Innovación
Nuevas opciones en el mercado cervecero de Nicaragua
Un grupo de emprendedores está diversificando el mercado cervecero nicaragüense. Moropotente, Cerveza Artesanal Erdmann's, La Porteña y San Juan del Sur Cervecería son las nuevas opciones
Son todavía minúsculos en comparación con la compañía que domina el mercado nacional, pero están gestando una pequeña revolución. Un grupo de productores, entre nacionales y extranjeros, decidió hacer frente a la escasa variedad de cervezas nicaragüenses y crearon unas que no se filtran ni pasteurizan.
Hechas a base de trigo, malta o frutas, estas bebidas poseen un mayor rango de aromas y sensaciones. La Porteña, Cerveza Artesanal Erdmann’s, San Juan del Sur Cervecería y Moropotente son cuatro de las cinco marcas que se distribuyen en la zona del Pacífico. Aunque incipiente en Nicaragua, todas ellas forman parte de un movimiento que está conquistando a Latinoamérica por la boca.
Cerveza alemana con toque nica
Falk Erdmann se estableció en Nicaragua por amor. Llegó a este país como muchos extranjeros, con mochila al hombro y la curiosidad de un explorador que aterriza en Centroamérica buscando aventuras. En una noche cualquiera de 2006, entró al entonces famoso Café Nuit de Granada y conoció a la mujer que años después se convertiría en su esposa y madre de su hija. Hoy día, este arquitecto de formación fabrica una de las cervezas con mayor variedad de sabores en el mercado. Y todo, desde el porche de su casa.
Su pasión por comer y beber bien, una filosofía de vida que incluye degustar buenos vinos y cervezas, hizo que este alemán considerara idóneo fabricar un producto que rompiera con la monotonía del mercado. “Mi placer por la gastronomía hizo que terminara cocinando cerveza”, asegura quien aprendió el proceso de producción de esta bebida de manera autodidacta. Probar, perfeccionar y cambiar recetas, esa ha sido la tarea de los últimos dos años.
Las recetas de Falk han tenido tanto éxito que sus productos se distribuyen en finos restaurantes como El Segundo, de Managua; Café Expressionista, El Tercer Ojo y La Isla El Jícaro, de Granada; y Monkey Hut, en la Laguna de Apoyo. Sus cervezas también se adquieren en distribuidoras como Stop and Go, de Carretera a Masaya, y Porta’s. Este emprendedor alemán también cuenta con un grupo de clientes fieles que frecuentan su casa y compran sus cervezas en cajillas.
Además de los ingredientes básicos (agua, malta de cebada o trigo, lúpulos y levadura), Falk utiliza las frutas tropicales del país donde reside. Así que en su producción uno puede degustar cervezas son sabor a calala, zacate limón, jengibre y mango, elementos que otros productores no utilizan tanto. “Hay muchas opciones para ser creativo en Nicaragua y eso me gusta mucho”, afirma.
El poder del sifón
La primera compañía cervecera gourmet de Nicaragua nació de una plática informal en un día de barbacoa. José Marcel Sánchez y Eduardo Mendieta, dos jóvenes nicaragüenses que ya se dedicaban a otros negocios en el departamento de Carazo, decidieron que estaban cansados de beber siempre lo mismo. Querían que su paladar probara una nueva gama de de cervezas con colores, matices y sabores diferentes.
Un año después de haber sacado al mercado la Cerveza Moropotente, en un proyecto que familiares, amigos y desconocidos calificaron como “alocado”, estos emprendedores ya distribuyen su producto en unos treinta restaurantes de la región del Pacífico. Esta bebida, que sólo se sirve en sifón, deleita paladares con sus dos presentaciones. La primera es una cerveza tipo Scotch y la otra una Pilsner (ahora llamada diecinueve días), mismas que se comercializan por más de C$80 el vaso.
Hasta el momento, los empresarios han invertido un cuarto de millón de dólares en equipos que trajeron desde Estados Unidos y que han colocado en su pequeña fábrica, localizada en Dolores (Carazo). El reto logístico ha sido grande, pues no sólo trajeron sus ingredientes del exterior, sino que se dieron a la tarea de explicar a los propietarios de restaurantes cómo operar el sifón donde distribuyen su producto. Tomando en cuenta que la cerveza artesanal es sensible a cambios de temperatura, es vital que todos sepan cómo mantenerla fresca.
Malta, lúpulos, levadura y agua son los ingredientes fundamentales de esta cerveza. Aunque la mayoría de estos se consiguen en el extranjero, José Marcel y Eduardo han logrado fabricar un producto que se diferencia por mucho del resto bebidas artesanales en el mercado. “Lo que nos hace diferente al resto es que nosotros somos cien por ciento nicaragüenses. Todo nuestro equipo, nuestros socios y colaboradores lo somos”, declaran quienes ya están trabajando en lanzar un nuevo estilo de Moropotente.
De Baires a San Juan
La primera vez que Martín Serra y Elizabeth Bertini fabricaron cerveza, la producción fue un completo desastre. Imaginen fugas de tanques por todos lados, tuberías rotas, bombas descompuestas, la fermentación incorrecta. De los 200 litros que tenían proyectados sacar, salieron sólo 120. “Perdimos una cantidad de cerveza atómica. Nuestros amigos la apodaron ‘la súper verde’, porque tenía niveles de alcohol altísimos”, recuerdan con humor estos argentinos.
De aquel error surgió La Porteña, una cerveza artesanal que se comercializa en 18 restaurantes de San Juan del Sur y en cinco de Granada. Por el momento, se producen tres tipos de bebida: una rubia o golden ale, con tonalidades cítricas; una roja o red ale, de matices caramelizados; y una negra o stout, con sabor a café o chocolate tostado. Todas son fabricadas a base de malta en la casa de la pareja, un lugar que ha sido especialmente acondicionado para este fin.
Para estos jóvenes, convertirse en productores cerveceros ha sido una experiencia de prueba y error. Aunque Martín había trabajado en una cervecería sudamericana, tuvo que modificar sus recetas al recibir retroalimentación de sus amigos. “De la rubia decían que no se sentía el amargor y de la roja que no tenía mucho sabor. La negra siempre fue un éxito, y por eso decimos que tiene el gen nica, por el sabor ahumado, cafesoso y chocolatoso que tiene”, relata Elizabeth.
Con la receta definitiva entre manos, estos empresarios producen unos 400 litros de cerveza durante los fines de semana, en jornadas de hasta doce horas, para distribuirlos entre sus clientes. Antes de empezar con su negocio, compraron el “stock” de ingredientes suficientes en Alemania y dieron a hacer tanques de fermentación especiales para cocinar su producto. Ellos también mantienen una filosofía de protección al medio ambiente, reciclando botellas y cajillas, y usando los ingredientes sobrantes para alimentar animales del área rural.
Una microcervecería playera
San Juan del Sur Cervecería posee una atractiva propuesta para quienes desean degustar una buena cerveza artesanal en un bar estilo estadounidense. Sus propietarios son Matt Greenberg, Brendan DeBlois y Bobby Hottensen, tres jóvenes surfistas que arribaron a Nicaragua en búsquedas de buenas olas. Fue en esta ciudad de Rivas que descubrieron una interesante oportunidad de negocios: escaseaba la variedad de cervezas y no existía una una empresa que brindara las instalaciones para hacer tours en su interior.
Con la asesoría de amigos que Brendan tenía en una compañía de Massachusetts llamada Cisco Brewers, donde aprendió el arte de hacer cerveza junto al galardonado maestro Jeff Hormer, desarrollaron las recetas para de “The Boom” (India Pale Ale), “Nicarao” (trigo), “Panga Sessions” (Pale Ale) y “Popoyo” (granadilla), las creaciones con las que inauguraron una de las pocas microcervecerías de Nicaragua. Todas ellas fabricadas a mano y pretenden ser promover la idea de beber una buena cerveza al salir de la playa.
“Queremos satisfacer la sed de los viajeros que creen que las mejores cervezas se pueden disfrutar en lugares geniales con comida y gente genial”, aseguran los jóvenes desde su establecimiento, siempre útil para refrescarse durante el insolente calor nicaragüense. Estos emprendedores quieren despertar la curiosidad de quienes visitan San Juan, pretenden que todos prueben distintos estilos de cerveza. La meta final es crear una cultura cervecera en San Juan del Sur.
En este lugar, el aroma de la cerveza hecha a base de trigo se mezcla con el de los tacos de pescado, alitas de pollo y ensaladas que se ofertan en el menú. Una vez al mes, también se organizan banquetes que se mezclan con una de las cervezas del local. Por otra parte, los detalles más interesantes del proyecto se aprenden durante los tours que se organizan los viernes a las 5:30 pm. Si sólo le interesa la degustación, la barra con cuatro vasos de cerveza de 10 o 16 onzas cuesta C$75 y C$100 córdobas respectivamente.
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Excelente.