Gastronomía

Viaje gastronómico

Managua en cuatro fritangas
fritangas en Managua
Carlos Herrera | Niú

La pasión de los Managuas: Las mejores fritangas y la historia detrás de ellas

     

En Managua cuando el sol baja, el olor a carne asada comienza a salir. Las luces de los locales se encienden y las filas comienzan a llenarse. Una escena típica en la capital es ver a familias enteras esperando ansiosamente por un “pedacito de gloria”, la musa de músicos, la fritanga.

Si bien en Managua el número de locales que venden este popular platillo ha aumentado con los años, siempre hay algunos que ya sea por historia, por sabor (o por los dos) destacan entre el resto. Les preguntamos a nuestros lectores en las redes sociales ¿Qué fritangas son sus favoritas? Ellos respondieron y nosotros buscamos:

Carne Asada El Darío

Dentro del barrio Santa Ana se encuentra una de las referencias gastronómicas más míticas de Managua: la Carne Asada El Darío y sus inmensas filas que saturan las calles occidentales de la capital.

Allí, antes de las seis de la tarde, ya se han vendido más de cien platos y los vehículos siguen deteniéndose en el parqueo. Algunos no alcanzan y se ubican lejos del local, casi llegando a la cuadra siguiente. La gente sigue acumulándose, la fila aumenta, el olor a carne asada pinta el ambiente, y los meseros pasan de un lugar a otro, buscando cómo ubicar a los clientes en las mesas que a veces no alcanzan para tantas personas.

Carne Asada El Darío
Carne Asada El Darío | Carlos Herrera | Niú

Rosa Urbina, propietaria del local, está apurada dentro de la cocina sacando tajadas, maduros y queso frito. Las cocineras van de un lado al otro. El centro de atención, un asador de más de metro y medio lleno de carne de res, cerdo y pollo, está afuera del local. “Este olor me tiene loco”, dice uno de los clientes que esperan por ser atendidos.

Esta ha sido la rutina de la familia Urbina Salguero por más de 40 años desde que, a finales de los años setenta, Rosa Salguero e Isidro Urbina, decidieron abrir un local frente al famoso Cine Darío. Era una fritanga dirigida para los que salían hambrientos luego de ver películas. Poco a poco se ganaron la popularidad y el cariño, no solo de los habitantes del barrio, sino de los lugares aledaños.

“Llegaban desde Carretera Norte porque les gustaba la cuchara de mi mamá, y ahora vienen a comer los hijos o nietos de esa gente”, comenta Rosa.

Los años pasaron, el cine cerró y los negocios formales en la zona comenzaron a aumentar lo que redujo el espacio para la carne asada, que por voz popular fue llamada “El Darío”. Eso obligó a la familia a buscar otro lugar donde laborar. El sitio más indicado lo vieron “por El Arbolito”, una zona que entonces empezaba a florecer.

Rosa Urbina (en el centro) hija de los fundadores de El Darío, junto a su «otra familia» el personal del negocio. Carlos Herrera | Niú

Conservaron el nombre, era su firma, y con el tiempo descubrieron que el cambio de locación los beneficio aún más.

Doña Rosa y Don Isidro fallecieron hace algunos años, sin embargo, incluir a sus hijos desde muy pequeños en todas las labores del negocio, hizo que El Darío diera frutos hasta la actualidad.

“Seguimos con el mismo sabor de hace cuatro décadas, las recetas se van pasando de generación en generación”, expresa Rosa Urbina.

Carne Asada El Gran Hotel

En los años sesenta, en la vieja Managua, todas las noches abría uno de los puestos de comida más populares de la época: la fritanga «El Gran Hotel”. A cargo de Juana Martínez, este local no solo tenía fama por su locación –estaba frente a uno de los mejores hoteles en la región con el mismo nombre– sino por el sabor y el calor humano que “Doña Juana” le daba a sus clientes.

Aunque al principio la fritanga estaba más cerca del malecón de Managua, que ahora se conoce como Puerto Salvador Allende, la clientela no era muy buena. En su búsqueda por hacer prosperar su negocio la trasladaron frente a El Gran Hotel, que era un lugar de descanso para la población élite de la vieja Managua. Muchas celebridades frecuentaban la zona y en menos de un año se convirtieron en clientes.

Carne Asada el «Gran Hotel » | Carlos Herrera | Niú

Nadie se podía resistir a la comida de Juana. Los clientes le llamaron “la Carne Asada del Gran Hotel” y así quedaría hasta la actualidad.

Socorro Carrión, su nieta, es ahora la dueña del local. Ella cuenta que nada detuvo a su abuela. Vendió sus platillos cada noche, incluso después del terremoto de 1972.

“Mi abuela para lo del terremoto salió con la fritanga la noche después, porque muchos no tenían dónde cocinar, ella colaboró con los que estaban más en apuro”, recuerda.

Los años pasaron y la salud de Juana se deterioró. En los ochenta ella ya no estaba a cargo del negocio, sino sus hijas, que en 1981 detuvieron la venta hasta el final de la guerra civil en Nicaragua.

Sin embargo, cuenta Socorro, la familia no pudo llevarse bien y en 1992, después del fallecimiento de la matriarca y fundadora, se separó para montar distintos locales, todos bajo el nombre “Carne Asada del Gran Hotel”.

Socorro se quedó en Carretera Norte, donde cuenta que ha sido “muy exitosa”.

Managua y sus joyas fritangueras
Socorro (delantal blanco) es la tercera generación a cargo de Carne Asada el «Gran Hotel » | Carlos Herrera | Niú

Mucha de la clientela de su abuela, o los hijos de los que iban a comprarle, cruzan Managua para probar su famosa carne asada, que según Socorro está para quedarse.

Asados Doña Tania

En los Robles, Tania Balladares Meza todavía recuerda a su mamá debajo de dos palos de coco. Era una tarde de agosto de 1997 y Tania Meza, bajo los árboles, estaba con un balde de carne para asar. Lo colocó sobre una mesita afuera de su casa, junto a otra que prestó para que se sentaran a comer los clientes. Tania Meza estaba lista para abrir por primera vez su negocio. Uno que 20 años después, sería de los más conocidos en toda la capital: Asados Doña Tania.

“Cuando uno es madre, se las rebusca por sus hijos, mi mamá no fue la excepción”, cuenta Balladares, quien asegura que antes de abrir el famoso local, la familia pasaba por una seria crisis económica.

“Mi mamá era madre soltera, a veces nos cortaban la luz y hasta ni teníamos qué comer, pero ella decidió dedicarse a lo que sabe hacer mejor, la cocina”, afirma.

Tania Balladares (séptima de izquierda a derecha) con parte del equipo de Asados Doña Tania. Carlos Herrera | Niú

Al principio eran tres los miembros del equipo: Tania y sus dos hijos. La mamá en la cocina, el varón sirviendo los platos y la hija agarrando el dinero. Con los años el personal aumentó a alrededor de 24 personas, entre cocineros y meseros que suelen recibirte con una sonrisa y un “¿Qué va a comer hoy?”

Donde antes estaba el patio de la casa, hoy se encuentran las mesas en las que cada noche se sientan nacionales y extranjeros a degustar el tan popular sabor de este asado.

Según Tania Balladares, una de las claves que hacen el sazón de Doña Tania tan popular, es el realce a la fritanga. “Deseamos que no se vea como algo de paso, sino un lugar donde podás sentarte, escuchar buena música y compartir entre amigos, sin el miedo a enfermarte”, expresa.

El día que abrieron el negocio solo se vendieron siete servicios, ahora cada noche se van más de 300 platos de comida.

“La gente a veces nos toma como una rutina, después del trabajo se vienen directo a comer carne asada”, dice sonriendo Balladares.

Carlos Herrera | Niú

Lo que ellas llaman “la bendición más grande que Dios les ha dado”, tratan de retribuirlo con sus colaboradores: “Si vemos con uno de nuestro equipo tiene problemas económicos tratamos de ayudarles, como a nosotros nos han ayudado”, asegura

Asados Doña Tania, planea añadir servicio de delivery para llevar un poco de ellos «hacia todos los hogares».

Asados El Carnal

En la Colonia 14 de Septiembre se ubica “El Carnal”, que con cinco años en el mercado, ya tiene atrapados a muchos managuas, entre ellos a varios lectores de Niú que no dudan ni una tecla en recomendarlo como “su carne asada favorita”.

El Carnal nació en 2012, creado por Jocabed Sánchez y Jorge Herrera. Este matrimonio vio en la fritanga un proyecto para mejorar la economía familiar, y aunque no pensaban tener éxito debido a su ubicación, en su primer día vendieron alrededor de 90 servicios de comida.

Asados El Carnal | Carlos Herrera | Niú

Jorge es chef profesional. Había trabajado en distintos restaurantes pero sentía que necesitaba tener su propio local con sus propias reglas. Primero se asoció con sus hermanos y abrieron “Los Carnales”, donde él cocinaba. Luego decidió salirse del proyecto.

Se unió con su esposa para montar “El Carnal”, no en un local, sino en su propia vivienda y aunque muchos le dijeron que no iba a prosperar debido a la ubicación, el negocio estalló desde el primer mes de apertura.

Cada noche hacen más de 400 platos y siempre se venden todos. Jocabed cuenta que uno de sus enganches con la clientela es el tamaño de las porciones de comida (por cada plato se sirve casi media libra de carne) y también el amor con que ellos lo preparan.

Tienen muchos planes, entre ellos una nueva sucursal, porque ya en la casa no se dan a basto. “Solo nos queda el cuarto para dormir, el resto es Asados El Carnal, pero vale la pena”, concluye Jorge.


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