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FSLN: un partido armado
El comandante Daniel Ortega junto al general de Ejército, Julio César Avilés. Foto: Presidencia

El discurso del jefe del Ejército y del dictador estuvo lleno de "afirmaciones antojadizas, falsedades y manipulaciones políticas de la verdad"

     

En la foto de este blog, el jefe del Ejército de Nicaragua, se presenta inmutable ante la exhibición de la bandera del partido FSLN en sus actos oficiales.

Como cada dos de septiembre, el régimen ha celebrado el supuesto “40 Aniversario” del Ejército de Nicaragua, con sendos discursos de Ortega, jefe político del partido Frente Sandinista de Liberación Nacional (FSLN), y del general Avilés, (virtual encargado militar de ese partido) entre ataques a obispos independientes, denuncias a ONG “golpistas” y declaraciones del jefe militar de “no nos van a descohesionar” (sepa Judas que significa ese término ni a quién Avilés le estaba advirtiendo de eso).

Es igual con la tenebrosa advertencia de alguien que al hacerlo, exhibe tanquetas rusas, helicópteros, armas de asalto, miles de hombres armados y adiestrados en el “arte”de matar en masa diciendo: “sabemos quiénes son los que nos amenazan y amenazan a nuestros familiares (?) o el otro infundio: “ONG que buscaban a nuestros leales para hacer un golpe de Estado” (?).

Avilés, reivindicando el monopolio de la fuerza armada para el Ejército que comanda, no hizo la mínima mención a las fuerzas paramilitares sicarias y lumpen que han asesinado a más de 300 ciudadanos nicaragüenses desarmados, incluyendo bebés de brazos. Eso no es descuido, ni desinterés, es el reflejo de una realidad a ojos vista: la capacidad letal del partido FSLN contra el pueblo se divide entre Ejército, guardia (policía), paramilitares, sicarios, grupos lumpen de choque y su militancia zombie, su núcleo fascistoide.

Esa realidad fue confirmada en el acto en la “Plaza de la Revolución”, con una profusión de afirmaciones antojadizas, falsedades, manipulaciones políticas de la verdad, es decir, otra clara expresión de lo que quizás podría llamarse “ideología sandinista”, estirando o encogiendo la historia, la realidad misma para drogar a sus seguidores, sus únicos escuchas adictos.

Ya el obispo Carlos Avilés, pro-vicario de la Arquidiócesis de Managua, opinó al respecto, de que estos eran “discursos fuera de la realidad, de ‘Alicia en el país de las maravillas’ no pueden ser, la realidad es otra y tarde o temprano van a tener que enfrentar esa realidad del país”.

Todo régimen autoritario reprocesa la realidad pasada y presente, según sus fines políticos y así, todo el discurso oficial en dicho acto, estuvo dirigido a reafirmar la tesis que el actual cuerpo armado, es una especie de reencarnación del Ejército Defensor de la Soberanía Nacional-EDSN fundado por A.C. Sandino el 2 de septiembre de 1927 con el fin de expulsar del territorio nacional a los marines yanquis invasores. Complementando este discurso, tanto el general Avilés, Jefe del “Ejército de Nicaragua” como Ortega, de manera reiterativa, insisten que este cuerpo armado es también una prolongación institucional del “Ejército Popular Sandinista” de los 80.

Aunque por cierto, Estados Unidos ahora no tiene tanta necesidad de invadir físicamente a un país, para someterlo (cuenta con drones, aviones- robots, misiles tele dirigidos de largo alcance…y con Coca-Cola, McDonald´s, Facebook y demás). De todas formas, aunque el sandinismo, es una perversión decimonónica del sentimiento nacionalista, no llega a los extremos de llamar a erradicar su modelo de sociedad de consumo o de acumulación capitalista, ni mucho menos a reeditar el fenómeno de las confiscaciones y expropiaciones masivas y antojadizas de sus fases paroxísticas en los años 80.

Pero el discurso antiimperialista y anticapitalista, es muy táctico respecto a su militancia, como lo son las diarias y eclécticas alocuciones cristiano-espiritistas-animistas-teosofistas de todos los mediodías. Ese el alimento psicológico y político de su cohesión partidaria, de su ejército de zombies armados y violentos.

¿Una mentira verde olivo: ¿Quiénes decretaron la formación del ejército pos insurrección de 1979? La creación del “Ejército Popular Sandinista” fue decretada por un escritor, un líder de la empresa privada, una exama de casa, un ex profesor de Física y matemáticas y un supuesto guerrillero del FSLN (que nunca estuvo ni en las guerrillas ni en los combates que llevaron al 19 de julio de 1979): El decreto no. 53 creando el EPS fue firmado por Sergio Ramírez, Alfonso Robelo, Violeta B. de Chamorro, Moisés Hassan y Daniel Ortega, el 22 de agosto de 1979, como Junta de Gobierno surgida del maremagnum insurreccional de ese mismo año.

Otra “mentirilla”: Día del ejército sandinista. Es hasta el 20 de septiembre de 1982, que una nueva Junta de Gobierno declara la fecha del 2 de septiembre como “Día del Ejército Popular Sandinista”, mediante el decreto No. 1105, publicado el 29 de septiembre de 1982 en la Gaceta, Diario Oficial, No. 227, con firmas de Sergio Ramírez Mercado, Daniel Ortega Saavedra y Rafael Córdova Rivas (un líder conservador que se alió al FSLN).

De todas formas, reivindicar el origen y permanencia partidarias del cuerpo armado y ufanarse de la vigencia de esos vínculos, sólo demuestra lo que sabemos: el FSLN es el único partido armado en la región centroamericana, con sus destacamentos ya mencionados: Ejército, guardia (policía), paramilitares, sicarios, grupos lumpen de choque y su militancia zombie, su núcleo fascistoide.

Esta es una realidad, apartando naturalmente los casos de las FARC realzadas en armas o el ELN de Colombia, los cuerpos militares de Cuba al servicio del PCC, y los distintos grupos armados del crimen organizado y sus carteles en Latinoamérica y el Caribe.


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