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“La canción que te debía”, narra los encuentros de Chas Mejía y Carlos Mejía Godoy con el periodista Pedro Joaquín Chamorro
En 1957, la dictadura somocista condenó a Pedro Joaquín Chamorro Cardenal, por su supuesta participación en la muerte de Anastasio Somoza García, un delito que no fue probado, pero en castigo lo confinaron al destierro en San Carlos, Río San Juan, a orillas del gran lago de Nicaragua. Sociable por naturaleza, Chamorro cultivó una amistad con el capitán de Aduanas de San Carlos, donde el periodista era sometido a vigilancia 24 horas al día por soldados de la Guardia Nacional, El Capitán era Chas Mejía, padre del ahora famoso cantautor Carlos Mejía Godoy. “La canción que te debía”, de Mejía Godoy, estrenada en el homenaje al 40 aniversario de la muerte del periodista, retrata musicalmente los momentos de esa amistad con su padre, que continuó el joven Mejía Godoy.
Chas Mejía trabajó entre Somoto y San Carlos y otros puestos fronterizos toda su vida. Cuando Pedro Joaquín llegó confinado al pueblo ribereño, sin importar su ideología, congeniaron muy bien, cuenta Carlos Mejía Godoy. “Mi padre me contó, y Pedro Joaquín me lo reafirmó en su momento, que (Chas Mejía) había sido muy cordial y amistoso al recibirlo. ¡Eran vecinos!”, recordó el músico en el programa de televisión Esta Noche, transmitido por Canal 12.
La aduana estaba frente al hotelito del pueblo en el que se hospedaba el periodista. En las tardes, Chas se cruzaba la acera para cantarle tangos y rancheras, géneros favoritos de Pedro Joaquín. Según el cantautor, lo hizo hasta la última noche, antes de que el director de La Prensa huyera a Costa Rica con su esposa, Violeta Barrios. El tango «Adiós muchachos» del argentino Carlos Gadel, narraba, sin saber, el futuro cercano de Chamorro.
«Mi padre Chas Mejía, regalándote un tango y vos con tu Violeta soñando el porvenir», dice una estrofa de la canción.
En el libro de PJCH «Estirpe Sangrienta: Los Somoza» (1959) es narrado algo parecido. El día antes del escape, el capitán de la Guardia Nacional junto a un amigo, visitó al periodista en el hotel donde se hospedaba, para tomarse unos tragos. «Los instantes pasaron rápidamente mientras la conversación del capitán y su amigo sonaba a mis oídos distante y extraña. Yo estaba intensamente nervioso. Mi esposa no», afirma en el escrito.
Años después, Carlos Mejía conoció a Pedro Joaquín en El Trapiche, que en ese momento era propiedad de Teódulo Murillo, padre de Rosario Murillo. “La canción que te debía”, narra así mismo ese primer encuentro del músico y el periodista. «Recuerdo en «El Trapiche» un mágico domingo, bajo la oronda fronda de un clásico ceibón, oyendo las historias del Viejo Tolentino, olores a ordeño y corozos en flor», dice la tonada.
La canción es un tango tradicional, de los que tanto le gustaba escuchar a PJCH. «Yo con esta canción intento pagar una antigua deuda con Pedro Joaquín. Una que todos los nicaragüenses tenemos, por la valentía y tenacidad de este hombre. La intenté hacer mucho tiempo atrás, pero hasta hace meses decidí que era tiempo de terminarla», expresó el cantautor.
El tema todavía no ha sido grabado en estudio, pero el músico espera poder presentarlo totalmente listo para su siguiente producción discográfica. «Es una deuda que debía desde hace mucho», finalizó.