Perfiles

Música. Manifiesto Urbano

La música como Manifiesto
Cortesía: Manifiesto Urbano

Un experimento musical de raperos, guitarristas, percusionistas, bajistas, tecladistas y trompetistas ha dado aire fresco a la música nacional

     

Cuando Pavel Palma y Ana Gabriela Rodríguez leyeron la letra de Mujer de Miel pensaron que era una broma. No era posible que Manifiesto Urbano lanzara una canción tan cruda y sexual. Una que dijera tantas obscenidades y que hablara de las rupturas como alguien lo haría solo entre amigos, entre copas, o en la intimidad. El tema que al principio sería una fábula, inesperadamente se convirtió en una confesión de desamor y amor, amor y desamor, construida a partir de una plática entre los miembros de la banda. En ella, cada uno contó sus historias de separaciones y así nació, como un Frankenstein de la cabanga, una canción con más de 144 mil reproducciones en Spotify y con 158 mil visitas en YouTube (y contando).

Mujer de Miel es uno de sus temas más conocidos y controversiales. Escrita por Lenin del Río —compositor, cantante, director y productor de Manifiesto—, la canción hace referencia a las caídas y recaídas que ocurren en esas relaciones en las que alguien es el “panda”.

—Si le toca ser panda que sea feliz mientras le toque— bromea Lenin.

— ¿Y por qué panda? —

—Por peluche, porque jugaron con él— explica.

Manifiesto Urbano es una banda nicaragüense que surgió en 2011, pero que tomó forma hasta 2013. En el proyecto inicial había 13 músicos de los que se fueron seis. Entre raperos, guitarristas, percusionistas, bajistas, tecladistas y trompetistas, hoy la banda tiene 15 miembros y a veces más.

“Manifiesto viene porque se quería, de parte de Canal 13, apoyar un proyecto cultural (…) en donde se pudieran mezclar muchos géneros. Entonces yo comencé a localizar a varias personas con las que ya había trabajado en los 10 años que llevaba haciendo música, y (la banda) empezó con otro formato. Era más rock latino”, explica Lenin.

Después de la canción Detrás del trueno se sumó Pavel Palma, vocalista de la banda ECOS. Él es la voz áspera en las “rolas” de Manifiesto. Pavel ya “le había echado el ojo” a esta nueva propuesta musical, así que cuando Lenin lo llamó aceptó sin titubear. “No era mucho mi onda cantar con voz líder, me fui, probamos y salió súper bien”, cuenta Pavel.

Ana Gabriela Rodríguez, quien en esa época era vocalista del grupo Pequeño Parlante, solo era una voz ocasional. Vivía temporalmente en Estados Unidos y la invitaban a colaborar con Manifiesto. Fue grabando temas o aparecía en conciertos. Cuando regresó a Nicaragua se integró por completo a la banda y participó en la grabación del álbum Amanecer.

Un viaje espiritual

La música de Manifiesto Urbano es curvilínea y Amanecer fue una apuesta por sonidos cargados de paisajes, historias y naturaleza. El grupo viajó durante varios meses a distintos lugares de Nicaragua para armar este álbum. De la gente con la que platicaron y de los sitios que visitaron nació el disco.

“Totalmente otra onda hacer un viaje para buscar la inspiración. Fue bien bonito escuchar las historias de las personas y a través de eso escribir las canciones”, señala Pavel.

Qué bien y que mal, por ejemplo, apareció en Selva Negra, Matagalpa. Invocación de lluvia en una calle de esta misma ciudad, mientras Lenin veía a la gente pasar por el mercado. “Es muy diferente componer ahí que en tu cuarto, o componer al lado de un volcán dormido, o frente a la playa o en un río. Entonces eso era lo que yo andaba buscando, nutrirme de la geografía”, asegura.

Anduvieron por el volcán Telica, por San Carlos, por Solentiname…

El disco está escrito en 6×8, que es el compás del Son Nica, y fue afinado en 432 hertz, aclara Ana Gabriela. Esta es, comentan, una afinación más natural que “tiene efectos curativos y de relajación”.

Con Amanecer, Pavel tuvo que soltar el rock y tomar clases para aprender el Son Nica. “Para mí fue crecer en ese disco, aprender el ritmo nicaragüense. Ni por cerca sabía hacer un 6×8”, cuenta.

Amanecer estuvo listo en 17 meses. Improvisaron raps que montaron sobre las canciones ya preparadas. De 10 horas de una conversación grabada entre los músicos de la banda, escogieron los mensajes que expresaban, de un modo más natural, lo que habían aprendido en los viajes. Es por eso que en medio de Qué bien y que mal, por ejemplo, Leslie Sánchez, tecladista de Milly Majuc, improvisa: “la comida y la ropa están bien caros, realmente el colegio de los niños”.

Esas frases sueltas en las canciones, que tal vez para algunos no tienen sentido, para ellos son la esencia del disco.

Una relación abierta

Cortesía: Manifiesto Urbano
Cortesía: Manifiesto Urbano

Manifiesto Urbano funciona bastante como una orquesta, confiesa Lenin. “No funcionamos como una banda tradicional de rock, sino se funciona como una orquesta donde muchas de las decisiones las tomo yo porque somos demasiados para lograr un consenso y para avanzar rápido (…) Hay muchas decisiones pequeñas que es difícil conciliar”, admite.

Las canciones, a veces, las componen juntos. A veces no. A veces él hace todo el arreglo, la letra y la música.

En Manifiesto hay “muchas reglas” y “mucha libertad”. Entre los músicos existe una especie de relación abierta: algunos son parte de otros proyectos y eso no provoca roces o celos en la banda.

“Esa libertad te hace comprometerte más al grupo, como que lo apreciás más: ‘yo sé que tengo este grupo y aquí me tratan tan bien y me respetan lo que quiera hacer fuera, pero estoy con el grupo y voy a dar mi 100, lo mejor que yo pueda’”, confiesa Ana Gabriela.

Ella es la única mujer en la banda. Su presencia, asegura, es equilibrio en las energías. “Energéticamente fluye el grupo y eso es algo que me gusta mucho. No es fácil trabajar con tanta gente y que se lleven bien, no es fácil ni con poca gente, ahora con 13 músicos en un grupo”, afirma.

En Me Gustas colaboran las raperas María José Urbina y María Fernanda Carrero. Ellas sueltan frases como “yo seré mi heroína”, “no seré tu sirvienta, ni tu fábrica de hijos”… Manifiesto, explica Lenin, está abierto a recibir más voces femeninas.

Manifiesto Urbano no sobrevive de lo que ganan en los conciertos. “Por entradas no es rentable”, lamenta Lenin. “Si no es rentable para bandas de cinco o seis miembros, menos para 13. A mí desde el comienzo me contrataron para armar un proyecto cultural”, subraya. “Lo que se hizo fue designar un presupuesto y que yo lo administrara. Las únicas directrices que nos daban era que fuera música positiva, que tocara temas sociales positivamente, que hablara de Nicaragua y que defendiera la identidad nicaragüense y aparte de eso yo podía tocar los temas que fuera y fluir”, explica.

Esto, asegura Lenin, no los limita creativamente. Tampoco ideológicamente. “En Manifiesto en realidad hay varios miembros que no están de acuerdo con la línea política de la canción que fue utilizada para el 19 de julio y no se va a sacar a nadie de la banda por eso. Simplemente si no quieren no participan, si no quieren no llegan y no hay ningún problema. Hay respeto”, sentencia.

“Hay libertad”, agrega Ana Gabriela.

Bajos de las nuevas rolas terminados! @amahruc

Una foto publicada por Manifiesto Urbano (@manifiestourbano) el

La Mujer de Miel

Nelson Saballos, rapero y percusionista de Manifiesto, tenía una “amiga con derecho” de la que se enamoró. Por su experiencia, en Mujer de Miel, se menciona la discoteca Queens, ubicada en Bello Horizonte. Eso es real, aunque la canción no está basada solo en esa historia. Tampoco en una mujer específica.

“Ahí es cuando se pone bonito el asunto de crear, cuando la realidad y la imaginación se entrelazan”, resalta Lenin.

Con Mujer de Miel inventaron un número telefónico –que aparece en el tema– y aprendieron a lidiar con la polémica. “Esa canción para mí fue como salirme de mi zona de confort, cuando Lenin me la manda me dio risa, pero jamás me imaginé que íbamos a grabarla y que iba a ser una canción de Manifiesto”, reconoce Ana Gabriela. “Me sentía incomoda al principio, ¿cómo voy a cantar esto? ¿Qué va a decir mi mamá, mi papá cuando la escuchen? Ni quiera Dios, creo que mis abuelos no la han escuchado”, agrega.

Pronto estrenaremos video nuevo!! «Mujer de miel»

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A Pavel también le pareció una broma. “Cuando la escuché por primera vez, de viaje piso movido”, cuenta. Lenin le envió la canción y lo primero que Pavel hizo fue ir donde su mamá, la cantante Martha Vaughan, y “rebanarla con la guitarra, y ella en carcajadas. Y la gente que creía que era fregadera, pero les explicaba que era una canción de Manifiesto y que íbamos a grabarla”, recuerda.

Lo que cantan es una situación, dicen ellos, que “le pasa a todo el mundo”. “A mí me ha pasado”, confiesa Lenin, “me dolía pero el día que ella podía yo quería estar ahí”, confiesa.

Con un video en el horno y otros planes cocinándose, Manifiesto piensa seguir sacudiéndose la rutina. Están planeando aprender a bailar. Así, explican, aprovecharían que son un grupo tan grande y montan un show con movimiento y coreografías. Es un reto que les emociona.

Ellos son Manifiesto

Lenin Del Río (Compositor, cantante, director y productor)
Ana Gabriela Rodríguez (Cantante y guitarrista)
Pavel Palma (Cantante y guitarrista)
Ángel Valverde (Cantante y guitarrista)
Cristopher Dávila (Rapero y percusionista)
Camilo Bautista (Rapero y percusionista)
Nelson Saballos (Rapero y percusionista)
Christian Jiménez (Tecladista)
Amahruc Arróliga (Bajista)
Yandi Fragela (Baterista, vocalista)
Mauricio Conrado (Percusionista y efectos)
Francisco Jimenéz (Trompetista)
Armando Fajardo (Percusionista)

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One thought on “La música como Manifiesto

  1. En lo personal me gusta mucho esta banda. Tiene un ritmo fresco y alegre… cantan canciones con las que la mayoría de las perosnas nos podemos identificar. No soy Nicaragúense, pero me hacen sentirme cerca de su gente y su cultura.

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