Después de un fin de semana sangriento que dejó al menos 11 asesinados, decenas de heridos y desaparecidos en Carazo, el clero de la Iglesia Católica de Managua encabezada por el Cardenal Leopoldo Brenes, el Nuncio Apostólico, Waldemar Stanislaw; y el obispo auxiliar de la capital, Silvio Báez, se enrumbaron hacia la Basílica de San Sebastián en Diriamba donde fueron agredidos por turbas y paramilitares afines al Gobierno.
La delegación de la iglesia fue acompañada por la Asociación Nicaragüense Pro Derechos Humanos (ANPHD), para liberar a un grupo de paramédicos y misioneros franciscanos sitiados por los parapolicías en el templo católico desde la mañana del domingo.
La Basílica de Diriamba estuvo rodeada por más de 200 paramilitares y personas tapadas con pasamontañas que se ocultaron cuando el clero católico llegó a la ciudad. Después de eso, quedaron civiles y algunos encapuchados a la espera del ingreso de los obispos.
Esta es una selección de las fotos que marcaron ese momento.
El clero regresó a Managua después de medio día y culminaron con un momento de oración en la Catedral. “Nunca habíamos visto en Nicaragua situaciones así, verdaderamente es triste. Sin embargo, la palabra que ha sido proclamada nos está dando la razón, vivo contento en medio de mis debilidades, de los insultos, las persecuciones y las dificultades sufridas por Cristo”, concluyó el cardenal Leopoldo Brenes.
Por la tarde, otro grupo de turbas entró a la Parroquia Santiago de Jinotepe, dañando mobiliario del templo y quemando medicinas del puesto médico donde se atendía a heridos durante las protestas.