En pantalla
Regresando de vacaciones podés engancharte con esta serie. Nosotros ya lo hicimos.
Para los que nos quedamos en Managua en estas vacaciones, Netflix se convirtió en nuestro acompañante más amado. Navegamos por las películas y series, y bueno, dimos con “13 reasons why” (13 razones por qué), la serie del momento. Desde su lanzamiento el 31 de marzo en la plataforma de video, la producción amasó un gran grupo de seguidores, por la trascendencia de su trama y la capacidad que han tenido sus realizadores de atrapar a la audiencia en cada uno de los capítulos.
La historia sigue la vida y muerte de Hannah Baker (Katherine Langford), una adolescente que decide suicidarse y deja 13 casetes en los que habla sobre las razones que la empujaron a hacerlo. Clay Jensen (Dylan Minnete) es su amigo/interés romántico, y a través de sus ojos vemos cómo la vida de la joven se va rompiendo a pedazos. Más bien, escuchamos los audios en los que ella relata los últimos meses de su vida.
El inusitado éxito de la serie, responde en parte a la fama del libro (con el mismo título) que le precedió. Firmado por Jay Asher y lanzado en 2007, el texto logró llegar al puesto número 1 de los libros más vendidos en The New York Times Best-Seller en Julio 2011. También el involucramiento de celebridades como Selena Gómez (productora ejecutiva de la serie) atrajo las miradas de los jóvenes.
Sin embargo, a simple vista, podría parecer que se trata de otro hit más de fiebre adolescente, pero en realidad “13 reasons why” tiene algo más profundo. Los temas abordados en la trama son universales, y de ahí que muchos adultos (o jóvenes adultos) se hayan enganchado con ella. El suicidio de Hannah, es reflejo de que en nuestra sociedad todavía hay temas que trabajar: el machismo, el acoso escolar, la negligencia de la autoridades, etc.
Los suicidios en Estados Unidos y en el mundo han alcanzado cifras alarmantes, y muchos expertos ya los catalogan como una “pandemia”. Para jóvenes como Hannah, protagonista de la serie, la acumulación de situaciones, abusos y hostilidades la llevan hacia un desenlace fatal. Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), cada año se suicidan al menos un millón de personas.
Aunque tradicionalmente las mayores tasas de suicidio se han registrado entre los varones de edad avanzada, las tasas de jóvenes han aumentado hasta el punto de convertirse en el grupo de mayor riesgo, en un tercio de los países del mundo.
El suicidio es un problema complejo, en el que intervienen factores psicológicos, sociales, biológicos, culturales y ambientales, por lo tanto su abordaje debe ser visto desde varios flancos. En la serie, nadie reconoce al principio las razones que llevaron a Hannah a suicidarse, y sin embargo, todos van recapitulando después, actitudes de ella que pudieron haberles dado alguna pista.
Su grupo de “amigos”, está ahí con ella gran parte del tiempo, la ven desvanecerse ante sus ojos, y todos saben su historia y lo que hicieron con ella. Cuando Hannah graba los casetes, va señalando uno por uno a los causantes (o no) de su decisión. Les dice que pudieron haber hecho las cosas de forma diferente, pero que lamentablemente para ella fue demasiado tarde. La perspectiva de sus padres es sumamente importante, porque aunque están siempre ahí y todo pasa frente a sus ojos, es hasta el final que descubren qué fue lo que llevó a su hija a matarse.
En las redes sociales, muchos han empezado a debatir sobre los aciertos y desaciertos de la serie. A muchos no les parece la manera en que el “bullying” o acoso escolar es retratado, otros aseguran que las razones por las que se suicidó no fueron lo suficientemente «convincentes”. No obstante, “13 reasons why” ha logrado su objetivo principal, que es poner en la palestra el tema del suicidio, mientras logra entretener y mantener, cautiva a su audiencia por más de 13 horas (cada capítulo dura de aproximadamente 60 minutos).
Es una de las primeras series, además (SPOILER ALERT –no seguir leyendo si aún no la has visto–), que enseña de manera descarnada el suicidio y la violación desde la perspectiva de las víctimas. Mientras Hannah es abusada, el director hace un close up de su cara, no necesita hablar para retratar lo que siente, la mirada de la actriz Katherine Langford lo dice todo. De igual manera, la escena en que los padres de Hannah la encuentran en la bañera, ensangrentada, nos enseña cómo en el momento menos esperado, podemos enfrentarnos a un evento tan fatal.
Desde ya se discute la posibilidad de una segunda temporada, y aunque ni Netflix ni sus productores han hecho un anuncio oficial, la serie deja suficientes cabos sueltos para que se prolongue la historia. Por lo demás, sus protagonistas y Selena Gómez, han llenado las redes sociales con publicaciones alusivas a la serie, e inclusive se han tatuado un «;» (punto y coma), una alegoría que hace referencia a quienes han dejado atrás un momento en sus vidas en el que han pensado o intentado quitarse la vida.
Aún quedan muchas preguntas pendientes, entre ellas qué pasará con muchos de los protagonistas, qué pasó con el intento de suicidio de uno de ellos o qué harán los padres de Hannah con las revelaciones, qué deparará para los que se desaparecieron (sí Justin, estamos hablando de vos), y sobre todo qué sucederá con el violador ¿Caerá la justicia sobre él?
La serie está disponible en Netflix.
Considero que esta serie debería analizarse en las aulas de clases de nuestro país. En varios de los capítulos (Los 13 y el minidocumental, me los lancé en dos sentadas) me vi identificada con algunas acciones que pasaron mientras estudiaba mi primaria y secundaria. Tal vez no conocemos de alguien que se haya suicidado, pero si conocemos a muuuuchooos que han sido víctimas de esas bromas de mal gusto que los compañeros de clases te hacen. A mi, por mi nariz larga me llegaron a inventar hasta 13 apodos en un año, imagínense cómo me afectó. Hasta como a los 18 años comprendí que si mi nariz no fuera así, no sería tan bella como soy (un poco para mi autoestima jajajajaja)