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Solo una combinación de resultados clasificaría a Nicaragua a segunda ronda
El partido finalizó 2-1 a favor de los “canaleros”. Chavarría nos puso a soñar, pero en siete minutos, Díaz y Torres, acabaron con las ilusiones.
Ni la presencia de Henry Duarte, ni la titularidad de Juan Barrera y Daniel Cadena, consiguieron que la Selección Nacional de Futbol de Nicaragua, obtuviera los primeros tres puntos en la Copa Oro. El equipo fue mejor que el fantasma que jugó contra Martinica, pero otra vez no hubo un referente en el área que lograra finalizar las jugadas de mayor peligro.
Olvidemos el primer tiempo. No es necesario hablar de las seis llegadas que hizo Panamá y las dos que realizó Nicaragua, ni de los dos goles anulados por fuera de lugar para ambos equipos. Enfoquémonos en la segunda parte, precisamente en los primeros quince minutos.
Duarte dio entrada en el segundo tiempo a Luis Peralta en lugar de Eulises Pavón. El cambio movió los hilos del partido. Permitió a Cadena desplazarse con mayor libertad en el medio campo. El resultado de esa variante llegó en el minuto 48. Panamá dejó muy abiertas sus líneas defensivas y permitió que Josué Quijano, desde la banda derecha, centrara al área canalera.
El rechace de la defensa panameña llegó a los pies de Carlos Chavarría, quien probó suerte con un fuerte derechazo que se metió en el ángulo del arco del portero panameño. Un golazo en toda la expresión de la palabra. Una anotación que nos puso a soñar muy temprano en el inicio de la segunda parte.
Del cielo a la tierra y luego al infierno
Pero la celebración no duró mucho tiempo. Y la falta de experiencia nos pasó factura al minuto 50. Fue Ismael Díaz, quien nos quitó la sonrisa. No había terminado de celebrar el equipo pinolero, cuando en una jugada rápida el canalero recibió el balón en el área nicaragüense y definió completamente solo de frente al marco de Justo Lorente.
El empate fue lluvia fría para los jugadores nacionales. Barrera intentaba animar y Lorente no creía cómo en dos minutos Panamá ya había empatado el encuentro.
El partido continuó con el asedio panameño. La defensa de Nicaragua todavía no estaba en su lugar y esto fue aprovechado por los canaleros. En el minuto 57, Gabriel Torres anotó el segundo gol para Panamá. Remató solo, en el área y destruyó las ilusiones que el gol de Chavarría había dado a todo un país.
Nicaragua intentó pero no logró crear una jugada de verdadero peligro en varios minutos de juego. Al minuto 75 Galeano probó con un disparo directo pero se fue desviado. Copete hizo lo mismo en el 86, sin embargo, el portero panameño desvió, y en el contrarremate, tampoco hubo suerte.
Los minutos transcurrieron y la “Azul y Blanco”, fue incapaz de finalizar una jugada. Si bien es cierto el ingreso de Barrera y Cadena en el equipo titular, le dio otra cara a la Selección Nacional, eso no fue suficiente para conseguir la remontada.
Los dos goles anotados por Panamá no fueron fruto de magníficas jugadas. Las dos anotaciones nacieron de la desconcentración y la inexperiencia de los nuestros, para manejar un partido cuando se está ganando.
Digan lo que digan, Copete no fue el defensor central al que nos tiene acostumbrado. La lesión que tuvo en Perú y el proceso de recuperación le restaron condiciones. Barrera hizo lo de siempre, pero este partido nos demostró que necesita a ese “alguien” que le acompañe en el ataque y no le deje la responsabilidad de marcar goles en cada encuentro.
Chavarría es un jugador que viene recuperando su nivel y mejoró en este partido contra Panamá. No obstante, sus apariciones fueron intermitentes. Luis Manuel Galeano no logró cuajar en todo el partido. Pavón fue de más a menos.
El resultado deja a Nicaragua al borde de la eliminación, en coma. Solo una combinación de resultados clasificaría a la Selección a segunda ronda, sin embargo, en la última fecha toca Estados Unidos, y solo una victoria contra uno de los gigantes de Concacaf nos pondría a soñar de nuevo.
A Nicaragua le ocurrio lo que siempre le ocurre a la seleccion de Mexico. Faltando 15 o 20 minutos «se duermen» pensando que ya tienen el partido «en la bolsa». Esto es un error fatal. Sobre todo cuando se juega contra equipos europeos que son incesantes en su ataque hasta el final.