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La danza de Yubrank
Carlos Herrera | Niú

"Este joven le recuerda al pueblo de Nicaragua que la lucha continúa, que lo terrible, más que la prisión donde estuvo, es dejar de denunciar la injusticia"

     

Se hacen innumerables chistes y muy acertados acerca de la idiosincrasia del nicaragüense y se dice que es muy peculiar. En eso estamos de acuerdo, ¿no?

Somos ocurrentes, en los momentos menos idóneos hacemos una comedia chaplinesca, un acto heroico como el sillazo o la pedrada de Andrés Castro, y en otros casos, danzar al son de una dulce y arrecha marimba.

Yubrank Suazo representó brutalmente la idiosincrasia nicaragüense y entre tanto gozo que había en todas las dimensiones de Nicaragua, el poder y la vida en abundancia que se liberaba en los besos y abrazos de las familias, Yubrank sacudió todo su espíritu, y salpicó de azul y blanco todo su entorno, llenó de ánimo y demostró de lo que está hecho un buen nicaragüense: de pinol, obsidiana, y un humor que desarma a cualquier mortal.

Ana Julia Urbina recibe entre abrazos y lágrimas a su hijo Yubrank Suazo, miembro del Movimiento 19 de Abril de Masaya, quien estaba arrestado desde el diez de septiembre de 2018 por el supuesto delito de "terrorismo". En Masaya, Suazo era conocido por ser bailarín de folklore, por eso fue recibido al son de las marimbas. EFE | Niú
Ana Julia Urbina recibe entre abrazos y lágrimas a su hijo Yubrank Suazo, miembro del Movimiento 19 de Abril de Masaya, quien estaba arrestado desde el diez de septiembre de 2018 por el supuesto delito de «terrorismo». En Masaya, Suazo era conocido por ser bailarín de folklore, por eso fue recibido al son de las marimbas. EFE | Niú

Yubrank nos recuerda a vos y a mí que no importa cuales sean las circunstancias en que nos encontremos, tal como la crisis en que vivimos, eso no va achantar a ningún nicaragüense porque todos compartimos esa misma esencia, y todos debemos responder con la mejor de las actitudes en todo lo que se nos manifieste y culminar cualquier evento de nuestras vidas, por más duro que sea, con una coda interminable de euforia nicaragüense, con un ir y venir sinfónico como los “na na na na na” de la coda de Hey Jude, o como el buen Yubrank con temple de acero, como un Conde masayense, danzando un buen folklor.

Andy Dufresne abrió sus brazos y se empapó en la lluvia al escapar de Shawshank, Mahatma Gandhi se iba a huelga de hambre cada vez que lo liberaban, Edmond Dantés danzó en medio del tesoro en Monte Cristo, Martin Luther King siguió marchando por el Movimiento de los Derechos Civiles, Nelson Mandela salió vibrante y sonriente a dar un discurso y posteriormente abolir la Apartheid, y Yubrank Suazo le recuerda al pueblo de Nicaragua que la lucha continúa, que lo terrible, más que la prisión donde estuvo, es dejar de denunciar la injusticia, dormirnos, echarnos en nuestros laureles, y continuar siendo permisibles de dictadores corruptos que ven el bolsillo de los nicaragüenses como sus cajas chicas sin techo, y a sus conciudadanos, como figurines de arcilla que pueden ser aplastados en cualquier momento.

Carlos Herrera | Niú

La danza de Yubrank debe representar el momento histórico de liberación de nuestros presos políticos.

No hay duda que es un evento conmovedor y al mismo tiempo inspira coraje y vigor, que hace ver a toda «Sapolandia», a la Policía orteguista, y al Ejército, como un grupo de soldaditos de plomo rencos…pero de la cabeza. Yubrank les ha demostrado a estos grupos que un verdadero nicaragüense no es el uniformado, ni el que tiene poder político, ni el que tiene millones de dólares, ni el que se sienta en un curul, ni el que empuña una AK-47 caliente recién usada, si no, el que tiene la capacidad de hacer un buen zapateado folclórico recién salido de las puertas del infierno.

Vos y yo tenemos que diluir las figuras con las que nos hemos identificado todo este tiempo. Démosle completa sepultura, te lo pido.

Estamos en el mejor momento, irónicamente, pero en este sentido: la historia de Nicaragua ha sido transformada como nunca antes porque hemos despertado. Habíamos vivido en los últimos 30 años identificándonos con caudillos, socialistas, matarifes, aperrados de poder, corruptos, insensibles, ineptos, e incapacitados para gobernar Nicaragua.

Empecemos a identificarnos con la nueva generación que por primera vez en la historia de Nicaragua ha logrado tremendas victorias sin tirar del gatillo.

Vos y yo debemos salir caminando hacia el horizonte agarrados de la mano, liberando a Nicaragua, con la mejor de las actitudes, con un corazón dispuesto, avanzando hacia la democracia, depurando la maleza, restaurando el estado de derecho, y de vez en cuando haciendo la danza de Yubrank para recordarnos cuan honroso y bello es ser nicaragüense.