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La pandemia ha afectado la manera en que todos los humanos socializamos, pero esto tiene mayor impacto en los menores de edad.
Con la pandemia de COVID-19 empeorando en la mayor parte de Estados Unidos, América Latina y en otras regiones del mundo, un número creciente de distritos escolares han determinado que el regreso a la instrucción diaria en persona aún no es seguro o viable. Su objetivo es seguir con el aprendizaje remoto a medida que avanza el año escolar.
Basado en mi investigación sobre los efectos psicológicos de la tecnología digital, he visto que cuando los niños y adolescentes pasan mucho tiempo aislados en casa y mirando las pantallas, sus habilidades sociales y autoestima pueden sufrir y pueden volverse más solitarios. Afortunadamente, hay maneras de reducir esos riesgos, mientras que los jóvenes pasan mucho más tiempo de lo habitual en casa.
1. Practica prestar atención a otras personas
Una habilidad social importante es la capacidad de prestar atención a otra persona mientras interactúa con ella. Un estudio a largo plazo de más de 300 adolescentes descubrió que aquellos con el uso más intenso de la pantalla también eran los más propensos a centrarse en sus propias necesidades, en lugar de las de las otras personas con las que interactuaban. Otra investigación indica que este comportamiento egocéntrico tiende a generar más problemas sociales con los amigos.
La buena noticia es que las actividades cotidianas, aparte de la tecnología, pueden ayudar a los niños a concentrarse en general y prestar atención a otras personas. Por ejemplo, cuando las familias hacen cosas juntas, como cocinar y cultivar un huerto, o tienen un horario designado para que todos lean al mismo tiempo, puede ayudar a los niños a mantener la habilidad social de prestar atención a los demás. Un gran estudio encontró que tanto los adultos como los menores involucrados en este tipo de actividades se sentían mejor acerca de sus relaciones.
A los niños les resulta más fácil concentrarse en sus amigos cuando juegan juntos en persona, algo que es más difícil de hacer mientras se distancia socialmente. Y cuando juegan al aire libre, o incluso simplemente pasan tiempo al aire libre, se vuelven más capaces de prestar atención a sus amigos y, más tarde, centrarse en el trabajo escolar. Además, el yoga y otros ejercicios de relajación, como los ejercicios de respiración, pueden ayudarlos a practicar la concentración en general.
2. Fomentar el intercambio de conversación
Las interacciones en la escuela ayudan a los niños a aprender a leer expresiones faciales y lenguaje corporal, dar y recibir conversaciones y cómo cambiar o iniciar temas de conversación. Tener estos encuentros informales regularmente es una forma en que los niños aprenden a conocer y saludar a las personas. Si bien no hay un sustituto perfecto en línea, hay pasos que los padres y otros tutores pueden tomar para ayudar a preservar las habilidades sociales de un menor.
Algunas actividades en línea pueden ayudar a los niños a practicar la percepción de las emociones de los demás al mirar sus caras. Un ejemplo es la ‘Prueba de los ojos en la mente’, en la que las personas miran una imagen de los ojos de alguien y adivinan la emoción que ese individuo está experimentando.
El tiempo en familia puede potencialmente hacer la mayor contribución a las habilidades sociales y de conversación. Planea cenar juntos, sin la distracción de ninguna pantalla o teléfono, porque los niños que cenan con sus familias tienden a establecer relaciones más fuertes con sus compañeros, marcadas por menos peleas e intimidaciones.
También es útil escribir cartas a mano, en lugar de depender de dispositivos electrónicos para la comunicación escrita. Los padres pueden alentar a los niños a encontrar nuevos amigos en lugares lejanos a través del correo postal, aprovechando un sitio web de amigos por correspondencia. Intercambiar cartas con un extraño desarrolla habilidades de conversación, ya que escribir una carta para conocer a alguien implica hacer preguntas en temas como actividades y comidas favoritas.
3. Mantener amistades
Los padres de niños aislados en casa pueden necesitar buscar formas creativas para mantener las amistades escolares. Las aplicaciones como Skype, Zoom y FaceTime pueden ser útiles, pero los menores, como los adultos, pueden cansarse de ellas. Afortunadamente, hay alternativas.
Recuerda a tus hijos la diferencia entre mensajes breves o publicaciones y comunicaciones más largas. A través de mi investigación, descubrí que los niños generalmente ven las diferencias entre interacciones breves pero divertidas versus sentir una conexión profunda con un buen amigo. Anima a los niños a escribir mensajes más largos, pero menos frecuentes, a sus amigos porque puede ayudar a mantener esas relaciones sólidas.
A pesar de tener que distanciarse socialmente, no olvides que los niños de todas las edades también pueden conectarse con otros al aire libre, lo que es más seguro que estar juntos en el interior. Organiza visitas al aire libre que mantengan a los niños y adolescentes y sus amigos a dos metros de distancia entre sí y asegúrate de que todos usen cubrebocas. Considera jugar croquet u otros juegos que puedan funcionar con estas circunstancias o simplemente hacer que pasen por aspersores. Incluso un pequeño grupo de amigos pasando el rato mientras el distanciamiento social puede preservar las amistades.
Por último, pero no menos importante, alienta a los maestros a dividir las clases en pequeños grupos mientras aprenden en línea. Los niños aún pueden aprender a estudiar juntos, practicar habilidades juntos y hablar y socializar mientras aprenden fuera del aula.
*Este artículo fue traducido por El Financiero. Originalmente se publicó en The Conversation US en Español. Puede leer también el artículo original en este enlace. La autora Elizabeth Englander es Profesora de Psicología y Directora del Centro de Reducción de la Agresión de Massachusetts (MARC), de la Universidad Estatal de Bridgewater.