Estilo
Tenía una relación especial con Yoko Ono
El músico tuvo una serie de traumas que no le permitieron disfrutar plenamente de sus éxitos y su fama
Me han rechazado tanto que soy capaz de oler el rechazo antes de que se manifieste.
Lennon
De haber escrito sus memorias, John Lennon hubiera hecho una versión moderna de Las confesiones de Jacobo Rousseau, así como éste las hizo de San Agustín. Pero le hubiera agregado un sello distintivo: sus memorias habrían sido una especie de sesión psicoanalítica. Lennon acostado en un diván, en una interminable asociación de ideas en búsqueda de los traumas que no le permitieron disfrutar plenamente de sus éxitos y su fama.
Nacido en un hogar inestable, vivió la separación conflictiva de sus padres, pues, como él dijo: «La situación de mi madre ya había sido escandalosa, un matrimonio con un hombre siempre ausente, una vida ligera, un hijo al que se abandonaba: era demasiado».
A temprana edad se encontró con el dilema de con quién quedarse, si con su padre o su madre, y recuerda: «Corrí hacia ella (mi madre), gritando que no quería que se fuera sin mí, que no podía vivir sin mi mamá. Mi padre, viendo esa inversión de la situación, debió tener sentimientos mezclados, pero su elección no le traería la paz ni la seguridad que todo niño desea».
Mi madre era como una bocanada de aire, recordaría años después, al narrar esos episodios de soledad nocturna, mientras su madre disfrutaba de largas fiestas, noches en los cuales se despertaba con gritos de terror, y ella los justificaba diciendo que tenía dolores de oído.
Luego tuvo que vivir otra separación, cuando su tía, a la que llamaba Mimí, tomó la decisión de adoptarlo sin encontrar resistencia alguna en la voluntad de su madre, según lo relató en diversas declaraciones, pero el dolor de la separación no cesaría, pues llegó a tenerla de vecina, sin poder verla, tocarla, o estar su regazo.
Volvió a regresar con su madre por unos días para llenar sus recuerdos de mayor amargura, pues estando ella con su nueva pareja, Lennon no tenía la oportunidad de disfrutar de los mimos de quien le trajo al mundo, pues tenía que dormir en el suelo arropado…Así, volvió con su Mimi, aun recibió las primeras clases de música de su madre.
«Cuando nos veíamos las horas pasaban rápido. Y yo sentía como una herida el momento en que debía irme. En que debía dejarla. Eso me hacía más evidente su actitud: me había abandonado. Mi amor se transformaba entonces en un terrible sufrimiento. Estaba perdido, no sabía qué pensar, no quería verla más, me había hecho demasiado daño, y después la necesitaba, la necesitaba como no había necesitado nunca a nadie, y quería verla lo antes posible».
Llegó a la adolescencia y en colegio formó una banda que terminaría conformando a los Beatles, a los 16 años, junto con Paul McCarthy. Junto al desarrollo de la banda conocería a Cynthia, la madre de su primer hijo, Julian…y con quien se casaría posteriormente, en una ceremonia que más simulaba un funeral y no un compromiso de alegría.
«No era feliz con mi mujer, me asfixiaba, y era un sufrimiento invisible, porque ella me asfixiaba mediante el silencio. Era amable y seguramente habría sido perfecta para muchos hombres, pero yo acumulaba contra ella una enorme violencia. Compartíamos esta atroz armonía de nada…», explicó.
Unos años más tarde, ya en la cumbre de su fama, conocería a Yoko Ono, que marcaría el fin de la separación con su esposa, y desde entonces la idealizó como una compañera de la creación, a tal grado que cuando se casaron dijo: Me llamo John Ono Lennon.
«Nos hemos fundido. Encontré mi mitad, con la que formé una sola persona. Donde quiera que vaya ella estará conmigo. Modificó mi vida en todos los niveles. Me enseñó lo que eran las mujeres. Antes no las veía. Las maltrataba. Dejaba que me sirvieran, como los demás hombres, y es peor todavía cuando se es una estrella», expresó alguna vez.
Instalados en un departamento que antes había sido de Jimmy Hendrix, vinieron días de amor, champagne, droga, mucha droga y de diversos tipos (entre ellos heroína), y con el amor, un nuevo hijo, Sean…
El mismo reconocería que Sean lo rodeó «de todo lo que yo no tuve nunca, con Yoko, le damos un hogar estable, un amor solar. En cambio con Julian, reproduje. Le transmití las raíces de mi mal. Le di todo el sufrimiento que fue el mío. Reproduje los rechazos de los que fuí víctima. ¿Es cierto que todo se juega antes de los cinco años? Si es cierto, entonces a mí me tocó la partitura del desastre».
Son conmovedoras las frases que Lennon dijo sobre Yoko, como por ejemplo:
«Yo la encontraba hermosa. Me maravillaba. Cuando se tienen todas las mujeres que uno quiere, cuando la sensualidad es un país recorrido en todos los sentidos, entonces el terreno del deseo se desplaza. Viaja hacia lo profundo».
Yoko tendría una influencia sustancial en su vida, pero eso no impediría deslices futuros del líder de los Beatles, pero Yoko, más allá de los celos, permitiría que una de sus asistentes acompañara a Lennon en una de sus tantas separaciones, como si de una Geisha se tratara, al prestarle de asistente a la también japonesa, May Pang, con quien tuvo un idilio fugaz.
Poco después, en un concierto, Yoko sorprendió en un concierto a Lennon llevándole una flor en las manos, con lo cual significaba que se reconciliaban.
El 1971 fué el año de su álbum Imagine, y su video clip en el que aparece vestido de blanco con Yoko es mundialmente famoso. Yoko no solo había roto las cadenas de su primer matrimonio, sino también el de los Beatles, una agrupación cuya imagen de pureza e inocencia, le torturaba.
El resto de la historia es conocida, a sus 40 años, Lennon sería esperado por un sicópata, Mark David Chapman, en la entrada de su casa, que le dispararía mortalmente para terminar con su vida, en un momento en que el ex beatle cosechaba grandes éxitos artísticos. La justificación de Chapman era que Lennon se había vuelto un gran burgués y merecía morir por haber traicionado la causa proletaria.
Eso sucedería el 8 de diciembre de 1980, pero unos años antes, Lennon, había publicado su canción Mother, en el que siguiendo los consejos Arthur Janov, utilizaba el grito para expresar al fin el dolor de haber perdido a su madre.