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Jessica Chastain gana la “Apuesta Maestra” de Aaron Sorkin
Apuesta Maestra
Fotograma de Molly’s Game | STXfilms

En el mundo masculino de "Apuesta Maestra", Molly (Jessica Chastain) encarna un discurso feminista.

Aaron Sorkin es uno de los principales dramaturgos norteamericanos. Despuntó en 1992, cuando su obra de teatro “A Few Good Men” fue adaptada al cine por Rob Reiner. Con ese referente, logró luz verde para las series de TV “Sports Nights” (1998-2000) y “The West Wing” (1999-2006). Ganó el Óscar por “The Social Network” (David Fincher, 2010) y una nominación por “Moneyball” (2011). Ahora, con “Molly’s”, asume por primera vez el rol de director. La película se basa en las memorias de Molly Bloom, una joven esquiadora que camino a la gloria deportiva, se desvió hacia el submundo de las apuestas ilegales. No tiene que saber mucho de póker para disfrutar de este drama picaresco.

La conexión con el personaje de la novela de James Joyce es aludida en uno de los diálogos que los actores dispensan como metralletas. Molly es un clásico personaje sorkiniano: articulada e inteligente, usa el lenguaje para resolver los dilemas éticos que sus acciones y la gente que la rodean producen. Con rapidez vertiginosa, cuenta su historia a tres bandas, haciéndonos saltar en el tiempo con relativa facilidad: primero, su vida adolescencia y temprana juventud en Colorado, entrenando bajo la disciplina de hierro que impone su padre, Larry (Kevin Costner), un profesor universitario de psicología. La segunda línea narrativa presenta a la protagonista aprendiendo sobre las mesas de juego que florecen a la sombra de Hollywood. La tercera línea, el “presente” de la película, sigue los detalles de su batalla legal. El FBI la apresa en un espectacular operativo, el abogado Charlie Jaffey (Idris Elba) es el único dispuesto a representarla.

La estructura le permite a Sorkin esconder sus cartas. “Molly’s Game” es una tradicional historia de caída y redención. La heroína tropieza cuando se desvía de su férrea brújula moral. Un personaje sabio facilita una revelación, y cerramos con gratificante catarsis personal. Lo que hace que la película se eleve a un plano superior es su atención a las particularidades del mundo que explora, así como los sujetos que lo habitan. Chastain es excelente, pero todos los demás papeles, hasta los más fugaces, son sustanciales. Tome nota de cómo se exploran diferentes grados de masculinidad tóxica entre Dean Keith (Jeremy Strong), el jefe de Molly que la introduce en el mundo del póker, y el jugador X (Michael Cera), un actor con madera de tahúr que accidentalmente la empuja hacia la independencia. Bill Camp, excelente en la serie de HBO “The Night of…”, debería estar en la conversación sobre los nominados a Mejor Actor de Reparto. Él interpreta a un gran jugador cuya condición proletaria contrasta con los sujetos acaudalados que dominan el juego. Es refrescante ver a Elba fuera de trajes de superhéroe, pero decepciona que solo lo usen como sparring verbal de la protagonista.

En este mundo masculino, Molly encarna un discurso feminista. Después de su accidente deportivo, Molly trabaja como mesera – en uniforme cosificante-, y asistente para un machista que trata de pagarle con propinas. Cuando funda su propio juego en Nueva York, recluta puras mujeres para manejar la operación, y se enorgullece de pagarles prestaciones. Sorkin puede ser menos sutil, al proveer a Jaffey con una hija adolescente en la cual Molly se ve retratada. En momentos como este, se delatan las raíces televisivas de Sorkin. Similarmente, su estilo de dirección es plano e ilustrativo. Depende demasiado de la palabra.

Apuesta Maestra
Jessica Chastain en un fotograma de Molly’s Game | STXfilms

¡Pero qué bien que suenan esas palabras! Aunque los subtítulos limen un poco el filo, la narración casi permanente suena como un encantamiento hipnotizante. No tiene que entender el inglés para dejarse llevar por el sonido de su voz. Existe la convicción de que las películas deben favorecer lo visual. Que el voice-over es una especie de muleta que debe ser desechada. En realidad, depende de cómo está escrito, y de la interpretación del actor. Chastain, al oído y la vista, ofrece una excelente actuación.

Sorkin peca de indulgente al extender el metraje más allá de las dos horas. En la recta final, cuando “Molly…” revela sus cartas, las partes resultan más interesantes que el todo. Aunque la partida sea larga, no pueda negar que es muy entretenida.

“Apuesta Maestra”
(Molly’s Game)
Dirección: Aaron Sorkin
Duración: 2 horas, 20 minutos
Clasificación: * * * (Buena)

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