Blogs
Todos necesitamos el azúcar en nuestra vida diaria pero, eso sí, con medida
Jamie Oliver, el reconocido chef inglés que ha luchado por años por una mejor alimentación alrededor del mundo, tiene una nueva misión: la campaña “Sugar Rush”.
Con ella, pretende concienciar a las personas sobre el contenido de azúcar en las comidas y bebidas pero, además, promover un impuesto a las bebidas azucaradas en el Reino Unido (más información)
Con base en lo propuesto en campaña (leer más) y como embajadora del movimiento voluntario de Oliver, llamado Food Revolution, comparto aquí las principales ideas, de manera que también de este lado del mundo hagamos conciencia.
1. No se trata de eliminaciones radicales. Todos necesitamos el azúcar en nuestra vida diaria pero, eso sí, con medida.
2. Reducir el azúcar añadido. Existe el azúcar que ocurre naturalmente en alimentos, como en las frutas y la leche. Ese no lo podemos medir en casa ni controlar demasiado. El que sí podemos reducir (y hasta eliminar de algunas preparaciones o bebidas) es el añadido: aquel que comemos en forma de azúcar blanco, moreno, panela, miel, agave, sirope de maíz, entre otros.
3. Engañar al cerebro. Para lograr esa reducción, paulatinamente, debemos engañar al cerebro con recetas que incorporen menos azúcar añadido cada vez y complementen con “sorpresas” como texturas y aromas diferentes. En el caso del café, si usas dos sobrecitos, colocá uno por un tiempo, luego pasá a cero. Podría tomarte unas semanas, pero se logra.
4. Preguntate sobre el ingrediente. Antes de cocinar o preparar un fresco/jugo/batido, preguntate si el ingrediente que usás ya tiene azúcar y cuánta; así controlás un poquito más la que agregás adicional.
5. Sustitutos sin calorías. Asesorate muy bien con tu médico o nutricionista sobre el uso de reemplazos del azúcar sin calorías. Muchos de ellos son altamente procesados y químicos.
6. No es por peso. El tema del azúcar no es si te engorda o no, sino que no tiene mayores beneficios para el cuerpo a nivel nutricional y su exceso nos hace más propensos al deterioro de los dientes, a ser diabéticos, obesos, entre otros problemas de salud.
Consultá aquí el blog de la autora.