Hace 40 años, cinco neurocientíficos norteamericanos, egresados de las mejores universidades de Estados Unidos, iniciaron una revolución en el mundo médico, al introducir la enseñanza del “mindfulness” o “conciencia plena”, dirigida a educar a nuestra mente, cimiento de la inteligencia emocional.
El “mindfulness» se origina en conocimientos orientales milenarios, de unos 2500 años. Su propósito es aliviar el sufrimiento autoinducido causado por las formas disfuncionales de pensar y cultivar la compasión. No es una religión.
Actualmente no existe un centro académico ni institución médica de renombre que no esté enseñando este tipo de educación invaluable para los seres humanos. La comunidad científica internacional está publicando centenares de estudios que demuestran los beneficios de su práctica, que son muchos, como la mejora de la inteligencia emocional y social. Es decir, el “mindfulness” mejora a las personas.
El “cometa” de la Revolución Industrial
Inglaterra, pionera de la Revolución Industrial y nación que llevó al resto de Europa continental, así como Estados Unidos y Canadá, a las mayores transformaciones socioeconómicas y tecnológicas de la Humanidad, volvió a dar ejemplo al mundo recientemente.
En 2015, el Parlamento británico – en un hecho sin precedentes en la educación mundial – legisló para que el «mindfulness» se implementara en el Reino Unido en cuatro ámbitos de la política pública: salud, educación, trabajo y justicia penal.
A Inglaterra le siguió México, un país que en 2017 reformó su ley educativa para enseñar y cultivar esta facultad espiritual. En 2019, las Islas Canarias y la República de Malta hicieron lo mismo, y así continuará sucediendo a medida que las sociedades desarrollen una mayor apertura al tema.
En el discurso que pronunció durante la V Cumbre de las Américas, Oscar Arias – expresidente de Costa Rica y Nobel de la Paz – afirmó que la Revolución Industrial “pasó por América Latina como un cometa”. Coincido con él y agrego que esto sucedió por la precaria educación y comunicación que teníamos para ese entonces.
Arias se preguntó en su discurso qué cosas hicimos mal en Latinoamérica para que la Revolución Industrial no tuviera el mismo impacto en nosotros, como sí ocurrió en otros países: Alemania, Francia, Estados Unidos, Canadá, entre otros.
Como parte de esa revolución, surgió la convivencia en democracia, la eliminación del absolutismo y la proliferación de emprendedores que crearon riqueza. En Latinoamérica nos han sobrado dictadores, y carecemos de constitucionalismo y de emprendedores.
Luego del discurso que pronunció Oscar Arias, intenté contactarlo a través de un compañero incaista quien también es un buen amigo del expresidente. Desafortunadamente no logré hablar con él, para informarle que está ocurriendo otra revolución en Occidente: la del “mindfulness”.
Me gustaría que tanto Oscar Arias como los lectores de medios de comunicación me permitan instruirlos sobre la “conciencia plena”, para divulgarla y que no pase como un “cometa” en nuestra región, tal como sucedió con la Revolución Industrial.
Hoy, gracias al Internet, las redes sociales y los medios de comunicación, es imposible que el “mindfulness” pase desapercibido. Debemos escuchar a los neurocientíficos e implementar esta enseñanza que, al hacernos mejores humanos, resulta imprescindible para la democracia e indispensable para la consolidación de sociedades más justas y pacíficas en América Latina.
El autor es fundador del Instituto Nicaragüense de Mindfulness*