En pantalla
"The Great Hack", una fascinante pieza de periodismo investigativo, didáctico y revelador.
La tierra prometida del internet es escenario de un saqueo, del cual somos facilitadores y víctimas a la vez. Eso queda claro en el documental “The Great Hack”, recién estrenado en Netflix. Es una fascinante pieza de periodismo investigativo, didáctico y revelador.
David Carroll es profesor de Medios Digitales en Nueva York. Preocupado por la flagrante explotación de los datos personales, entabló una demanda para reclamar el perfil construido con la información acumulada de sus interacciones virtuales. Su caso nos introduce en la esfera de Cambridge Analytica, empresa basada en Inglaterra, plantada en la malsana unión entre la política y la tecnología. La campaña del Brexit y la intromisión rusa en las elecciones norteamericanas, son solo dos de los casos que la involucran.
Carroll recorre las calles de Nueva York, y vemos a los transeúntes absortos en sus dispositivos. Mensajes, fotos, reacciones y compras aparecen gráficamente y desaparecen ante nuestros ojos, como si fueran fantasmas. Tradicionalmente, visualizar el uso del internet en el cine se ha resuelto con tomas de gente tecleando furiosamente; o animaciones ridículas, con el punto de vista de la cámara navegando por un tubo virtual. El truco de “The Great Hack” viene de series como “House of Cards” (2013-2018), pero aquí es elevado a la máxima potencia. La saturación es el punto. Afortunadamente, la muletilla es retirada una vez que la trama se abre.
Periodistas e investigadores desfilan ante la cámara, pero la película le pertenece a Brittany Kaiser. Es la primera persona que vemos, disfrazada como una especie de guerrera postapocalíptica, participando en el festival “Burning Man”, el evento atrae a muchos miembros de la tecnoburguesía, afanados por mantener sus credenciales de militantes de la contracultura. Su transformación, de activista en la campaña de Barack Obama, a empleada de la siniestra empresa de consultoría, es el arco dramático de la película. La reencontramos en un lujoso hotel de playa en Thailandia, contemplando el precio que tendrá que pagar con denunciar a sus exempleadores, ante comisiones gubernamentales de Inglaterra y EE. UU. No será fácil redimirse.
La trayectoria de Kaiser recuerda “The Social Network” (David Fincher, 2010). La película de ficción sobre el nacimiento de Facebook nos alertó sobre el déficit ético, escondido en el culto a la innovación y el emprendimiento. Mientras subíamos alegremente fotos de bebé para compartir con los amigos, cada transacción electrónica, cada búsqueda en Google, cada anuncio en el que hacés clic, dibujaba un perfil personal que permite predecir tu conducta, ponerte en el blanco de un anunciante, o definir el resultado de una elección. Aun si todos abandonáramos las redes sociales en masa, el daño está hecho. Tu perfil vive para siempre en algún lugar del mundo, y alguien lo vende al mejor postor.
La consultoría electoral tiene una larga tradición. Para verla en acción en tiempos predigitales, busque “The War Room” (Chris Hegedus, D.A. Pennebaker, 2003), documentando la campaña de Bill Clinton, y siga a su protagonista, James Carville en “Our Brand is Crisis” (Rachel Boynton, 2005), tratando infructuosamente de aplicar la fórmula ganadora a favor de Gonzalo Sánchez de Lozada en las elecciones de Bolivia en el 2002. Pero la tecnología de la información ha potenciado sus efectos.
Los directores Karim Amer y Jehane Noujaim trabajaron juntos en “The Square” (2013), electrizante retrato de la rebelión en la Plaza Tahrir. Además, ella dirigió “Control Room” (2004), documental sobre el nacimiento de la cadena de noticias Al Jazeera en el contexto de la invasión a Irak. “The Great Hack” es eficiente a la hora de iluminar este nuevo orden donde lo personal, lo político y lo corporativo se confunden; pero no logra trascender los parámetros estéticos del reportaje. Igual, es de vista obligatoria para cualquier persona con presencia en el ciberespacio. Es decir, para todos. Saber distinguir entre la información y la propaganda diseñada para tus ojos, puede ser un asunto de vida o muerte. No en balde el derecho a controlar datos, es ahora reconocido como un nuevo derecho humano. Otro más que tenemos que defender. Y con un contencioso proceso electoral en el horizonte, no está de más educarse sobre las nuevas armas de guerra ideológica.
“Nada es Privado” (The Great Hack)
Dirección: Karim Amer, Jehane Noujaim
Duración: 1 hora, 53 minutos
Clasificación: (Buena)
* Disponible en Netflix.
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