua y la Fundación Violeta Barrios de Chamorro, es una actividad que se realiza por tercera vez, con el fin de conocer la visión de generaciones de jóvenes y adultos, quienes han estado involucradas en la vida política antes y después de la Rebelión de Abril, de manera que con esos diálogos se logre obtener una visión clara del futuro de Nicaragua.
Una discusión por el futuro de Nicaragua
Durante este diálogo, los asistentes discutieron sobre cómo se imaginan la Nicaragua del futuro y qué pueden hacer para lograr ese objetivo, sobre todo, tomando en cuenta los errores del pasado para no repetirlos. El profesor Ricardo Baltodano, hizo un análisis retrospectivo de estos errores y aseguró que para evitarlos es imprescindible que “la juventud no reproduzca el odio que otras generaciones han vivido, porque la unidad es posible”, comentó.
Por su parte, Tamara Dávila, miembro de la Unidad Nacional Azul y Blanco, aseguró que ella está “absolutamente convencida” que la unidad, no solo es posible, sino que es real. “El 18 de abril nos demuestra la profunda vocación cívica de esta lucha. La gente está unida y tiene un arma legal, que es no haber cedido ante la violencia de la dictadura, por una profunda convicción de que se puede salir del régimen por la vía pacífica”, aseguró.
Alex Hernández, miembro del Movimiento 19 de Abril Catarina y Eliseo Núñez, exdiputado liberal, también coincidieron en estos puntos, sobre cómo “es necesario construir ciudadanía, construir conciencia y memoria sobre lo que ha sucedido, para no volverlo a repetir”, mencionó Nuñez. “Y además de eso, tomar en cuenta que Nicaragua es un país donde caben diferencias ideológicas, y debemos construir un país donde se respeten esas diferencias”, añadió Hernández.
Diferencias de generaciones no son relevantes
Con este ejercicio de conversación, queda en evidencia que las diferencias intergeneracionales, que normalmente suelen marcar el rumbo de las sociedades, han quedado en un segundo plano, porque la crisis que actualmente vive el país ha unido a todos. “En este panel, tal vez la diferencia más marcada son las edades, porque los anhelos son los mismos. Ellos (los adultos), tienen sueños frustrados de no vivir en la Nicaragua por la que lucharon. Y ahora están poniendo la esperanza en la juventud que quiere lo mismo que ellos quisieron”, valoró Hernández.
Eliseo Núñez, sin embargo, analiza que “una de las cosas que más hay en la generación joven, es una desconfianza absoluta de la generación adulta. Pero, eso creo que es algo que se puede resolver. Porque hay capacidad de discusión y capacidad de poner ideas de solución sobre la mesa”, aseguró.
“Hay más coincidencias que diferencias. Hay un convencimiento de que la vida no es posible con Daniel Ortega en el poder”, añadió Tamara Dávila. De igual forma opinó Baltodano: “No hay grandes diferencias, quizá hay algunos énfasis que las nuevas generaciones hacen, que a los viejos no nos preocupan. Pero esas diferencias no son las centrales. Creo que diferencias centrales generacionales, no hay. Hay más elementos que nos unen que los que nos dividen”, dijo.