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Montar un negocio como inversión: Lo que debés saber

Montar negocios

Foto: Agencias | Niú

Este es el segundo artículo de una serie que estamos realizando en Plata con Plática sobre la inversión. ¿Cuáles son tus diversas opciones para multiplicar tu dinero? Eso justamente intentamos responderte en esta serie de artículos. Si te perdiste el primero, da clic acá para leerlo y hoy preparate para leer sobre el tipo de inversión #1 (que además es donde más dinero suele hacer la gente): montar un negocio.

Elizabeth Hernández es una emprendedora de 29 años. Desde hace 11 años, cuando aún era una estudiante universitaria de Diseño Gráfico, se le metió en la cabeza la idea de emprender. En ese entonces vendía, de vez en cuando, algunos artículos electrónicos que compraba internacionalmente con proveedores de China y en otras ocasiones, se dedicaba a vender ropa usada.

Cuando salió de la universidad, intentó seguir lo que todos le decían que hiciera, solicitar un trabajo en una empresa. Trabajó por tres meses para una compañía ejerciendo su carrera. Y casi inmediatamente se dio cuenta que lo suyo era emprender.

“No quería que me mandaran, quería tener mis propios horarios y trabajar a mi ritmo”, relata Elizabeth.

Gracias a los ahorros de sus emprendimientos previos, junto a su novio (ahora esposo), decidieron empezar con su negocioManitos Maravillosas. En ese entonces comenzaron con pedidos pequeños de papelería, empaques, bolsas y manualidades.

¿Cómo empezar financieramente un negocio?

No existe una única manera de comenzar la inversión de un negocio, eso depende de las circunstancias de cada persona. Lo que sí es cierto, es que como en el caso de Elizabeth, cuando el negocio lo comenzás con tu propio dinero, tenés menos presión -y el riesgo es menor- porque no hay una deuda de por medio ni intereses que pagar.

Sin embargo, las circunstancias del país y personales a veces no nos dejan ahorrar lo que nos gustaría para empezar el negocio con fondos propios. ¿Es malo pedir un préstamo? No, no lo es. Pero sí es más arriesgado porque entonces tu negocio debe generar el suficiente dinero para cubrir los gastos,  pagar el préstamo y los intereses, y además dejar una utilidad. Con las tasas de interés tan altas que tenemos en el mercado, estamos hablando entonces, de que tu negocio debe generar un MUY BUEN retorno.

En cualquiera de los dos casos, lo ideal es comenzar con el producto mínimo viable, es decir, si tenés la idea de montar un restaurante con varias sucursales en todo el país, comenzá con lo mínimo, un par de mesas fuera de tu casa con un pequeño menú para ofrecer.

OJO: esto no significa que no aspirés a crecer, sino que tu negocio mismo debería de ir pidiendo ese crecimiento, en términos sencillos, no podés estar pensando en invertir en un nuevo inventario, si no has vendido el anterior y lo que comprás además, regularmente se te queda mucho tiempo.

Pero claro, para tomar esta clase de decisiones sí o sí deberías tener los números de tu negocio al hilo, saber cuánto dinero gastás y cuánto ingresa, tus utilidades medidas mensual y anualmente. En fin, que serán tus estados  financieros quienes te darán el poder de decidir cuándo y cuánto invertir.

Es importante dejar claro que no todos los negocios necesitan ser gigantes, el o la emprendedora debe determinar qué tamaño de negocio le resulta cómodo, porque no siempre más grande es mejor.

Montar un negocio como inversión

Para Elizabeth, al comenzar su negocio, la idea de crecer era lo más importante. Por eso utilizó las utilidades de su negocio para seguir invirtiendo.

Ahorrábamos de las ganancias para comprar equipos nuevos que necesitáramos. La mayoría los compramos al contado y solo algunos al crédito”, explica la emprendedora.

Por lo tanto, no tenía un salario fijo, solo el sacrificio de hacer crecer su negocio. Además, Elizabeth comentó que tampoco gestionaba las finanzas de su negocio de la mejor manera.

“Realmente por ponerte un ejemplo decíamos, compramos en 100 córdobas un producto lo vendemos en 150 córdobas, esos 50 son de nosotros”, confiesa. Es decir, no tomaban en cuenta todos los otros gastos implicados en la venta del producto, por ejemplo el porcentaje de aduana, el transporte, materiales, posibles contratiempos etc.

“Ahora llevamos una tabla en excel y sumamos ingresos y egresos conforme a un presupuesto”, explica Elizabeth.

Al igual que Elizabeth muchos otros emprendedores van aprendiendo en el camino a mejorar las finanzas de su negocio y sobre todo, entienden que se debe separar el dinero del negocio del personal.

Fijate un salario

La manera más fácil de hacerlo es estableciendo un salario para vos. Si estás comenzando y tenés la idea de no ser una carga pesada para tu negocio, podés establecer un salario que cubra tus necesidades vitales mientras lográs nivelarte financieramente.

Por otra parte, Elizabeth aconseja que las y los emprendedores debén entender de finanzas, al menos conceptos básicos que le ayudarán a distribuir el dinero de sus negocios.

“Uno debe aprender de porcentajes, llevar un presupuesto, saber hasta dónde podés invertir, porque ves el dinero y decís que tenés todo para gastar, pero no es así, porque los negocios también tienen sus propios gastos”, indica Elizabeth.

Sabemos que los primeros meses de un emprendimiento son los más duros, pero la constancia te puede llevar a conseguir tus objetivos. “El emprendimiento en general es difícil, pero debés tener un carácter firme. Es soportar mucho para luego ganar”, comenta Elizabeth.

A pesar de los momentos duros que han marcado su emprendimiento, recientemente la pandemia y el contexto sociopolítico de 2018, Elizabeth afirma que nunca ha pensado en renunciar, sobre todo porque a medida ha ido avanzando, la confianza de la gente en su negocio ha crecido.

“Hay gente que confía, que a ciegas te deposita, te manda la transferencia, eso era algo imposible al comienzo”, indica.

Claro que las circunstancias pueden ser distintas para cada emprendedor, y a pesar de lo romántico que suene seguir luchando por tu idea de negocio aun sin ver ni un centavo, lo ideal es que antes de poner en marcha el emprendimiento, te prepares para el peor escenario y establezcas un plan de salida en caso que no resulte como esperabas.

No hay una fórmula mágica, sino que depende de tus circunstancias y objetivos. Lo importante es plantearte un límite y este plan lo podés hacer en dos sentidos:

Todo esto con el fin de que cuando llegue ese momento, no sea difícil tomar la decisión. Tampoco se trata de desalentarlos de alguna forma, sino de contemplar posibilidades y sobre todo de estar preparados.

Para acabar el artículo con palabras mucho más alentadoras, Elizabeth les deja un importante consejo a las y los emprendedores.

“Es normal tener miedo, pero el miedo disminuye tomando precauciones. No busquen la aprobación de los demás, siempre habrá alguien que te diga que no vas a poder, pero vos preocupate por el negocio que querés, estudialo y hacelo posible”.

*Este artículo fue publicado originalmente en el blog: Plata con Plática