Blogs

Qué sucede después de cada cumpleaños

No envejezco, crezco

Cuando se llega a los 30 la sociedad presiona a las mujeres para que se casen o tengan hijos, pero ¿y si no he llegado a ese punto? ¿y si decidí hoy amarme a mí?

     

Ayer cumplí treinta y tantos años y recordé que…

De pequeña soñaba con estar sobre un escenario, frente a un público – entreteniendo y haciendo a los demás feliz. Podría decir que soñaba con ser famosa o al menos, reconocida. Quizás es parte de mi “naturaleza” de ser Leo (para quienes creen en las personalidades según el zodíaco) o simplemente producto de mis genes o llamado.

Recuerdo perfectamente bien cuando tenía unos tres añitos, que deseaba con todo mi corazón tener un vestido como de princesa (léase, un vestido de primera comunión). Mis papás “alcahuetos” me compraron uno en México y me lo trajeron de regalo luego de uno de sus viajes. Mis ojos brillaron cuando lo vi y no dejé pasar ni un instante para ponérmelo y salir a modelarlo.

#currentmood It’s Friday! #FBF 1980s ?? Asi me siento hoy – es viernes! FBF 1980 y pico??

Una foto publicada por Celia Camacho (@celiacamacho) el

En aquel entonces, mi papá tenía una camioneta doble cabina con la que trabajaban en la finca y con la que acarreaban cosas del restaurante de mi mamá. Aquella camioneta era mi escenario. Recuerdo que me dejaban pasear en la tina cuando íbamos camino a una finca que teníamos en Ticuantepe. De pie en la tina, yo paseaba con el vestido blanco y saludaba a todos los que iban caminando en la calle. En mi cabeza, yo iba en un desfile, tal cual reina del carnaval. Esos eran aquellos mis años de infancia – donde los sueños no tenían límites, ni tampoco la imaginación.

Con el paso del tiempo, los sueños de estar en un escenario se fueron quedando muy guardados dentro de mí, mientras trataba de balancearme en esta vida entre viajes, nuevas culturas, nuevos idiomas, tutores, nuevos colegios, bullying, etc. Luego, llegó la adolescencia y para serles honesta, mi enfoque estaba en tener amigos, la fiesta y los esporádicos noviecitos.

Al pasar de los años y estar lista para ir a la universidad empezaron las inevitables preguntas de “¿qué quiero ser? ¿qué me gusta hacer? ¿en qué soy buena?” y obviamente “¿qué piensan mis papás?” – Terminé decidiendo por lo que parecía conveniente en ese momento y estudié Administración Turística y Hotelera. En ese tiempo, una vez que me sentí finalmente con un suelo más estable bajo mis pies (Ya tenía más de 4 años viviendo en Nicaragua y tenía la certeza que me quedaría aquí por mucho más tiempo), decidí que aquellos sueños guardados, podrían volver a la superficie y que con estabilidad en mi vida, podría pensar en dedicarme a buscar mi escenario. Y así lo hice.

img_1145

Durante esos años vinieron también relaciones amorosas cada vez más significativas y por ende la presión social de cuándo me iría a casar y tener hijos. Nunca había sido algo en lo que me detuviera a pensar mucho – Estaba muy ocupada en otras cosas. Además recuerdo que mi papá, desde pequeña me decía: “Tu no vas a ir a la universidad a buscar marido, tu vas a ir a formarte como profesional y a ser una mujer independiente” (mi papá me habla de tú y no de vos porque es mexicano) – Creo que mi papá jamás pensó que sus palabras calarían tanto en mi ser y que serían palabras proféticas. Incluso, quizás ahora hasta se preocupe de que sigo sin marido y que soy demasiado independiente. Pero soy feliz y me siento plena – aunque no siempre fue así.

Recuerdo que hace unos tres años, al estar ya dentro de mis treintas – la presión social o reloj biológico o el amor o como quieran llamarle, empezó a hacer estragos en mi cabecita. Sentía la necesidad de encontrar a alguien con quien pasar el resto de mi vida y formar una familia. Sentía que “ya era hora” sobretodo porque todas mis amigas ya estaban casadas y para rematar pasé por algunas decepciones amorosas haciendo que la ansiedad se apoderara de mi. Puedo afirmarles, sin embargo, que siempre tuve a mis padres y a muchas personas maravillosas a mi lado quienes me guiaron y ayudaron a encontrar de nuevo mi camino. Y debo decirlo: Dios fue determinante para estar donde estoy hoy. Ha sido un proceso del cual más adelante les daré los pasos, pero por el momento les cuento…

En mi cumpleaños el año pasado (y quizás el antepasado también), recuerdo que mi deseo fue: encontrar el amor. Ja! No tenía idea lo que me esperaba… Este año de hecho, ha estado lleno, no solo de amor, sino también de increíbles experiencias que me ayudarían inesperadamente, a encontrar aún MÁS amor y a ENTENDER.

Este año, encontré el amor propio mientras descubrí las fortalezas dentro de mi para vencer obstáculos y perseguir mis locos sueños; amor por lo que hago cada día, sabiendo que con cada reto vienen más aprendizajes y experiencias que llevan a que se abran otras puertas; a reconocer el amor incondicional de mi familia y amor de mis amigos y amigas de toda la vida; a disfrutar del amor de las maravillosas nuevas personas que entraron en mi vida este año, quienes también me están ayudando a moldear mis nuevas aventuras. El amor de Dios, que siempre está a mi lado y que me ha enseñado que la fe da una perspectiva completamente distinta a la vida. Soy realmente bendecida y estoy sumamente agradecida por este último año. No envejecí, sino que crecí. Hoy abro mis brazos a lo que este nuevo año tiene para mi, deseando poder seguir creciendo como ser humano, terrenal y espiritual.

Puedo decir con certeza que este año ya no me preocupo tanto por lo que quiero, sino por lo que tengo. He logrado muchísimo más de lo que jamás me imaginé. Y no, aún no me he casado y no he formado una familia, pero he formado a una mujer feliz, una mujer que está orgullosa de sus logros y que le gusta trabajar, una mujer independiente, plena y llena de amor. Una mujer que ha crecido. ¿Recuerdan que les dije que de pequeña los sueños no tenían límites, ni tampoco la imaginación? Pues he vuelto a ese mismo lugar.:) Yo solo trabajo y vivo la vida plenamente – Lo demás se lo dejo a Dios.


Consulte aquí el sitio web de la autora. 

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada.