Quien se encuentre por primera vez con Luz Elena Sequeira no creería que, en los últimos seis años, ha corrido más de 30 000 kilómetros. Esa es una cifra que quizás sería más creíble si habláramos de conducir un vehículo, pero no es su caso. La Nica de Hierro, como es conocida dentro del ultramaratonismo, ha corrido entre montañas, en carreteras, competencias y ha escalado volcanes hasta posicionarse como una de las pioneras de este deporte y una de las 50 mujeres más influyentes de Centroamérica que otorga cada año, la revista Estrategias y Negocios que circula en esta región.
“Me sentí muy honrada el compartir con tantas mujeres que son líderes en sus campos de acción y que están llevando un mensaje de cómo las mujeres han ido rompiendo brechas para posicionarnos en campos y en lugares donde erróneamente la sociedad ha tildado solo para los hombres”, dice.
Sequeira, de 32 años, comenzó a correr sin ninguna pretensión de volverse atleta. Un día de octubre del 2012, una amiga la invitó a participar en una de las carreras benéficas de cinco kilómetros que suelen hacerse en la capital. Después de acabarla ya nada en su vida volvió a ser igual.
“Yo no había pensado en correr ni nada por el estilo. Fuimos por apoyar la causa y cuando terminé la carrera pensé que podía dar más. La verdad me encantó y comencé a entrenar. Dos años después, conocí a un par de ultramaratonistas y me contaron cómo era la experiencia de correr en la montaña y me enamoré. Dije eso quiero hacer y lo hice”, afirma.
A la fecha ha corrido en competencias de Costa Rica, Canadá, Perú, Honduras y hace unos años pudo ser parte de la icónica carrera Caballo Blanco que se realiza en México, en la cual compiten los tarahumaras, unos indígenas que viven en las montañas y se trasladan de un punto a otro corriendo grandes distancias.
Mezcla de pasión, deporte y naturaleza
Desde su infancia, Luz Elena fue inquieta. Se recuerda a sí misma corriendo en la finca de sus abuelos, ubicada en las faldas del volcán Mombacho. De allí surge su amor a la montaña, mismo que ha sido clave para que hoy en día pueda pasar durante horas corriendo o andando en bicicleta en esos sitios.
“Este deporte requiere de muchas horas en la montaña. A veces no se trata de hablar de kilómetros a dentro, se trata de hablar en horas, porque cuando uno entrena para una carrera de 80 kilómetros, lo principal es fortalecer la mente; saber que voy a estar más de 20 horas metida en la montaña, activa, corriendo y yo tengo que tener la capacidad mental y emocional para poder cumplir este reto, pues a veces uno puede estar listo físicamente, pero la mente te puede fallar en cualquier momento», asegura.
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Y es por esa disciplina y determinación al correr que se ganó el apodo de la Nica de Hierro. “Estábamos compartiendo con varios colegas cuál había sido la trayectoria de cada uno de nosotros en el deporte. Y entonces yo les conté que cuando yo comencé a correr, en febrero corrí 50 kilómetros, a principios de marzo 80 kilómetros y a finales de ese mes 130 kilómetros, y en ese momento, en mayo, estaba corriendo 80 kilómetros más. Ellos me quedaron viendo como que ‘¡Wow, sos una mujer de hierro!’ y como soy nicaragüense, me bautizaron como la Nica de Hierro”.
Sin embargo, lo más difícil de practicar este deporte es equilibrar el tiempo. Pues se requiere de muchas horas de entrenamiento y cuido personal. Por ejemplo, Luz Elena se despierta a las tres de la mañana para poder ir al gimnasio, salir a entrenar y trabajar.
“Sí, mi estilo de vida ha cambiado bastante porque tengo un día superajetreado, sin embargo, no me quejo (…) el deporte es una herramienta que te abre mucho la mente, te da otra perspectiva, tu pensamiento cambia, tenés un acercamiento más con tu ser interior y tenés mayor compasión hacia las demás personas”, dice con rostro de satisfacción.
Un reto por los treinta
El deporte se ha vuelto tan presente en su vida, que desde hace tres años celebra sus cumpleaños retándose a sí misma.
— ¿Cuál fue el primer reto que te impusiste?
— Usualmente cuando la gente llega a los 30 dice que es una edad donde hay que celebrar a lo grande. Entonces yo me puse a pensar qué puedo hacer que sea parte del estilo de vida que tengo. Dije me gustan los volcanes, me encanta correr, Nicaragua tiene una serie de volcanes y fue entonces que me propuse correr diez volcanes en diez días consecutivos.
En esa ocasión, la Nica de Hierro organizó una semana completa para poder cumplir su reto de escalar los volcanes del Pacífico. Inició escalando El Maderas en Ometepe y terminó con el volcán Cosigüina, ubicado en Chinandega. Al año siguiente, se propuso pedalear mil kilómetros en diez días consecutivos y lo logró. En esa ocasión procuraba recorrer por día entre 100 y 80 kilómetros diarios.
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Y no es el único reto que se ha propuesto, un año antes corrió durante 24 horas consecutivas en la finca de su abuelo, solo deteniéndose breves momentos para hidratarse y comer algo ligero. Ahora, tiene en planes su siguiente desafío.
“Yo lo que quiero es recorrer toda Nicaragua, primero pensé hacerlo corriendo porque ese era el deporte principal que estaba haciendo en el momento. Sin embargo, para recorrer todo el país serían unos 1 200 kilómetros y al analizarlo bien, correr esa cantidad en carretera es mucho impacto para las rodillas. Además, que correr en carretera no es algo que a mí me apasiona. Sin embargo, el ciclismo de carretera me ha encantado tanto como el ciclismo de montaña. Entonces quiero hacerlo pedaleando. Ya comencé a entrenar. No tengo una fecha exacta para llevarlo a cabo, pero si ya lo tengo en planes para el próximo año», dice.
Ultramaratonismo en Nicaragua
Hasta hace muy poco en Nicaragua había una carrera de ultramaratonismo llamada Fuego y Agua, esta se realizaba en la Isla de Ometepe y en ella participaban maratonistas nacionales e internacionales. Sin embargo, confiesa Sequeira este deporte no es tan popular en el país.
“El deporte en Nicaragua ha ido creciendo poco a poco, lo importante es que ahora hay más corredores, hombres y mujeres, corriendo en la montaña. Cuando yo empecé, en el 2014, acá solo era yo y fue un reto grande para mí comenzar porque yo venía a entrenar sola a los cerros. Muchas veces los corredores tienen temor de irse a meter a la montaña porque no saben qué puede pasar en el camino y piensan que en la carretera tienen más control sobre lo que van a hacer”.