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Ágatha Christie para progresistas: “Entre Navajas y Secretos”
Ágatha Christie

Los fans de Ágatha Christie tendrán mucho que disfrutar en “Entre Navajas y Secretos”, un laberíntico misterio, aderezado con un toque de crítica social.

     

Harlan Thrombey (Christopher Plummer), legendario escritor de novelas policíacas, ha muerto. El ama de llaves, Fran (Edi Patterson) descubre su cuerpo sin vida en el ático que usaba como oficina. Un corte en la yugular y un filoso abre cartas caído a su lado apuntan a un suicidio. Por cumplir trámite, dos policías, el teniente Elliot (LaKeith Stanfield) y el patrullero Wagner (Noah Segan), interrogan a los miembros de la familia, presentes la noche antes, mientras el patriarca celebraba su cumpleaños. Los testimonios contradictorios dejan claro que todos tenían motivos de sobra para cometer un crimen. Tanto así es aparente para Benoit Blanc (Daniel Craig), detective privado que acompaña a los agentes del orden.

La familia de sospechosos es un colorido clan, unidos por apellido y codicia desmedida. El grupo incluye a Jamie Lee Curtis, Don Johnson, Chris Evans y Toni Colette. Sin embargo, la verdadera estrella es el guion del también director Rian Johnson (Star Wars Episode VIII – The Last Jedi, 2017). Es un legítimo rompecabezas de pistas reales y falsas, diseñado para reconfigurarse sobre la marcha mientras cambia el objetivo. La indagatoria de quien hizo qué, da paso a un porqué, que vuelve a torcerse a la hora de responder cómo. Las novelas de Ágatha Christie ofrecen una plantilla inspiradora: virtualmente cada pieza de información termina justificando una revelación posterior. Quizás quiera ver la película dos veces: la primera, para seguir la trama. La segunda, para admirar como todo encaja.

Ágatha Christie ha vuelto al radar de Hollywood gracias a una versión reciente de “Murder at the Orient Express” (Kenneth Branagh, 2017). El filme fue suficientemente exitoso como para justificar una adaptación de “Muerte en el Nilo”, programada a estrenarse en el 2020. Johnson ofrece una inspirada “americanización” de su escenario ideal: una casa señorial, llena de personajes excéntricos, con motivos para matar. Pero sí Christie habitaba cómodamente en las divisiones de clase de Inglaterra, Johnson quiere denunciar a los adinerados. Las pretensiones de los burgueses del nuevo mundo son reconocidas y desactivadas: cuando uno de los Thrombey reclama la propiedad de su “casa ancestral”, alguien le recuerda que fue comprada en los 80.

Misterio denuncia el racismo endémico

Johnson está divirtiéndose con “Knives Out”, pero también quiere denunciar el racismo endémico, presente incluso en los que se precian de ser progresistas. El foco de esta estrategia es el personaje de Martha (Ana de Armas), la devota enfermera latina que cuida del escritor anciano. Es su trabajo, pero lo ejerce desinteresadamente. Realmente se preocupa por el bienestar del escritor. Es tan virtuosa, que ni siquiera puede mentir. Cuando trata de hacerlo, involuntariamente vomita —desde que se anuncia esta particularidad, empecé a lamentar el inevitable momento que haría lo propio sobre un blanco merecedor—.

La bondad de Martha se define en contraste a la vileza de los Thrombey. Más que humanizar a los migrantes, Johnson usa a Martha para poner en vergüenza a los sujetos de su escarnio. Además, Ana de Armas se ve, pues, como Ana de Armas. Su belleza física le ha granjeado cupo para ser la próxima “Chica Bond”, donde se reunirá con Craig para otro tipo de intriga. La actriz cubana se ubica en el extremo más blanco del color de piel de nuestro grupo étnico. Es tan blanca que podría pasar por anglosajona. En un chiste recurrente, miembros de la familia identifican erróneamente el origen de Martha: ecuatoriana, paraguaya, brasileña. Para ellos, todos los latinos son iguales.

¿Idealización o deshumanización?

Knives out

Pero… la película que retrata la vida de Ágatha Christie: Entre Navajas y Secretos, tampoco se toma la molestia de decirnos de dónde vienen Martha y su familia. ¿Importa, acaso? Creo que sí. La idealización puede ser otra forma de deshumanización. Y si nos preocupamos por política racial, tome nota de que el policía de raza negra, a pesar de esta investido de autoridad, cede liderazgo de la investigación a un detective privado rubio.

Quizás esto no me molestaría tanto, si la película no se felicitara tanto por su actitud iluminada. A pesar de esto, es una pieza de entretenimiento irresistible. La construcción narrativa convierte su carácter elusivo en un chiste. Tome nota de la edición intercalada de los interrogatorios iniciales. El extenso reparto le hinca el diente a sus caricaturas designadas. Armas es excelente, justificando al final la devoción del cineasta.

“Entre Navajas y Secretos”: (Knives Out)
Dirección: Rian Johnson
Duración: 2 horas, 10 minutos
Clasificación: ⭐ ⭐ ⭐ (Buena)