Para muchos, los videojuegos son como las drogas, pues te sumergen en fantasías en las que de una u otra forma, te podés escapar de la realidad. Otros opinan que son los culpables de la privación del sueño o comida en adolescentes y niños, e incluso, que las personas que los juegan son incapaces de funcionar en el mundo real. Sin embargo, este retrato negativo podría ser obsoleto, según un artículo de la revista Nautilus.
La popularidad de los videojuegos es gigantesca. China Tencent, Sony y Microsoft –— empresas que se dedican a la producción de consolas y juegos en video— tuvieron ganancias anuales de más de 100,000 millones de dólares, por primera vez en la historia, según el Top 25 de las mejores compañías de videojuegos publicado en 2018 por Statista, una forma de investigación de mercado. Esto es incluso más que las ganancias de las taquillas de cine, de las suscripciones de video streaming y de la industria de la música.
Por otro lado, para el 2021; 2.7 millones de personas estarán jugando videojuegos, detalla Statista. Las personas entre los 18 y los 29 años, son quienes juegan con más frecuencia, de acuerdo a una encuesta de Pew Research Center. En el grupo de jugadores de 30 a 49 años, 50 por ciento son hombres y 40 por ciento son mujeres. Asimismo las personas de 45 años a más, son más propensas a jugar videojuegos, que los niños de 6 a 14 años, según otro estudio realizado en Europa.
Tienen grandes beneficios
La Clínica de la Universidad de Navarra, España, publicó en CNN un artículo sobre los efectos tanto negativos como positivos en los niños y adolescentes, estableciendo que, si bien es cierto que se derivan algunos problemas de carácter emocional y económico, por el uso incontrolado, el contenido de ciertos videojuegos o el costo de algunos dispositivos electrónicos para jugarlos; los videojuegos también tienen un efecto positivo, si se usan correctamente.
Entre estos, detalla el artículo, se encuentra el refuerzo social, como forma de participación en actividades comunes, el cual propicia el contacto entre amigos; el esfuerzo por conseguir los objetivos del juego, que potencia la determinación de alcanzar las metas. Y el fracaso, que potencia la capacidad de tolerancia a los fallos. Asimismo una persona que usa videojuegos adquiere la capacidad de tomar decisiones a conciencia, y aprende las consecuencias de cada una de sus decisiones.
«Los videojuegos también favorecen la coordinación visual y manual, la adquisición de habilidades manuales y a la vez estimulan la memoria. La clave está en entender que el uso de los videojuegos puede ser beneficioso o perjudicial dependiendo de cómo los empleemos. Lo ideal es controlar el tiempo que se le dedica y vigilar que el contenido sea adecuado», reza el artículo.
Potencian las facultades emocionales y morales
Los videojuegos, alcanzan facultades emocionales y morales más altas, que incluso el arte tradicional y el entretenimiento no pueden lograr, dice a la revista Nautilus, Pete Etchells, profesor de psicología y comunicaciones de Inglaterra, y autor del libro “Perdido en un buen juego”. El jugador puede dirigir la actuación y explorar mundos imaginarios libremente, porque los videojuegos “encarnan los principios del existencialismo”, asegura.
Según esta teoría, una historia puede ser catártica, pero sólo un videojuego puede hacer que alguien se sienta culpable por lo que ha hecho o se vio obligado a hacer. “En comparación con otros medios, tales como libros, películas y radio, los juegos electrónicos parecen tener un atractivo inusualmente amplio y sirven a un sorprendente número de necesidades emocionales, sociales e intelectuales”, asegura el estudio “Review of General Psychology”, publicado en 2010.
Para Etchells, quien también es un ávido jugador, los videojuegos son un “medio creativo” que puede “ofrecernos oportunidades para explorar lo que significa ser humano”.
El fenómeno de los videojuegos: ampliamente estudiado
En la última década, el estudio de los videojuegos y sus efectos, se ha convertido en un ala verdadera de los departamentos de psicología, con la “teoría de la autodeterminación”. Esta teoría fue concebida en la década de 1980, por Richard Ryan y Edward Deci, dos psicólogos de la Universidad de Rochester.
En su libro Teoría de la Autodeterminación: necesidades psicológicas básicas en la motivación, desarrollo y bienestar, publicado en 2017, se explica que la libre determinación es lo que “los seres humanos realmente necesitan en sus ambientes psicológicos y sociales para ser completamente funcionales y prosperar”. Y los videojugos podrían ser estos ambientes.
Ryan y Deci aseguran que esto se reduce a la competencia, la autonomía y la relación. El dominio de algo, sentirse libre para seguir sus intereses y valores y tener formas de relacionarse con los demás le dan el sentido de que está viviendo bien sin importar su herencia cultural. Y no hay sitio donde un ser humano se sienta más competente, autónomo y en relación con lo que está sucediendo, como los videojuegos. La gente en todo el mundo, necesita de estas cosas, como necesitan vitamina C, dicen a Nautilus Ryan y Deci.
Puesto que la humanidad ha evolucionado para ser “intrínsecamente curiosos, físicamente activos, y seres profundamente sociales”, también existe la motivación a “tomar un interés en conocer y obtener el dominio de nuestro mundo, tanto interno, como externo“. Es decir, que el ser humano crece al darse cuenta de sus capacidades humanas y los videojuegos son la herramienta perfecta para lograrlo, según los psicólogos.