Estilo
En Casa Hogar Scott viven sesenta perros que fueron rescatados de las calles. Allí los sanan, los atienden y les dan una nueva vida
A Cindy la golpearon hasta que se desmayó. Después, pensando que ya había muerto, la tiraron al fondo del puente El Edén. Tenía unos seis meses, el pelo negro y las patas blancas. Estaba sucia, desnutrida y no conocía el cariño. Hasta el día que la rescataron y la llevaron a la Casa Hogar Scott, un albergue temporal de mascotas abandonadas.
En el albergue sanó sus heridas, no volvió a ser la misma. De los golpes perdió fuerzas en sus patas traseras y ahora para moverse tiene que arrastrarse, desarrolló un tic nervioso que la hace mover su pata derecha sin voluntad, pero ya no está sola. Bosco, Princesa Blanca, Max y cinco docenas de perros que han sido abandonados o maltratados por sus dueños encontraron el amor que les faltaba.
“Esta casa hogar se fundó por la gran necesidad que se ve en las calles, que uno llama a una fundación y te dicen que está lleno. Entonces nosotros aquí les damos cariño a esos perritos abandonados y golpeados. Los mimamos para que ellos vuelvan a confiar en las personas porque muchas veces están tan temerosos y maltratados que tiemblan cuando uno los quiere tocar”, cuenta Vilma Real, fundadora de Casa Hogar Scott.
- Lee también: Adoptar o comprar un perro.
Real fundó el albergue para perros en el 2015, en ese tiempo ella estudiaba un técnico en veterinaria y se encontró con Scott, un cachorro que deambulaba por las calles, tenía cáncer en uno de sus ojos y la piel muy lastimada. Al verlo sintió que debía hacer algo por él y, desde entonces, no ha parado de ayudar a los perros que se topa en las calles. Scott murió de vejez hace año en la casa hogar que lleva su nombre.
“Ellos son unos niños”
Nidia Zamora ha aprendido a vivir con los 60 perros, de distintas razas y tamaños, de la casa hogar Scott. Ella los baña, les hace de comer, les aplica sus medicinas y a los más chiquitos se los pone en las piernas, les da biberón y después le saca los gases. Todos la obedecen.
“Yo los entreno como si fueran mis hijos. Les enseño lo que está mal, lo que está bien. Ellos conocen el tono de voz que usas. Saben cuándo le hablás con cariño y cuando les hablás con autoridad”, dice Zamora.
Ella llegó al refugio de cachorros sin saber nada de veterinaria, pues es estilista de profesión. Sin embargo, cuando empezó a llegar como voluntaria se encariñó de los caninos y por eso no puedo negarse cuando le ofrecieron el trabajo como encargada del albergue. Lo poco que ahora sabe sobre las mascotas y sus enfermedades lo aprendió de los veterinarios que ocasionalmente llegan a revisar a los perritos. Y el amor que siente por ellos es tan grande que cuando se va a su casa, los sábados por la tarde, le es imposible no extrañarlos, confiesa.
“Al principio es difícil porque todos son diferentes y todos tienen enfermedades. Entonces es complicado aprenderse las enfermedades de cada uno. La princesa gorda, por ejemplo, tiene epilepsia y hay que estarle dando fenobarbital”, explica.
- Te puede interesar: ¿Puedo tener un pitbull?
El último perro que llegó a la casa hogar fue Bosco. A él lo encontraron deambulando por las calles de don Bosco, de ahí su nombre. Él es pastor alemán cruzado con criollo, es grande y cuando lo encontraron, hace un mes, estaba desnutrido y le temía a los humanos. Ahora está sano y esperando ser adoptado. Otro de los perros rescatado es Blake, un canino que rescataron de un hogar en el cual lo maltrataban tanto que estaba casi degollado. A él lo tenían amarrado del cuello con un alambre de púas y esto provocó graves heridas. Poco a poco ha sanado gracias a las medicinas que reciben de donación.
¡Adoptá un perro!
Mantener un albergue como Casa Hogar Scott es difícil porque sobreviven de las donaciones y hay demasiadas mascotas abandonadas. Muchas veces tienen que rechazar perritos que necesitan ayuda porque ya no hay espacio. Lo más difícil es que a ese tipo de mascotas son pocas las personas que las adoptan.
“El problema es que la gente no adopta, la gente compra y si ellos supieran la historia de cada uno de ellos yo creo que todos estos niños tendrían calidad de vida”, dice Nidia Zamora.
Huellitas Secas es un proyecto social que se recién se unió a la Casa Hogar Scott. Ellos son unas 30 personas que al igual que Vilma sintieron que debían hacer algo por las mascotas abandonadas. Entonces decidieron unirse y cooperar desde sus profesiones y condiciones económicas para salvar perros de la calle. Los rescatan, los ayudan a sanar y les buscan hogar. Ahora desde este albergue los apoyan con las donaciones que consiguen.
“Todo lo que recolectamos de donaciones lo juntamos y lo traemos acá (Casa Hogar Scott). Ahora estamos trabajando en montar una clínica en donde se les dé una valoración a todos los perritos para que salgan de aquí salgan en buenas condiciones y con expedientes”, cuenta Gloria Ordoñez, miembro de Huellitas Secas.
¿Cómo ayudar?
Para realizar alguna donación pueden escribir a la página de Facebook de Casa Hogar Scott o a la página de Huellitas Secas. También, puede depositar el dinero a las cuentas de Bancentro 117025345 en córdobas y 109206149 en dólares a nombre de Vilma Real. O bien, puede donar a la cuenta de PayPal [email protected]
Asimismo, puede visitar el albergue ubicado detrás del portón del hospital Carlos Roberto Huembes 2 abajo, 75 varas al sur y hacer la donación directamente, ya sea en productos como medicinas, alimentos o dinero.