Días después de regresar de unas vacaciones familiares en México, Tatiana Cordero, una nicaragüense radicada en Canadá, comenzó a sentirse fatigada. No tenía tos, pero sí le dolía la cabeza y se sentía congestionada. Pensó que su malestar era debido al drástico cambio de temperatura, pero un día después a su hijo también le aparecieron los mismos síntomas. El siguiente en la lista, fue su esposo. Siete días después, el diagnóstico para todos fue: positivo en covid-19.
La nicaragüense decidió compartir, a través de Facebook, parte de la experiencia que ella y su familia ha padecido en las últimas semanas, para sensibilizar a la población que aún subestima esta pandemia. “Quiero que sepan que este virus no tiene edad, no mira condición física, no mira condición médica, a cualquiera le puede dar súper fuerte, a cualquiera lo puede matar”, dice en el video.
Tatiana y su familia decidieron viajar de vacaciones, semanas antes que en México y Canadá establecieran alertas. Pensaron que con tomar las medidas de prevención básicas que han anunciado podrían viajar sin problemas. Así que se alistaron de mascarillas N95, alcohol en gel y durante su estadía en ese país se esforzaron en limpiar lo que pudieron. Pero no funcionó.
Matrimonio nicaragüense viviendo con covid-19
Cuando estaban en México, las alertas sobre la pandemia aumentaron. Tatiana y su familia comenzaron a preocuparse tanto, que consideraron en regresar antes de tiempo. Pero fue hasta días después que ya estaban en su casa que los síntomas comenzaron aparecer. De toda la familia, integrada por dos niños y los dos papás, su esposo fue quien lo padeció peor.
“Él empezó a tener fiebres muy altas, de más de 40. Cuando le daba 38.5 nos alegrábamos. Se sentía mal, anda dolor de cuerpo. Hablamos con una enfermera y por el hecho de que habíamos viajado, le hicieron le test, pero transcurrieron muchos días antes que nos dieran los resultados”, cuenta.
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Durante la espera, que se extendió por siete días, su esposo, Leo, padeció calenturas, perdió el sentido del gusto, el olfato y bajó aproximadamente ocho libras. Solamente se levantaba para bañarse o echarse agua para tratar de bajar las altas temperaturas.
“Además le daba dolor de cabeza, en el cuerpo, tenía debilidad y, al tercer día de las calenturas, le dio tos. No le faltaba el aire, pero sí se cansaba al bajar las escaleras”, dice.
El diagnóstico
La confirmación del diagnóstico la tuvo a la semana de hacerse la prueba. Sin embargo, explica, su esposo ya tenía nueve días con calenturas. A los niños y a ella nos les hicieron la prueba porque no tenían síntomas, sin embargo, le explicaron que probablemente los síntomas que experimentaron los primeros días eran por el virus, pero que este reaccionó más fuerte en su esposo.
Hasta ayer, que Tatiana decidió compartir su experiencia con el covid-19, su esposo se encontraba mucho mejor. Tenía cuatro días sin fiebre y ellos llevan más de dos semanas en aislamiento para evitar propagar el virus.
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“Decidí grabar este video porque hace poco nos dimos cuenta que un muchacho que estudió con mi esposo murió. Y ese muchacho no tenía una condición preexistente. Y a eso voy, quiero que entendamos que el virus reacciona distinto entre un ser humano u otro. Seamos responsables, porque a veces solo pensamos en nosotros. Con esto estamos cuidando a quienes nos rodean y quienes nos rodean son nuestros viejitos”, dijo conmovida la nicaragüense que sufrió covid-19.
Hasta este tres de abril de 2020, la cifra de casos confirmado con covid-19 es de 1 083 084. Siendo Estados Unidos, Italia y España los países que más casos han reportado. De esa cifra más de 58 200 han muerto y un poco más de 225 400 se han recuperado. Oficialmente, en Nicaragua solo hay cinco casos confirmados, uno de ellos fallecido, y otro que ya fue dado de alta, según el Gobierno.