La líder estudiantil y expresa política, Amaya Coppens, recibió el Premio Internacional a las Mujeres de Coraje 2020, del Departamento de Estado de los Estados Unidos, portando en su mano izquierda un pañuelo morado, que simboliza la lucha feminista. El gesto provocó controversia en redes sociales, porque muchos usuarios le reclamaron por “mezclar” la lucha cívica con este movimiento. Pero el pañuelo de Amaya, además de feminista, está lleno de símbolos muy ligados a la rebelión ciudadana que estalló en abril de 2018 en Nicaragua.
El pañuelo que portó Amaya Coppens fue un regalo de Tamara Morazán, hermana de Jonathan Morazán, uno de los jóvenes asesinados durante la Marcha de las Madres, del 30 de mayo de 2018.
“Ella lo bordó mientras yo estaba en la cárcel», relató Amaya, explicando los bordados sobre su pañuelo. «Simboliza tres luchas diferentes que son importantes: la lucha por la memoria y la justicia por los más de 300 asesinados, la lucha por la libertad de los y las presos políticos y la lucha feminista”, explicó Coppens en un vídeo que publicó en su cuenta de Twitter y de Facebook, después de recibir decenas de mensajes de rechazo.
Para Amaya Coppens, rea política en dos ocasiones, el rechazo que causa el pañuelo morado es parte del menosprecio que hay hacia la lucha de las mujeres feministas, que emprendieron desde antes de 2018 y que al surgir la rebelión cívica también se unieron.
Soy Nicaragüense y también soy mujer , y las mujeres también somos ciudadanas y tenemos derechos.
No debemos pensar igual, sólo respetar.
Viva Nicaragua libre de discriminaciones sin sentido!
No hay ciudadanxs de segunda clase!#NicaraguaLibre#NiUnaMenos pic.twitter.com/g0Qg3Q0Zz8— Amaya Coppens (@amaya_coppens) March 5, 2020
“Nosotras también hemos puesto todo en esta lucha, exigiendo que cese la discriminación en base a las opiniones políticas. Sin embargo, me parece algo incoherente tener este posicionamiento cuando en Nicaragua tenemos discriminación según el género, orientación sexual, la raza y todas estas luchas no pueden quedar aparte porque son parte fundamental de la Nicaragua que queremos construir”, dijo.
De hecho, las mujeres han tenido un rol importante en la lucha cívica. En las trincheras, puestos médicos, manifestaciones, negociaciones, ellas también han estado presente, y el 8 de marzo de 2019, en Niú, te contamos la historia de ocho de estas mujeres, que siguen resistiendo ante el régimen de Daniel Ortega.
Amaya Coppens abraza la lucha feminista
Asimismo, lamentó que el pañuelo morado que usó durante la ceremonia de premiación haya provocado más indignación que los 13 femicidios, que para entonces, habían ocurrido en Nicaragua. La cifra ahora se ha elevado a quince, tras el asesinato de dos adolescentes en dos departamentos del país.
Esta no fue la primera vez que la estudiante de medicina ha portado el pañuelo feminista ni tampoco que la primera vez que se pronunciaba a favor de la lucha feminista. En algunos piquetes exprés se le ha visto portándolo y ayer, que se conmemoró el #DíaInternacionalDeLaMujer, envió un mensaje a través de sus redes sociales en el que denunció la represión, persecución y resistencia que viven las nicaragüenses.
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«Este ocho de marzo lo vivimos luchando para construir una Nicaragua sin violencia, sin discriminación, una Nicaragua donde todos podamos vivir y no sobrevivir. Este ocho de marzo seguimos fuertes y reafirmando nuestra lucha por una Nicaragua libre para todos y para todas», dijo.
Amaya Coppens fue una de las doce mujeres de todo el mundo que fue premiada por demostrar un valor y liderazgo excepcional en la defensa de la paz, la justicia, los derechos humanos, la igualdad de género y el empoderamiento de las mujeres. El Departamento de Estado, destacó que Amaya Coppens, pese a que tuvo la oportunidad de repatriarse a Bélgica durante su primer cautiverio, por tener nacionalidad belga-nicaragüense, se negó.