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¿En realidad querés renunciar o solo estás cansado? Te damos algunos consejos antes de tomar esta decisión
*Contenido patrocinado por UAM*
Trabajás en un ambiente estresante, no te están pagando como desearías, te sentís enfermo y aspirás a otro tipo de empleo. En tu mente ronda una sola idea: “renunciar”. El problema es que no estás seguro de qué hacer, ni qué pasos tomar. ¿En realidad querés renunciar o solo estás cansado?
María Dolores Miranda, catedrática de la Universidad Americana (UAM) y gerente de Recursos Humanos en distintas compañías industriales en Nicaragua, conversó con Niú para explicar qué aspectos debés considerar si estás pensando en dejar tu empleo actual.
Primero, la experta asegura que es normal sentirse «cansado» de tu empleo, pero ella recomienda hacer una autoevaluación de tu desempeño en la empresa: «¿Hago proporcionalmente por lo que me pagan o realizo más tareas de las estipuladas en mi contrato?», «¿Me siento a gusto con el trato que recibo?», «¿Me siento satisfecho con lo que hago aquí?».
Miranda afirma que en muchas ocasiones el salario no es determinante, aunque si es una de tus razones principales para renunciar, deben buscarse soluciones dentro de la misma compañía, antes de tirar la toalla. Es decir, «depende si tenés un lugar que te está ofreciendo un mejor salario o si simplemente estás cansado de no ganar lo que sentís que merecés», expresa la académica.
«Un empleador se da cuenta del talento que tiene, pero también debe estar consciente que ese talento se tiene que remunerar igual de bien. Muchos (empleadores) esperan hasta que la persona dice que ya se quiere ir a otro lado para ellos ofrecer un salario mejor. Hay que ser proactivo al abordar este tipo de situaciones», afirma Miranda.
En una entrevista para la revista Forbes, Dennis Nason, presidente de Nason & Nason Executive Search, una de las empresas más populares de reclutamiento en Estados Unidos, dice que «llega un punto en que la banda de goma (la tolerancia laboral) es estirada tanto por un montón de factores, que se desarrolla una frustración inherente en el trabajador actual. Esto hace que se trate de buscar nuevas alternativas».
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Por otra parte, hay que tomar en cuenta las oportunidades de desarrollo dentro de la compañía. Si donde estás no te brindan un espacio en el que podás mejorar como profesional, ni tus opiniones son tomadas en cuenta, es una buena razón para plantearse la renuncia.
Sara Sutton Fell, CEO y fundadora de FlexJobs.com, en un artículo para la revista Forbes, señaló que «si todas las opiniones que das son ignoradas o siempre te dicen que no a tus propuestas, es momento que busqués nuevas oportunidades».
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De acuerdo a María Dolores Miranda, otro factor que puede influir en tu decisión es el clima laboral. Para la experta, si estás dentro de una empresa llena de estrés y rumores, no solo tu trabajo se ve afectado sino tu salud emocional y física.
«He atendido gente que se ha pasado de un trabajo donde ganaba mucho más dinero que donde están ahora, pero todo lo que ganaban de más lo gastaban en doctores debido al estrés que ciertos compañeros tóxicos les ocasionaban. Eso no es sano», asevera.
Otro factor es la estabilidad que la compañía tiene. Sara Sutton comenta que «si la empresa donde estás se está hundiendo, no tenés que hacerlo con ella. La gente se debe sentir libre en retirarse antes que también se ahoguen», señala.
Para la académica nicaragüense lo más importante para valorar es la satisfacción que sentís al hacer tu trabajo. «Uno tiene que amar lo que hace, no todo es dinero. He visto gente que se sale del trabajo monótono que tiene para hacer grandes acciones sociales. La felicidad es la clave«, enfatiza.
Finalmente, si ya estás decidido en renunciar, te dejamos algunos tips brindados por la experta:
- «No brinqués de una rama si no tenés otra en qué apoyarte, no podés renunciar sin tener otro trabajo esperando por vos. No es conveniente. Cuando tomés la decisión de irte, esperá unos meses mientras buscás otro lugar y hasta entonces poné tu carta de renuncia».
- «Tener claras las razones por las que te vas, para que cuando busqués un nuevo lugar para trabajar no repitás los mismos factores negativos. Si estás cansada del salario, por ejemplo, no te vas a ir a una empresa que pagan más o menos lo mismo. La frustración seguiría ahí».
- «Aspirar a un trabajo conforme a tus capacidades y experiencia. Cuando uno es universitario agarra lo primero que se le viene por la necesidad de trabajar, pero alguien con uno o dos años de experiencia y ha hecho un gran trabajo en su área, no puede hacer eso. Hay que valorar tu propio trabajo, porque de esa forma te valorará tu futuro empleador».
- «Hay que entender que el cambio tiene un costo. De ahí se tiene evaluar si ese costo vale la pena monetariamente, mentalmente y físicamente».