Blogs

Es simple, ante las condiciones actuales, hay dos opciones estratégicas:

I) Seguir los consejos del COSEP, AMCHAM, banqueros y sus agentes en la Alianza Cívica, que parece consistir de hecho en revivir y soportar a la dictadura hasta el año 2021 (cuando la dictadura tendrá otro “baño” de votos institucionalizándose al menos por otros cinco años), ó…

II. Amarrarse la faja, recoger agua, alimentos y medicinas y decidirse como pueblo hasta sacar a esta dictadura del poder y hacer nacer por primera vez en nuestra historia: la democracia.

Nota importante: Todos los movimientos y actos políticos que no contengan elementos organizativos, planificadores, acumulativos de la Alternativa II, están decidiendo y fortaleciendo la primera.

Cuando los movimientos y actos políticos van en el orden de diferir las demandas humanitarias, democráticas y políticas del pueblo a ese horizonte de 2021, cuando veamos que el régimen seguirá como tal y en su misma línea de lograr la sumisión absoluta del pueblo a sus designios, y cuando “nuestros” representantes estén de hecho (más allá de sus gestos, palabras y mercadeo de verborrea de enojo), apoyando la salida 2021, estamos desangrando estratégicamente las posibilidades de la Alternativa II.

Y como estamos viendo, es falso que la alternativa es entre guerra y paz. Es entre dictadura y democracia. Entre barbarie y civilización. Entre muerte y vida.

Como si no miráramos la realidad, con más de 300 personas asesinadas en el mayor genocidio de nuestra historia, como si no vimos como Ortega disparó contra niños, jóvenes desarmados, personas mayores, hombres y mujeres, estudiantes y campesinos. ¿Qué le puede impedir volverlo a hacer? ¿ Cuántos más tendrán que morir o ser secuestrados hasta 2021? ¿Y más allá del 2021, con la dictadura, que nos puede espera como población, como país, como nación?

No es cierto, como lo demuestran las reiteradas violaciones de los acuerdos de “vida de mosca” en el INCAE, que si Ortega manda a sentarse a sus sicarios segundones a “negociar”, no va a mandar a sus sicarios y asesinos a sueldo, a aterrorizar y matar.

Si Ortega no se desarma (¿quién lo desarma?), no dejará de disparar; con su guardia sandinista está disparando al pueblo porque refugiado en Costa Rica en la guerra de 1979, nunca lo hizo contra los guardias somocistas.

Esa es la realidad, se quede Ortega en el poder indefinidamente “hasta que el cielo determine” o el pueblo se alce de una vez con todo para su salida del poder, siempre seremos sus víctimas porque es un poder inhumano, organizado para el crimen y fuertemente armado y sectarizado.

Todos tenemos que tomar ya una decisión entre esas dos opciones, aunque en ambas seremos siempre, sus víctimas.

Más artículos del autor aquí