Juan Centeno perdió una pelea en el cuadrilátero, pero ganó la admiración de muchos. El 22 de noviembre, un día antes de su encuentro con su rival Shon Modragón, en Las Vegas, subió al pesaje con la bandera de Nicaragua invertida. Este símbolo de resistencia del movimiento “autoconvocado” es una llamada de auxilio internacional, ante la represión gubernamental.
No es usual que los deportistas nicaragüenses hagan un acto de este tipo, y Centeno lo sabe. “Subí con la bandera al revés porque siento el dolor, y lo hice porque yo no me vendo. Amo Nicaragua y apoyo al pueblo. No me gustan las injusticias que están pasando”, aseguró el púgil a través de una llamada telefónica desde Estados Unidos
La imagen de Juan Centeno sosteniendo la bandera invertida rápidamente se hizo viral en las redes sociales. Muchos usuarios mostraron respeto ante el deportista de 24 años, que a raíz de la crisis sociopolítica salió del país en 2018 y estuvo retenido en Migración estadounidense. Ahora se dedica al boxeo, desde el extranjero.
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“Uno no puede apoyar a un partido primero. Como deportista tenemos que ver al pueblo”, manifestó Centeno con convicción.
Desde el inicio de la crisis sociopolítica en Nicaragua, muchos atletas se han alineado al discurso y a los colores del régimen de Daniel Ortega. Por esta razón, la acción de Centeno impresionó a muchos manifestantes opositores.
Juan Centeno llevó la bandera con orgullo y elevó su voz por Nicaragua. Qué honor. pic.twitter.com/JiuFyfhhNP
— Maynor Salazar (@Maynorsalaz) November 24, 2019
Centeno inició en este deporte desde los 12 años, pero admite que no ha sido una práctica constante y ha tenido largos períodos sin entrenar. Es originario del municipio Ciudad Sandino y actualmente vive en Nueva Orleans, Estados Unidos.
La protesta de la bandera invertida
Para el movimiento “azul y blanco”, surgido de forma espontánea tras el estallido de abril de 2018, el escudo invertido es un acto de protesta “subversivo”.
En septiembre, centenares de ciudadanos izaban las banderas con el escucho boca abajo en sus casas, las colocaban en sus vehículos y se tomaban autorretratos, como una forma de “disputarle” el emblema patrio al Gobierno.
Este uso no es aceptado por ningún reglamento nicaragüense, pero a nivel internacional se entiende que cuando la población de un país protesta con el escudo invertido, es un llamado de socorro ante una crisis, amotinamiento o terrorismo.